Microsoft intenta zafarse del acoso de la Comisión
Microsoft y la Comisión Europea se enfrentan de nuevo. Esta vez, en una audiencia a puerta cerrada que se celebra en Bruselas hoy y mañana. El organismo comunitario redobló ayer la presión sobre la compañía al advertirle que Vista, la actualización de Windows prevista para enero de 2007, también levanta serias sospechas entre las autoridades comunitarias de competencia.
La comisaria europea responsable, Neelie Kroes, ve con preocupación que Vista lleve incorporado programas de búsqueda en Internet (una amenaza para el dominio de Google), de elaboración de páginas en formato PDF y de gestión digital de derechos de propiedad intelectual.
La amenaza de un nuevo expediente es una de las pocas ventajas con las que Bruselas llega a la cita de hoy. Cinco funcionarios de la Comisión Europea nada más deberán hacer frente durante dos días a más de 55 técnicos y abogados de Microsoft.
Cinco funcionarios de la CE hacen frente a más de 55 expertos de Microsoft
'La información que pide la CE permitiría a nuestros rivales clonar Windows'
Como ya ha ocurrido en otros trámites del litigio, la compañía estadounidense vuelve a apabullar al organismo comunitario con un despliegue de medios acorde con su envergadura. Nada menos que 14 despachos de abogados asesoran a la empresa de Bill Gates.
'Ni siquiera sabemos si habrá sitio para que entren todos los representantes de Microsoft', cavilan en la dirección general de Competencia mientras se ultiman los detalles de la audiencia.
Karen Williams, consejera auditor de la Comisión, arbitrará el encuentro, al que pueden asistir, además de las dos partes enfrentadas, las autoridades nacionales de competencia y las empresas que Bruselas haya reconocido como parte en el caso.
La jornada de hoy se quiere reservar en exclusiva para que Microsoft intente demostrar que ha cumplido las condiciones comerciales impuestas por la Comisión en marzo de 2004.
Mañana será el turno de la CE, que acusa a la empresa de respetar sólo parcialmente esas condiciones y de negarse a facilitar toda la información técnica exigida desde hace dos años.
Del resultado del duelo depende que Microsoft tenga que abonar o no una multa diaria de hasta dos millones de euros, con efecto retroactivo al 15 de diciembre. Es decir, un riesgo cercano a los 200 millones de euros.
La multa se sumaría a los 497 millones que Microsoft pagó en 2004 después de que la CE dictaminase que había abusado del cuasi monopolio que disfruta en las pantallas de los ordenadores gracias a su sistema operativo Windows.
Con todo, lo que preocupa a la empresa de Redmond no es tanto el montante pecuniario, relativamente muy bajo en relación con sus ingresos, como las consecuencias de revelar la información que pide Bruselas. La CE quiere que la empresa facilitase a sus competidores toda los detalles necesarios para poder diseñar productos compatibles con Windows.
La empresa asegura que ha dedicado más de 30.000 horas de trabajo a preparar 12.000 páginas de información que garantizan la interoperabilidad con Windows de productos rivales. Pero la Comisión sostiene que toda esa documentación resulta prácticamente inútil e imposible de manejar.
'La CE está ampliando el alcance de su decisión de 2004', se quejan fuentes jurídicas próximas a Microsoft. 'Lo que pide ahora no es para garantizar la interoperabilidad, sino para que las empresas rivales puedan copiar, clonar, los productos creados por Microsoft'.
El departamento de Competencia insiste en que sólo está pidiendo información técnica que no afecte a ninguna innovación propia de Microsoft. Pero las dos partes ni siquiera se ponen de acuerdo sobre el concepto de novedad técnica.
Desde la trinchera de Gates se acusa al equipo de Kroes de no entender que algunas innovaciones técnicas, aunque no sean patentables, tienen un gran valor como propiedad intelectual para la empresa que las realiza. 'La fórmula de Coca Cola, que no está patentada, es el ejemplo más recurrente', dicen esas fuentes. 'A ninguna autoridad se le ha ocurrido obligar a esa compañía a revelar los detalles al resto de fabricantes de refrescos'. Y Gates parece dispuesto a pagar una multa diaria antes que a sentar un precedente en ese sentido.
Arbitraje. Las dos partes discrepan incluso sobre el intermediario técnico
Bruselas y Redmond siguen sin encontrar un terreno de entendimiento. La Comisión nombró en octubre del año pasado, a propuesta de Microsoft, un intermediario técnico encargado de analizar la información facilitada por la compañía para que las empresas rivales puedan fabricar productos compatibles con Windows.La Comisión Europea ha tenido que salir ahora en defensa de ese árbitro, el ingeniero británico Neil Barrett, después de que Microsoft cuestionase su labor.'Microsoft no duda de su honestidad, pero Barrett es un experto en seguridad informática, no en interoperabilidad', critican fuentes cercanas a la multinacional.Las mismas fuentes recuerdan que Microsoft propuso cinco expertos a la CE para que hiciesen la labor de intermediación juntos. 'Pero', se quejan, 'la CE sólo eligió a Barrett, que no ha tenido tiempo de analizar en detalle toda la información facilitada'. El informe de Barrett describe la consulta de esa información como 'inútil'.
Tribunal. El choque de hoy calienta el juicio de abril en Luxemburgo
Microsoft y la CE llegan a la audiencia de hoy en Bruselas mirando de reojo hacia Luxemburgo. Las dos partes saben que sus argumentos repercutirán en la vista del juicio que el próximo 24 de abril se inicia en el Tribunal europeo de Primera Instancia.La compañía cree que la CE llega debilitada a ese juicio porque una de las medidas exigidas, comercializar Windows sin Media Player, no ha reportado ningún beneficio al consumidor europeo. Casi ningún fabricante de ordenadores ha demostrado interés en utilizar esa versión empobrecida del omnipresente sistema operativo. Microsoft atribuye la supuesta intransigencia de la CE con la segunda medida -la interoperabilidad de Windows- a la necesidad de demostrar a los jueces que el largo expediente ha tenido algún resultado positivo.Bruselas, sin embargo, recuerda que en diciembre de 2004 ganó la primera parte del caso, cuando el juez de Luxemburgo denegó las medidas cautelares pedidas por la compañía.