Las hoteleras frenan sus inversiones en España para crecer en Europa y Caribe
España ya ha dado lo que tenía que dar y ha tocado techo en cuanto a inversiones en hoteles. Esta es la opinión de muchas de las grandes cadenas del sector que este año han frenado sus inversiones en nuestro país para crecer en otras partes del mundo más estratégicas, como Europa y el Caribe.
El destino España apenas está presente en los planes de crecimiento para este año de las grandes cadenas hoteleras. El mercado ha tocado techo, y compañías como Iberostar, Sol Meliá, NH, Riu o Barceló prefieren dirigir sus inversiones a otros nuevos mercados del exterior.
El precio del suelo en España ha crecido tanto que desanima a los empresarios a invertir en propiedades turísticas. También la sobreoferta existente en los destinos vacacionales paraliza sus intenciones de compra. Así que, 'si se atreven a abrir establecimientos en España lo hacen a través de otros regímenes como el alquiler o la gestión y no mediante inversiones en propiedad', explica Albert Grau, responsable en la consultoría Magma. Las cadenas urbanas, sin embargo, si que realizan inversiones en las principales ciudades europeas. 'Compran activos hoteleros buscando valor inmobiliario, algo que ya no les interesa en España', explican en Magma.
Las cadenas vacacionales como Iberostar, Riu, Occidental, Oasis o Barceló afirman que el Caribe es uno de los destinos más rentables, pese a los huracanes que azotaron la zona el pasado año. Creen que la costa española está saturada y huyen hacia donde la oferta de habitaciones representa tan sólo el 7% de la de aquí. Iberostar, de la familia Fluxá, anunció recientemente inversiones de 200 millones de euros en América Latina (Brasil, México, Jamaica), pero también en ciudades del Mediterráneo, como Croacia, Bulgaria, Montenegro, Túnez o Creta.
La compañía pretende abrir de nueve a diez establecimientos cada año fuera de España. Aunque Iberostar siga apostando por destinos españoles como Huelva o las islas, pone sus miras en el exterior. De esta forma, desacelera su desarrollo nacional incluso se plantea desinvertir en algunos activos no estratégicos. Esta política ha sido seguida por la mayoría de empresas turísticas españolas en los últimos años. Sol Meliá y NH han llevado a cabo desinversiones en establecimientos no rentables en España para centrarse en otros destinos. Estas compañías urbanas avanzarán este año sus inversiones en ciudades europeas como Londres, París, Ámsterdam o Berlín.
NH reforzó el pasado mes sus intenciones de crecer en Italia mediante la adquisición de una cadena local denominada Framon. El grupo presidido por Gabriele Burgio y la catalana Hesperia también se animan a probar con el segmento de sol y playa, pero fuera de nuestras fronteras. Ambas anunciaron recientemente proyectos hoteleros de 650 y 200 millones, respectivamente para nuevas aperturas en destinos de sol y playa y en América Latina. La cadena Oasis también ha centrado su apuesta fuera del territorio español. Cuenta con siete hoteles en México y estudia inversiones en Cuba y República Dominicana para 2007 y 2008.
Los ingresos, en juego
Los hoteleros españoles son conscientes de que conseguir una alta demanda en su negocio es muy difícil por la sobreoferta existente. La media anual de ocupación en la costa española está en torno al 65%; la mayoría de los hoteles cierran en temporada baja y eso afecta a la rentabilidad. Por este motivo, se van a otros lugares en los que se aseguran la demanda en todas las estaciones como ocurre en el Caribe. 'Las condiciones meteorológicas favorecen la apertura de los hoteles durante todo el año, así se evita la estacionalidad que existe en la costa española', señalan los hoteleros.Además, el régimen dominante en los hoteles de aquella zona de 'todo incluido, garantiza los ingresos fijos ya que los precios permanecen estables', dicen en el sector.