Francia se reserva el derecho a recomprar las autopistas
Francia ha impuesto unas condiciones draconianas en la privatización de sus tres primeras concesionarias de autopistas. La más llamativa es que los compradores se exponen a que decida renacionalizarlas cada año que pase a partir de 2013.
Una privatización que seguirá tutelada por el Gobierno. Es la conclusión que se extrae tras observar las férreas condiciones que exige el Ejecutivo conservador de Dominique de Villepin tanto en la venta como en el seguimiento del negocio de las compañías de autopistas que vende: Autoroutes du Sud (ASF), Société des Autoroutes du Nord et de l'Est de la France (Sanef) y Autoroutes Paris-Rhin-Rhône (APRR).
La más llamativa es la que contempla la posibilidad de que el Estado vecino recompre la red que va a privatizar en breve 'por motivos de interés general', según el documento de carácter confidencial al que ha tenido acceso Cinco Días. Puede decidirlo desde el 1 de enero de 2013 y ejercer este derecho cada año a partir de esa fecha.
Para los 18 grupos internacionales que certificaron su interés en pujar el pasado agosto esto significa que podrán explotar durante siete años el negocio pero, a partir de ese plazo afrontan el riesgo de tener que devolverlo. Entre las que prevén presentar oferta figuran las concesionarias españolas de autopistas Abertis (controlada por ACS y La Caixa), Cintra (de Ferrovial), Itinere (de Sacyr) y el grupo de construcción y servicios FCC.
En caso de rescate, el cahier de charges contempla una indemnización que recibirían el mismo año en que el Ejecutivo decida la recompra calculada según los activos, las inversiones y otros factores financieros.
Explicar cómo será el consejo
En teoría, una concesión de autopistas puede ser reclamada por el Estado a posteriori aunque no es usual. Lo que ya no parece tan normal es que en una privatización con la que Francia ingresará unos 13.000 millones el documento de condiciones imponga los plazos y detalles de la recompra.
La explicación de esta condición está en el fuerte clima de rechazo, espoleado por la oposición, que la privatización de las tres autopistas ha generado en Francia, país proclive al estatalismo. El Gobierno trata de demostrar así 'que se preocupa por el interés general' en un proceso que es criticado como una 'venta de las joyas de la corona', afirman los expertos.
De momento, los grupos españoles parten con grandes posibilidades para hacerse con APRR y Sanef, segunda y terceras sociedades de autopistas francesas. No pujarán por la primera, ASF, que previsiblemente acabará en manos de la constructora gala Vinci, que posee el 23%.
Los 18 grupos -entre los que figuran grandes del sector como la italiana Autostrade, la francesa Eiffage o la australiana Macquarie- que quieren pujar por el 70,3% de APRR y el 75,7% de Sanef se afanan ahora en cumplir los exigentes requisitos franceses. Entre los aspectos poco habituales que deben detallar en la oferta que pueden presentar hasta el 7 de noviembre incluye explicar cómo va a ser el consejo de administración, su composición y cómo evolucionará la gestión.
A esto se une el detalle del plan industrial, en el que deben explicar la estrategia o los futuros acuerdos con otros socios, amén del plan social en el que tendrán que advertir si plantean recortes de empleo, entre otras cosas.
Una vez adjudicadas las compañías, el Gobierno aplicará una estrecha vigilancia a la gestión y a las inversiones del comprador. Le exigirá informes trimestrales y anuales, además de cumplir con ratios financieras estrictas y con un mantenimiento so pena de sanciones.
BNP Paribas y Goldman asesoran en la venta
La mayor privatización en autopistas será negocio para el primer banco del país, BNP Paribas. La entidad es asesora en la operación, valorada en unos 13.000 millones, junto con el estadounidense Goldman Sachs. Los grupos internacionales interesados en la compra de las tres autopistas francesas tienen menos de dos semanas para presentar oferta en firme en un proceso en el que el Gobierno se reserva la posibilidad de una tercera fase en la que el ganador puede ser descabalgado. Entre los exigentes requisitos de la venta figuran éstos:l Los compradores tienen que asumir la deuda que de las autopistas depositada en la Caisse Nationale des Autoroutes. ASF acumula 7.873 millones y Sanef y APRR, 4.411 y 5.252 millones, respectivamente, al cierre de 2004. Deben mantenerla además en ratios muy medidas ligadas al peso sobre el beneficio bruto de explotación y las cargas financieras.l Habrá sanciones en caso de no cumplir con las condiciones de mantenimiento y de obras. En casos graves de retrasos de casi un año, las multas pueden ascender hasta 90.000 euros diarios.l Bajo pena de sanción, los nuevos gestores deben asegurar la circulación 'en condiciones de seguridad y comodidad'. Si no hay acuerdo para definir la calidad en la explotación el Gobierno fijará los objetivos.l Aunque no está escrito como condición, Francia ve con mejores ojos los consorcios con socios galos. Abertis se ha aliado a AXA y Crédit Agricole, mientras Cintra se ha unido a Caja Madrid, y los fondos canadienses Borealis y Ontario Teachers. Itinere y FCC tantean alianzas.