_
_
_
_
Revolución en el sector eléctrico

El nuevo intento de reorganizar el sector tiene visos de prosperar

La reorganización del sector energético español a través de la creación de un gran grupo multiservicio es una historia que viene de largo y que está plagada de fracasos. Sin embargo, el último intento para lograr este objetivo, plasmado en la opa que ayer lanzó Gas Natural sobre Endesa, puede ser el definitivo ya que está a salvo de los puntos débiles que hicieron guardar en los cajones de los ejecutivos los asaltos anteriores.

En primer lugar, la operación parece contar con el visto bueno del Gobierno, respaldo que no vieron plasmado Endesa e Iberdrola, por ejemplo, cuando el Ejecutivo puso condiciones a su fusión. Tampoco la opa de Gas Natural sobre Iberdrola tuvo el visto bueno de la autoridad política. Además, y a diferencia de aquella operación, esta vez los dos accionistas de referencia de Gas Natural, La Caixa y Repsol, reman en la misma dirección. Asimismo, Endesa, al contrario que la eléctrica vasca, no cuenta con un núcleo duro de accionistas tan amplio (el mayor inversor es Caja Madrid con un 9%) a los que habría que convencer de las bondades de la operación.

El ministro de Industria, José Montilla, no quiso hacer ayer una valoración de la opa y se remitió al momento en el que se conocieran todos los detalles de la misma para emitir un juicio. A pesar de este silencio, Montilla ya mostró el año pasado su anuencia en la que podría denominarse como primera piedra de esta operación: la decisión de La Caixa de sustituir a Alfonso Cortina por Antonio Brufau al frente de la presidencia de Repsol.

No obstante, el hecho de que la oferta llegue con el Libro Blanco sobre el sector energético recién presentado puede añadir alguna incertidumbre acerca del desenlace del órdago lanzado por Gas Natural. El propio Montilla, en una entrevista concedida a Cinco Días el pasado mes de agosto, señalaba lo siguiente: 'No creo que haya ningún movimiento empresarial en los próximos meses, porque todos saben que habrá reformas'.

Un rosario de intentos estériles

Sin contar el acuerdo de colaboración que firmaron en la década de los noventa del siglo pasado Endesa y Repsol, ni los rumores desmentidos por los implicados en 2004 acerca de una fusión a tres bandas (Endesa, Gas Natural y Aguas de Barcelona), la opa de Gas Natural sobre Endesa constituye la tercera intentona para reordenar el mapa del sector energético español, bastante más fragmentado que en la mayoría de los países europeos.

El primer movimiento de calado lo protagonizaron Endesa e Iberdrola. En octubre de 2000 los dos gigantes eléctricos anunciaron una fusión amistosa mediante un canje de acciones. Los accionistas de Iberdrola recibirían 18 títulos de Endesa por cada 23 acciones de Iberdrola que tuvieran más 0,15 euros por cada lote de 23 acciones. Las duras condiciones impuestas por el Gobierno del Partido Popular como requisito previo para aprobar la fusión, que tenía como objetivo, según sus protagonistas, 'iniciar un proyecto de expansión internacional y diversificación', obligaron a Endesa e Iberdrola a arrojar la toalla en febrero de 2001.

Las reticencias del Ejecutivo pospusieron en dos años los planes de las empresas del sector para crear un gigante energético. Fue precisamente Gas Natural quien en marzo de 2003 lanzó una opa hostil sobre el 100% de Iberdrola. La gasista ofrecía a los accionistas de la empresa vasca 6,8 euros en metálico más 0,58 acciones propias por cada título de Iberdrola. La postura contraria a la opa por parte de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) fue determinante en el fracaso de la operación.

En este sentido, Gas Natural podría contar ahora con el camino más despejado en su intento de comprar Endesa puesto que la cúpula del organismo regulador ha sido renovada. La sustitución de Pedro Meroño por María Teresa Costa al frente del organismo se ha visto acompañada por otros cambios tanto en el consejo como en los servicios del organismo que hacen más factible la operación.

Sin embargo, la negativa de la CNE no fue el único escollo que se encontró Gas Natural para hacerse con Iberdrola. La opa promovida por La Caixa fue rechazada por Repsol YPF, el segundo máximo accionista de la compañía catalana. Este problema parece que se ha solucionado en la actualidad con el relevo de Cortina por Brufau, entonces consejero delegado de Gas Natural y que comparte objetivos con Ricard Fornesa, presidente de La Caixa, que al parecer es el alma máter de la oferta por Endesa.

Otra dificultad que impidió que la compra de Iberdrola llegara a buen puerto fue el rechazo del núcleo duro de accionistas de la eléctrica vasca. BBVA y BBK, que totalizaban el 15% del capital social, se negaban a acudir a una oferta condicionada a obtener como mínimo el 75% de las acciones. En el caso de la opa actual sobre Endesa, Gas Natural cuenta a su favor con el hecho de que sólo Caja Madrid (que este año ha aumentado su participación desde el 5% al 9%) cuenta con un paquete lo suficientemente grande como para plantear problemas.

Lógica empresarial

Con independencia del resultado final de la opa, los analistas consideran que la unión de Gas Natural y Endesa tiene sentido desde el punto de vista empresarial. 'La tendencia a medio plazo pasa por la integración de gas natural y electricidad para crear estructuras verticales de generación eléctrica', destacan fuentes del mercado que prefieren mantener el anonimato. 'A la espera de conocer las condiciones finales de la oferta, la apuesta tiene lógica desde un punto de vista empresarial, ya que con ella se anula un posible competidor, se aprovechan las potenciales ventas cruzadas a clientes y se asegura el suministro de gas a un coste más competitivo. Además se obtendrían sinergias en Latinoamérica', añaden estas mismas fuentes.

La opa de Gas Natural, además de las posibles implicaciones en el mercado español (de ser aprobada estaría condicionada con casi toda probabilidad a la desinversión de activos que podrían ir a parar a los competidores, en particular a Iberdrola), llega en un momento en el que las grandes utilities europeas han empezado a mover ficha para ganar tamaño de cara a una posible reordenación del mapa energético europeo.

El último ejemplo ha sido el protagonizado por Suez. El grupo francés de servicios de agua, saneamiento y energía lanzó a comienzos de agosto pasado una opa por valor de 11.200 millones de euros para hacerse con el 49,9% de su filial belga Electrabel, que aún no controla. Suez, que poseía el 50,1% de Electrabel desde 2003, afirmó en un comunicado que su oferta se hace 'en una etapa decisiva en la constitución de un gran grupo franco-belga líder en Europa'. Los analistas consideran que el interés de Suez, que financiará parte de la operación mediante una ampliación de capital de 2.500 millones, sólo puede entenderse en el marco de una futura concentración del sector en Europa.

Un movimiento que podría desencadenar un efecto dominó

Si la opa de Gas Natural sobre Endesa tiene éxito dejaría las puertas abiertas a otras operaciones similares, incluidas las de carácter internacional, que desembocarían en una reordenación del sector energético en España.Es de esperar que el organismo regulador ponga condiciones, sobre todo en lo relativo a la desinversión de activos en un intento de frenar problemas de competencia, para aprobar la operación. La enajenación de estos activos podría reforzar a los competidores, especialmente a Iberdrola que goza de una estructura financiera saneada para acometer compras y que ayer ya avanzó que podría disponer de hasta 8.000 millones de euros para acometer estas adquisiciones, los cuales permitirían a la eléctrica vasca entrar en mercados donde ahora tiene poca presencia como, por ejemplo, Cataluña.Además de Iberdrola, los expertos consideran que Unión Fenosa es una de las empresas más afectadas al reabrirse el proyecto de reorganización dentro del sector eléctrico. El Banco Santander, accionista de referencia de Fenosa con un 20,3% del capital, no parece tener vocación de permanencia dentro de la compañía y podría deshacerse de su paquete en el caso de que llegase una buena oferta. El mercado ya ha especulado con esta posibilidad en varias ocasiones.Enagás es otra de las compañías afectadas por la opa. Gas Natural controla un 19,9% del capital y debe rebajar por ley su participación al 5% antes del 31 de diciembre de 2006. Las necesidades de efectivo para financiar la compra de Endesa quizás la lleven a acelerar el proceso de desinversión.Habrá que estar atentos también al intrincado sistema de participaciones cruzadas entre Gas Natural y Repsol, así como a las decisiones que puedan tomar las autoridades encargadas de velar por la competencia. La petrolera posee el 30% de la gasista, mientras que La Caixa, accionista de Gas Natural con el 30%, controla a su vez el 14,12% de Repsol.

Más información

Gas Natural opa a Endesa

C. G. / R. C. / M. C.

Archivado En

_
_