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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Luxemburgo dice sí

Luxemburgo se convirtió ayer en el decimotercer país de la Unión Europea que ratifica la Constitución europea y en el segundo, después de España, que lo hace por vía referéndum. Además es el cuarto (tras Letonia, Chipre y Malta) que avala el texto después de que Francia y Holanda lo rechazaran en sus respectivas consultas.

La apuesta, entre valiente y temeraria, del primer ministro Jean-Claude Juncker, que había llegado a prometer su dimisión si el texto era rechazado, merece un reconocimiento. Su decisión contrasta con el pragmatismo del primer ministro británico, Tony Blair, que canceló su referéndum tan pronto como se produjo el segundo no en Holanda; y con la indiferencia con que el primer ministro holandés, Jan Peter Balkenende, y el presidente francés, Jacques Chirac, encajaron los severos varapalos propinados por sus electorados.

Por desgracia, la ratificación de la Constitución en el Gran Ducado luxemburgués (451.000 habitantes) difícilmente permitirá encarrilar el proyecto. La Constitución, en su versión actual, es un cadáver andante y sólo cabe esperar que a partir de 2007, tras las elecciones presidenciales en Francia, un nuevo texto pueda recoger las partes más importantes del proyecto.

La victoria del sí en Luxemburgo sirve, al menos, para alentar el optimismo respecto a la ambición de esa futura renegociación. Un país fundador, riquísimo y contribuyente neto al presupuesto comunitario ha respaldado la integración europea, rompiendo la tendencia marcada por Francia y Holanda.

No se puede obviar, sin embargo, que Juncker sólo ha superado la prueba convirtiendo la consulta en un plebiscito personal. Y, a pesar de su innegable popularidad, los partidarios del no, sin apenas recursos ni espacio público, han cosechado un 43,48% de los votos emitidos. Ese porcentaje tan elevado indica que, incluso en un país tan europeísta y eurodependiente como Luxemburgo, estás surgiendo un creciente descontento hacia el modelo actual de integración comunitaria. Algo que también habrá que tener en cuenta en 2007.

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