La Unión Europea se plantea congelar la ratificación de la Constitución
La Comisión y el Parlamento Europeo se decantaron ayer a favor de buscar una vía intermedia entre la continuación del proceso de ratificación y el abandono definitivo de la Constitución europea. La salida apunta a una suspensión temporal de las ratificaciones, a ser posible, de común acuerdo entre los Veinticinco.
Las instituciones comunitarias comienzan a rendirse por fin ante la inviabilidad del proceso de ratificación de la Constitución europea tras la victoria del no en los referendos de Francia y Holanda. La salida intermedia que exploran ya los líderes políticos comunitarios se sitúa entre la continuidad indiferente del proceso de ratificación, preconizada por el eje franco-alemán, y el abandono definitivo del Tratado constitucional, opción temida por los euroentusiastas.
La solución que concita más apoyo es la congelación del proceso. Pero la división continúa sobre la interpretación de esa medida: para unos, se trata de reconocer que la Constitución ha muerto; para otros, es la última y desesperada oportunidad para intentar recuperar el proyecto más tarde, a ser posible, entre 2006 y 2008.
El 'nuevo consenso político', como lo definió ayer el presidente de la Comisión José Manuel Durão Barroso, en su intervención ante el Parlamento Europeo, se espera que emerja de la cumbre europea del 16 y 17 de junio. Barroso se cuidó mucho de no revelar el perfil preciso de ese acuerdo. Pero describió el negativo del retrato al admitir que las dos respuestas dadas hasta ahora a la crisis son igualmente erróneas.
'Una mayoría quiere que continuemos, pero haciendo una pausa', dice Borrell
'Una primera solución falsamente buena sería pretender que no ha pasado nada', señaló el portugués. Y rechazó asimismo 'la otra falsa buena solución', consistente en 'abandonar el Tratado constitucional'.
Pasar la página
Barroso recomienda un camino intermedio que 'sin poner en duda el proyecto constitucional, haga avanzar Europa y evite la parálisis'.
El Parlamento, aunque no ha logrado una posición común de todos los grupos, también se inclina por pasar temporalmente la página de los referendos. 'Creo que hay una mayoría que quiere que continuemos el proceso pero haciendo una pausa, cuya naturaleza y duración está por definir', resumió el presidente de la Eurocámara, Josep Borrell, la sesión plenaria de ayer
El eurodiputado del Grupo Popular Íñigo Méndez de Vigo, ardiente defensor de la Constitución y contrario hasta ahora a suspender la ratificación, recomendó que la prórroga se prolongue al menos 'hasta la presidencia austriaca de la UE en el primer semestre de 2006'.
Su grupo, hasta ahora dividido, acordó anteanoche pronunciarse en bloque por la suspensión. Méndez de Vigo advirtió que esa opción es la única que permitiría salvar más adelante la Constitución.
El Grupo Socialista, en cambio, sigue sin lograr el consenso. Los eurodiputados españoles figuran entre los más beligerantes a favor de continuar con la ratificación. Pero su empecinamiento aparece cada vez más aislado entre la creciente opinión a favor de la tregua.