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Inversión

El mercado pide más claridad en el presupuesto de EE UU

George Bush presentó el lunes una propuesta austera de presupuestos con fuertes recortes en gasto social para 2006. Con ellos quiere convencer a la comunidad financiera de que su promesa de rebajar los déficit es sincera. No ha tenido éxito.

El presidente de EE UU no encontró el aplauso que buscaba entre la comunidad financiera. La mayoría de los economistas americanos y la banca de Wall Street no creen que con unas cuentas como las presentadas el lunes el déficit, que tantas veces han advertido que amenaza la estabilidad de los mercados, se corrija.

En una nota a inversores de Goldman Sachs titulada 'menos restricciones de las que se cuentan', su analista Ed McKelvey dice que la austeridad en el presupuesto es menor de la esperada 'más aún, la restricción en el gasto depende de muchas asunciones que son altamente cuestionables'. Según McKelvey, 'el déficit no se encamina a su reducción'.

Varias son las razones que este y otros analistas dan. En primer lugar, los presupuestos, no recogen una buena parte de los gastos de las guerras en Irak y Afganistán, ni incluyen los gastos que llegarán de la privatización parcial de las pensiones que Bush pretende o los recortes de impuestos que quiere hacer permanentes. Además, las cuentas asumen una congelación de facto de los costes no militares durante cinco años, algo que apoyándose en la experiencia de años anteriores se duda que el Congreso apoye. Los recortes sociales planteados son duros y una parte del Congreso tiene una cita con las urnas en 2006. De hecho, la disminución de las ayudas a los agricultores puede que encuentren su primer y definitivo muro en las filas republicanas.

Por el lado de los ingresos, Bush se olvida de la reforma de un impuesto, el AMT, pensado para las clases altas pero legará a afectar pronto a la clase media. Aún así la Casa Blanca estima que el déficit en 2006 será de 390.000 millones de dólares, muy lejos del objetivo de dejarlo en el 1,5% del PIB en 2009.

La mayoría de los comentarios de los economistas van en la línea del expresado por Fred Bergsten, presidente del Institute for International Economics, que cree que considera increíble las asunciones del presidente: 'Los mercados se fijan en trayectorias y contrariamente a lo que dice el Gobierno ésta muestra un progresivo incremento del déficit'. 'Es muy irrealista', afirmaban desde la Concord Coalition. En UBS se hacen eco de estas preocupaciones y afirman que las omisiones del presidente y la subestimación de los gastos militares, les hacen pensar que no se reducirá el déficit.

El optimismo de la Reserva Federal

Pese al jarro de agua fría que la mayoría de los economistas y analistas financieros y políticos echaron sobre el proyecto de presupuestos de Bush, el dólar, que tanto ha sufrido en su valoración la presión de los déficit, se apreciaba ayer frente al euro y el yen.La razón es que, de momento, los mercados de cambio están dando más peso a las declaraciones optimistas de los gobernadores de la Reserva Federal que a la credibilidad de las grandes cuentas del Estado. Y es que la Reserva está mostrando la mejor cara de EE UU. Si el viernes su presidente, Alan Greenspan, aseguraba que por fin 'se oyen las voces de la restricción fiscal en Washington', el lunes por la noche, el mismo día de la presentación del presupuesto, la gobernadora Susan Bies, dijo que EE UU está atrayendo una 'tremenda cantidad de inversión extranjera'. Para esta gobernadora, que forma parte del comité abierto, la economía crece 'a un ritmo saludable'.El optimismo de la Reserva Federal, cuyo presidente apoyó los recortes de impuestos de Bush tanto en 2001 como en 2003, contrasta con los analistas y muchos de los expertos de think tanks independientes. No obstante y pese a que las subidas de tipos, ayer los analistas de UBS recordaban las palabras de Greenspan el viernes para asegurar a continuación que esperaban que los mercados 'financieros reaccionaran con más escepticismo' a las perspectivas dibujadas por el presupuesto federal.Steve Barrow, estratega de divisas de Bear Stearns en Londres dijo a la agencia Bloomberg ayer que 'el largo plazo apunta a que el déficit mantenga su peso negativo sobre el dólar'. 'Da igual lo que digan Greenspan o Bush sobre el déficit', señala este analista que cree que el dólar se cambiará a 1,45 por cada euro este año.

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