El PIB modera su crecimiento por el freno de la inversión en bienes de equipo
El indicador sintético mensual Eriste-Cinco Días está viendo frenada la aceleración que venía experimentando desde octubre de 2002. La explicación de este hecho se encuentra en la falta de recuperación de las partidas que se habían debilitado: el freno repentino de la actividad industrial, un menor ritmo de crecimiento de la inversión en bienes de equipo y un deterioro de nuestros intercambios comerciales.
En el tercer trimestre de este año, el PIB español creció un 2,4%, tal y como preveía el indicador sintético Eriste-Cinco Días. Mantenemos una previsión de crecimiento del 2,4% en el conjunto de este año y del 2,8% en 2004, aunque no descartamos una revisión a la baja en los próximos meses.
De los componentes de la demanda interna, el consumo privado ha experimentado una ligera aceleración, empujada por una mejora de la confianza de los consumidores y por un buen comportamiento de las rentas salariales. La inversión en construcción mantiene un buen ritmo y ha superado la paulatina desaceleración sufrida a lo largo de 2002. La inversión en equipos, por el contrario, ha confirmado en el tercer trimestre las dudas que empezó a mostrar en el segundo y se está desacelerando. Sin duda, el estancamiento mostrado por el sector industrial, el mayor demandante de bienes de equipo, que ha parado el proceso de recuperación iniciado a finales del año pasado, y las incertidumbres sobre el contexto internacional son las causas de esta reversión en la evolución de la inversión empresarial.
Las exportaciones están creciendo muy poco, debido a la debilidad de la demanda interna de los socios de la UEM y a la fortaleza del euro. Las importaciones, por su parte, lo están haciendo a un mayor ritmo.
El mayor peligro: un alza de tipos
Junto a un mayor deterioro del contexto internacional, que todavía no da signos claros de recuperación económica, sobre todo dentro de la Unión Europea, el mayor peligro está en una brusca elevación de los tipos de interés, que podría afectar a la solvencia de unas familias altamente endeudadas y tener repercusiones sobre el ritmo del consumo y sobre la morosidad bancaria.Por el momento, nos parece más probable el escenario de una ligera y paulatina subida de los tipos (especialmente los de los plazos largos), que afectará a las decisiones de gasto, pero que no producirá cambios bruscos en las mismas. En las últimas semanas han sido numerosos los organismos que han puesto de relieve este peligro de una eventual subida de tipos, pero todos coinciden en que el aumento será suave y progresivo.