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Vivienda

La movilidad geográfica cae a la mitad desde 1987 por el precio de las casas

Los españoles que cambian su residencia para residir en otro lugar del país ha descendido un 43% desde 1987, según un estudio elaborado por la empresa de trabajo temporal Manpower. En aquel año 169.000 personas dejaron el municipio en el que residían hasta entonces, mientras que en 2001 la cifra se redujo a 96.000.

La principal conclusión del estudio presentado ayer en Barcelona por Josep Oliver, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona, es que, a pesar de lo que se podría sospechar a priori, no existen una correlación clara entre paro e inmigración. Pero entre las razones de la drástica disminución de la movilidad apuntadas por Oliver destacan dos de índole laboral: la incorporación de la mujer al mercado de trabajo y el mayor empleo de la población juvenil. 'Ahora una familia que decide emigrar no debe buscar únicamente trabajo para el cabeza de familia, sino también para la mujer y probablemente para algún hijo'. Los otros motivos que han influido en la caída de movimientos migratorios son inmobiliarios. 'El incremento del precio de la vivienda y la inexistencia de una cultura de alquiler similar a la de otros países europeos'. Así, los españoles prefieren en general continuar en el paro antes de trasladarse a otra comunidad autónoma a buscar un trabajo. 'Esta situación unida a la falta de natalidad propiciará la entrada de inmigrantes procedentes de otros países', pronostica el estudio basado en la encuesta de población activa.

Sólo un 45% entre CC AA

La caída de los movimientos migratorios en el interior del país es todavía más acusada si se tiene en cuenta que del total de 1.880.2000 migraciones registradas entre los años 1987 y 2001, un 40,5% se produjeron entre municipios de la misma provincia. En esta tipología se incluyen los cambios de residencia en que los 'emigrantes' dejan una gran ciudad, como Madrid o Barcelona, para residir en un municipio cercano, como Alcorcón o Sabadell. Estos movimientos se producen, según explicó Oliver, 'además de por el precio de la vivienda, que expulsa a la población de las grandes ciudades, porque en los últimos años ha aumentado más la actividad económica en la periferia de las ciudades'.

La emigración a otras provincias dentro de una misma comunidad autónoma supuso el 14,3% de los movimientos del periodo estudiado. Algo menos de la mitad, el 45,2%, se registraron entre diferentes comunidades autónomas del país.

Oliver explicó que no tiene sentido comparar la movilidad interior con la que existe en otros países europeos porque en éstos 'no hay unas diferencias de paro tan grandes entre comunidades o regiones como las que hay aquí'. Según el estudio, Andalucía soporta una tasa de paro del 18,8%, frente al 4,4% de la Rioja. 'El único país que podría ser comparable es Alemania, por las diferencias este-oeste, pero tampoco allí se registran grandes movimientos', explicó Oliver.

Funcionarios y retorno de los jubilados

En la década de los sesenta y los setenta más de tres millones de españoles emigraron dentro del país. En los últimos 15 años la movilidad se ha reducido a la mitad y además sorprende el hecho de que las comunidades autónomas con mayor tasa de paro no sean a la vez las que más tasa de emigración registran. Esta lista está encabezada por Baleares, Madrid o Castilla y León, comunidades todas ellas con un porcentaje de paro inferior a la media nacional, 10,5%. En cuanto a las comunidades autónomas que más inmigrantes reciben aparece en primer lugar Andalucía, seguida de Madrid y Valencia. Las comunidades que aparecen en los primeros puestos de entradas y salidas reflejan que los movimientos migratorios están muy vinculados con la movilidad de trabajadores del sector público y con el retorno a sus comunidades de origen de jubilados que en su día fueron emigrantes.

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