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Mercado

La especulación se instala en los mercados de bonos y acciones

La sesión de ayer fue una muestra de las dudas existentes en el mercado de bonos después de dos meses de debilidad. Los precios iniciaron la sesión con caídas, se recuperaron después y volvieron a retroceder a media tarde. La rentabilidad sufría vaivenes similares, pero en sentido contrario. Con todo, el precio del bono español a 10 años está en el mínimo de dos meses y la rentabilidad está cerca del 4%.

La Bolsa también mostraba falta de rumbo tras la fuerte subida del lunes. El Ibex sumó un 0,3% y quedó por segunda sesión consecutiva a las puertas del 7.000. El índice llegó a ganar el 0,9% y superó esa referencia en el mejor momento del día.

La cifra de actividad fue elevada, 4.330 millones, de los que 2.889 se movieron en bloques y operaciones especiales, en movimientos típicos previos al pago de dividendos.

El Ibex no puede con los 7.000 puntos en una sesión con negocio elevado por las aplicaciones

En otros mercados europeos el comportamiento fue similar: las Bolsas oscilaron entre leves pérdidas y alzas limitadas, mientras los bonos sufrían altibajos. En Alemania, el rendimiento de los títulos a 10 años se sitúa alrededor del 4%.

También en Japón se vive una situación parecida. El precio de los títulos a 10 años ha caído y ha impulsado la rentabilidad hasta el 1,17%, frente al mínimo de 0,448% de junio. Las subastas de títulos, por su parte, tienen poco éxito y la Bolsa está en el máximo de 11 meses. 'La incógnita está en el nivel en que los nuevos compradores se sentirían atraídos ¿4%?', se preguntan los expertos de International Strategy.

Esta situación en los mercados de bonos y acciones ha abierto un debate entre los analistas. 'En las últimas sesiones ha habido una clara desviación de fondos hacia las Bolsas', dicen en ABN Amro.

'Que la burbuja de la renta fija iba a estallar tarde o temprano es algo que todo el mundo da por hecho. Lo que no está claro es que la burbuja haya empezado a perder aire, ya que es lo que gran parte del mercado considera', dice Francisco Mora, operador de Bolsa. 'Más que del estallido en sí, de lo que tenemos que estar preocupados es de los denominados efectos colaterales, de la violencia en la traslación de fondos desde unos mercados a otros y del impacto de este movimiento en la cuenta de resultados de gestoras y de bancos de inversión', dice Fernando Areces, gestor de patrimonios.

Que la banca de inversión, principalmente la anglosajona, ha sido la gran impulsora de este mercado y la más activa en inflar la burbuja es algo que no sorprende a ningún experto. 'Nos sorprende que la Fed y el BCE sucumban a las presiones cuando se ha visto que la política monetaria no sirve parea reanimar la economía', dice el economista Tomás Prieto.

El futuro de la deuda pública, en revisión

¿Ha comenzado a desinflarse ya la burbuja de la renta fija? ¿Perderán su atractivo los bonos? Los expertos debaten en las últimas semanas sobre el futuro de las emisiones de deuda pública en el mundo debido a las necesidades ingentes de financiación de los países industrializados y a los bajos tipos de interés, que dificultan su colocación.Hay multitud de teorías sobre este último asunto. El catedrático de Economía Santiago Niño señala que 'se emiten bonos porque se necesita dinero y no se obtiene por otras vías; a más necesidades, más bonos. Pero, ¿qué pasaría si las necesidades de dinero decrecieran? Los Estados han emitido bonos para cubrir unos presupuestos de gastos que no podían ser cubiertos por impuestos', afirma este experto.Según este catedrático, los motivos continúan siendo los mismos hoy, pero hay una diferencia con, por ejemplo, la década de los sesenta, y es que las presiones fiscales van a la baja. 'Los impuestos directos están decreciendo, intentando que las economías ganen competitividad, y los indirectos subiendo, para tratar de compensar lo anterior. El problema estriba en que éstos son función directa del consumo de lo que sea, por lo que su evolución depende de la actividad. La única manera de cuadrar cuentas es reducir las necesidades de fondos. ¿Cómo se hace eso?, reduciendo gastos. Por ejemplo, los relacionados con el Estado de bienestar. Si los gastos se reducen no hacen falta tantos ingresos. La tendencia es, sin embargo, hacia la nueva deflación, por lo que los tipos de interés no tenderán a subir y el atractivo de los bonos se reducirá', dice Santiago Niño.

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