La inmigración lleva el aumento de población al nivel más alto en 10 años
El Movimiento Natural de Población elaborado por el Instituto Nacional de Estadística revela que España ha logrado invertir la tendencia demográfica en los últimos cinco años. Si en 1998 estuvo a punto de registrar descenso de población, con un tímido aumento de 4.684 personas, en 2002 el aumento fue ya de 49.980 personas (cuarto año consecutivo de avance) una cifra desconocida en los diez últimos ejercicios.
El avance en 2002 se produce tras 416.518 nacimientos (ya superó los 400.000 en 2001), y 366.538 defunciones, la cifra más alta registrada al menos desde 1976, con la excepción de 1999, lo que da una idea del paulatino envejecimiento de la población.
Con el número de nacimientos citado, la tasa de natalidad (número de nacimientos por cada mil habitantes) subió hasta el 10,14%, que no se registraba desde el año 1991, aunque está muy alejado del 18,76% que se registró en 1976, uno de los últimos años del baby boom en España. Este impulso a la tasa de natalidad y a la población natural es imputable especialmente a los extranjeros, a los inmigrantes, ya que el 10,4% (uno de cada diez nacidos) lo son de madre extranjera, mientras que hace sólo dos años (en 2000) eran sólo seis de cada cien.
En 2002 se registraron 43.469 nacimientos de madre extranjera, un 31,4% más que los 33.076 de 2001; en 2002 nacieron de madre extranjera 24.644, el 6,2% del total. Prácticamente uno de cada dos nacidos de madre extranjera (el 45,7%) corresponde a mujeres americanas, el 26% a mujeres africanas y un 22,3% a mujeres europeas. Por países, el 20% de los nacimientos corresponde a madres marroquíes; el 19%, a madres ecuatorianas, y el 11%, a madres colombianas.
De los 49.980 personas de incremento vegetativo de la población, 35.176 proceden del saldo de extranjeros (nacimientos menos de funciones), nada menos que un 70% del avance de 2002.
Pérdidas de población
Pese al avance de población, el número de matrimonios (la tasa de nupcialidad llegó a 5,09 matrimonios por cada mil habitantes) se estancó prácticamente en los dos últimos años, tras crecer notablemente en el año 2000.
De los 209.065 matrimonios, 17.841 tenían al menos a uno de los cónyuges extranjero, el 8,5% del total.
Las comunidades autónomas con mayor crecimiento de población fueron Madrid, Andalucía y Cataluña. Por el contrario, Galicia, Castilla y León, Asturias y Aragón tuvieron crecimientos negativos significativos.
Registraron también caídas, aunque más limitadas, País Vasco, La Rioja, Extremadura, Castilla-La Mancha y Cantabria.
Madrid, comunidad que tiene una de las tasas de natalidad más alta y la mortalidad más baja, registró el mayor avance vegetativo de población, con 23.595 personas; en Andalucía aumentó en 20.234, y en Cataluña, en 9.668. El mayor ajuste se produce en la comunidad de Galicia, con casi nueve mil personas.
La menor fecundidad de la UE
El avance de la población en España no ha impedido que siga manteniendo el indicador coyuntural de fecundidad más bajo de la Unión Europea. Este índice, que mide el número medio de hijos por mujer, en España es de 1,26 en 2002, que, pese a todo, es el más elevado desde 1993. æscaron;nicamente Italia tiene un índice similar al español, de 1,24 hijos por mujer en el año 2001, último ejercicio para el que Eurostat dispone de datos homologables. La tasa más alta de la Unión Europea la tiene Irlanda, con 1,98 hijos por mujer, seguido de Francia, con 1,90, debido a su política de fuertes incentivos a la natalidad en los últimos años.En 1976, sin embargo, España tenía una tasa de 2,80 hijos por mujer, sólo superada en aquel entonces por Italia, con 3,31 hijos. Curiosamente ambos países han seguido la misma senda descendente hasta mínimos europeos. España tocó el mínimo en 1996: 1,16 hijos por mujer.
Castilla y León es la comunidad autónoma más envejecida
Una población se considera envejecida cuando los mayores de 65 años representan como mínimo el 10% del total. Acorde con esta definición la población española está más que envejecida porque el 17% de su población ha superado la barrera de los 65 años.Un estudio de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) demuestra, además, que todas las comunidades autónomas, salvo Canarias, también superan con creces ese 10%. Así, la tasa de envejecimiento (población mayor de 65 años sobre el total de la población) de Castilla y León es la más alta de toda España, situándose en un 22,3%, seguida de Aragón y Asturias (21%). La población canaria es la más joven, con sólo un 11,3% de mayores de 65 años.El principal problema de este proceso de envejecimiento es el coste que esto produce en cuidados médicos y sociales y, a medio y largo plazo, la incidencia que esto tiene en el incremento del gasto en pensiones.Según las previsiones de la oficina de estadística europea, Eurostat, citadas por Funcas, la tasa de envejecimiento crecerá un 18,6%, algo menos que en la totalidad de la UE, donde esta tasa aumentará un 2,72%.Los problemas se agudizan a medida que la población de mayores supera los 80 años, ya que en su mayoría empiezan a necesitar ayuda para realizar las tareas habituales. El 42% de las mujeres y el 29% de los hombres mayores de esa edad no pueden ducharse solos y el 17% de los hombres y el 28% de las mujeres no pueden realizar las tareas domésticas.Sin embargo, aunque haya un mayor porcentaje de mujeres mayores de 80 años que necesitan ayuda en el día a día, éstas son más longevas y por cada 10 individuos mayores de 85 años en España, siete son mujeres.