EE UU y Reino Unido endurecen los ataques en la zona de exclusión iraquí
El Comando Central de las Fuerzas Armadas estadounidenses reconoció ayer haber atacado cinco objetivos en la zona alrededor de la medianoche (hora española) del domingo.
Las fuentes del Ejército estadounidense especificaron que los ataques se produjeron contra una instalación de defensa antiaérea y cuatro de comunicaciones militares después de que los aviones aliados recibieran fuego enemigo. Estas últimas se localizan cerca de Al Kut, unos 153 kilómetros al sureste de Bagdad, y la base militar cerca de Basra, a 395 kilómetros al sureste de la capital iraquí.
'Se están evaluando los daños causados a los objetivos alcanzados', afirmó el Ejército de EE UU.
Los aviones estadounidense y británicos patrullan diariamente la zona de exclusión aérea, establecida tras la Guerra del Golfo, en 1991, y que Irak no reconoce. Desde ese año, el Pentágono ha explicado los cientos de ataques como operaciones 'de defensa' ante actividades militares iraquíes.
Washington y Londres cuentan con una fuerza de más de 220.000 soldados en el Golfo como parte de los preparativos para una eventual invasión de Irak.
Ayer, sin embargo, el precio del crudo reflejó las crecientes dificultades para que el presidente de EE UU, George Bush, pueda llevar adelante los planes de atacar Irak. El barril de crudo brent cayó 40 céntimos, a 31,42 dólares el barril en el mercado de Londres como consecuencia de la negativa del Parlamento turco a aceptar la entrada de tropas estadounidenses.
El petróleo que se negocia en Nueva York, el West Texas Intermediate, también se contrajo y a las 21 horas se negociaba a 35,78 dólares el barril, después de que la semana pasada alcanzara el máximo desde octubre de 1990 al venderse a 39,99 dólares.
El presidente de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Abdulá al Attiya, anunció ayer que los límites de producción del cartel se suspenderán en caso de guerra para sustituir las exportaciones de crudo de Irak.
Rechazo de Turquía
El sábado el Parlamento turco negó el acceso de tropas estadounidenses en una votación que se inclinó por el rechazo por sólo cuatro votos. Ayer permanecía la duda de si el Parlamento turco volverá a votar esta semana la misma moción, esencial para establecer un frente en el norte de Irak, como las Fuerzas Armadas de EE UU pretenden.
Por su parte, el portavoz del Cuartel Supremo de la OTAN en Europa (Shape) manifestó que la contribución hecha por los países aliados para completar las medidas de defensa preventiva de Turquía en caso de guerra 'no cumplen los requisitos, por lo que se ha pedido a las naciones que reconsideren sus propuestas'.
Ayer, Kuwait se mostró dispuesto a recibir las tropas estadounidenses que Turquía ha rechazado. 'Si recibimos una petición oficial al respecto, responderemos positivamente', manifestó el ministro kuwaití de Defensa, el jeque Yaber Bin Hamad al Sabah.
Otro revés a los planes del presidente Bush fue la destrucción por parte de Irak de parte de los misiles que violan el alcance permitido para cumplir con las exigencias de la ONU. Ayer el Gobierno iraquí continuó la destrucción de misiles que inició el sábado y anunció además que esta semana presentará un informe que demuestra la destrucción de armas biológicas y químicas, entre ellas el ántrax y el gas nervioso.
El día 7 de marzo el jefe de los inspectores de la ONU, Hans Blix, presentará su nuevo informe ante el Consejo de Seguridad de naciones Unidas, donde Washington no ha conseguido aún el apoyo necesario para iniciar un ataque.
'Ha habido progreso en algunas áreas. En otras permanecen las dudas', dijo ayer el portavoz de Naciones Unidas, Hiro Ueki. No obstante, Ueki reconoció que hay 'más signos positivos de cooperación'. Alemania celebró la destrucción de misiles, mientras que Reino Unido consideró insuficiente el movimiento.
Una posible guerra golpearía económicamente mucho más a Europa que a EE UU, según un informe del Instituto de Investigación Económica de Austria (Wifo) publicado ayer. Según éste, Europa se vería perjudicada por un descenso de los ingresos reales en los hogares, mientras que EE UU se beneficiaría de la expansión de su industria armamentística.
Por su parte, Juan Pablo II envió ayer al cardenal Pío Laghi, ex embajador del Vaticano en EE UU, a intentar convencer a Bush de que cese en su empeño de iniciar una guerra.
Coca-Cola traslada a Grecia su fábrica de Bahrein
La compañía estadounidense de refrescos Coca-Cola anunció el domingo su intención de trasladar la base operativa para Oriente Próximo del Emirato de Bahrein a Grecia.La empresa se apresuró a desmentir que la decisión esté relacionada con la ofensiva de la Administración Bush contra Irak. 'Es un cambio definitivo', reconoció el portavoz de Coca-Cola Arabia, Philippe Georgiou, 'pero nuestro compromiso, servicio y presencia serán exactamente iguales', aclaró. La retirada de Coca-Cola coincide con el creciente sentimiento antiamericano en los países árabes y con el refuerzo de las inversiones en seguridad que están haciendo las grandes multinacionales de EE UU en la zona. Identificadas como iconos de la cultura estadounidense, estas compañías son objeto de constantes ataques. McDonald's, Pizza Hut o KFC han sufrido atentados en países árabes como Arabia Saudí y Líbano. Las instalaciones de Citibank, parte de Citigroup, en El Cairo han recibido amenazas de bombas. Irán ha prohibido la publicidad de cualquier producto estadounidense. En Kuwait, Americana, propietaria de Pizza Hut, Hardees y KFC, ha hecho una campaña publicitaria multimillonaria para aclarar que los productos utilizados y el personal de sus establecimientos en el Emirato son '100% árabes'. En el propio Bahrein, Burger King también ha colocado anuncios en varios medios de comunicación para explicar que todos los ingredientes de sus productos son comprados en el mercado local o en otros países árabes.