El FMI califica de 'impuesto del terror' los efectos del ataque a Bali
En un momento en que la incertidumbre es la nota dominante en la economía mundial, el atentado de Bali añade dudas a la recuperación. Así lo expresó ayer Rogoff en Singapur, aunque no pudo detallar los daños que supondrá para la economía.
'Es plausible que el efecto económico sobre el crecimiento de la región en el próximo año será limitado, pero ese panorama es dependiente, por supuesto, de cuánto evoluciona la situación de seguridad, cómo responden las medidas y sobre todo los efectos sobre las empresas y la confianza del consumidor en el área y el resto del mundo', dijo Rogoff en una conferencia de prensa.
A pesar de las supuestas variables, el economista del FMI señaló: 'Uno puede pensar que hay un impuesto de terror sobre la economía global'. Rogoff se refirió a las consecuencias de ataques como el de Bali o el 11 de septiembre, entre ellas el encarecimiento de los seguros y la protección, que alteran como mínimo las tendencias positivas en productividad y tecnología.
Aunque no quiso cuantificar el desastre, Rogoff destacó el momento en el que ha tenido lugar el atentado, 'un momento en el que la recuperación global es tibia, con muchos riesgos en el camino', por lo que 'la medida apropiada es mantener la calma'.
Las mayores repercusiones se esperan en los países vecinos de la región del sureste asiático. Daniel Lian, economista de Morgan Stanley en Singapur, afirma que los ataques podrían elevar permanentemente la prima de riesgo que demandan los inversores para colocar su dinero en la región, lo cual perjudicaría la tímida recuperación del sureste asiático tras la crisis financiera de 1997-98.
'Si los turistas y el capital occidental descartan más a Indonesia y el sureste asiático por percibir a la región como un foco de terrorismo activo, las economías del área quedarán aún más marginadas y aumentarán los riesgos geopolíticos en un círculo vicioso', dijo Lian en un informe.
La Bolsa de Yakarta bajó ayer un 4%, después de haber caído un 10% el día anterior. Las Bolsas de Malaisia y Filipinas también registraron pérdidas.
'El coche bomba trajo un panorama grave y sombrío para quienes trabajamos en la planificación de la economía, pues nuestras estrategias siempre presuponen la estabilidad en la región', manifestó a The Business Times el singapurés Khaw Boo Wan, presidente del comité gubernamental encargado de convertir Singapur en un centro regional de servicios de primera clase.
El Standard Chartered Bank señaló a China y otras economías del norte de Asia como las más beneficiadas. Los inversores internacionales que huyan de la zona encontrarán el rápido crecimiento del norte como un gran atractivo para sus inversiones.
El sector turístico será el más afectado. Indonesia esperaba ingresar 5.400 millones de dólares (5.450 millones de euros) este año por ese concepto, pero las cancelaciones de viajes no se han hecho esperar. El Comité de Revisión Económica de Singapur ya ha confirmado la anulación de vuelos a la isla.
El secretario general de la Organización Mundial del Turismo (OMT), Francesco Frangialli, reconoció que el atentado provocará una recesión en la llegada de turistas a Indonesia y se comprometió a emprender las acciones necesarias para atenuar las consecuencias.
Australia fue ayer el último país en responsabilizar a Al Qaeda, por medio de sus vínculos con el grupo islamista Jemaa Islamía, del atentado que causó 187 muertos. Indonesia y Estados Unidos ya lo habían hecho el lunes.