El atentado de Bali penaliza en Bolsa a los sectores de aerolíneas y turismo
El Ibex retrocedió un 1,02%, el primer descenso después del rebote vivido desde el pasado jueves. El nerviosismo por los actos terroristas, junto a una nueva sesión de debilidad en los mercados brasileños, forzó las caídas.
El volumen de negocio se mantuvo débil, con el dinero a la expectativa, en una sesión semifestiva en Estados Unidos y carente de indicadores o resultados empresariales relevantes. Se movieron 1.086 millones en el mercado continuo.
El resto de plazas europeas registró comportamientos similares. Las pérdidas fueron desde el 2,75% que bajó Francfort, atenazada por la banca, hasta el 0,55% y 0,59% de la Bolsa Londres y París.
Los mercados estadounidenses operaban a medio gas, debido a que se celebraba el día del Descubrimiento. La caída de Wall Street en la apertura, tras el fuerte repunte del viernes, tuvo influencia negativa en las plazas europeas.
Un año después de los ataques del 11 de septiembre en Estados Unidos, el atentado de Bali, en el que murieron más de 180 personas, ha vuelto a recordar la amenaza de desestabilización que supone el terrorismo.
Este acto se suma a otros de menor impacto ocurridos en las últimas semanas, como la explosión de un petrolero francés cerca de un puerto del sur de Yemen o el ataque contra marines estadounidenses en Kuwait. Ninguno de estos sucesos ha sido totalmente aclarado, pero se sospecha de la autoría del grupo terrorista Al Qaeda.
Además de las implicaciones desestabilizadoras, el suceso 'podría reforzar las posiciones de Estados Unidos y Reino Unido en relación a un posible ataque a Irak', como señalan los analistas de Safei, una vez que se había mitigado la amenaza de guerra inminente.
El nerviosismo se cebó especialmente con las aerolíneas y cadenas hoteleras. Los actos terroristas han incrementado el temor a que la industria sufra un nuevo revés, cuando apenas empieza a superar el efecto de los atentados contra las Torres Gemelas y el Pentágono.
Se da la circunstancia de que el objetivo del ataque de Indonesia fueron intereses turísticos, y la mayoría de las víctimas, extranjeras.
Entre las líneas aéreas, Lufthansa y Air France bajaron un 4,39% y un 4,64%, mientras que Iberia cayó un 1,4%. Todas habían registrado avances el viernes, después de un comentario positivo del máximo directivo de la compañía alemana.
Entre los operadores de viajes, Tui perdió un 4,13%, y Amadeus, un 3,18%. La compañía más perjudicada fue la francesa Club Mediterranée, con un descenso del 9,05%, debido a su alta exposición en el mercado asiático.
Inestabilidad en Brasil
En la Bolsa española, pesó igualmente la debilidad de los mercados brasileños. El índice Bovespa retrocedía más del 3% al cierre de la plaza madrileña y el peso se debilitaba hasta situarse en torno a las 3,86 unidades por dólar, tras la leve mejoría del final de la semana pasada.
El Banco Central de Brasil convocó una reunión extraordinaria de su Comité de Política Monetaria, en la que se que decidió, una vez cerrada la Bolsa española, elevar los tipos de interés al 21%.
A todo ello se suma el creciente nerviosismo por la situación política en Argentina, donde el Gobierno de Duhalde da síntomas de debilidad.
Los valores más expuestos en Latinoamérica cedieron. Telefónica bajó un 1,56%; BBVA, el 1,48%; SCH, el 2,21%, y Repsol, el 2,17%. Los cuatro restaron 55 puntos de los 57,7 que bajó el Ibex.
Los analistas señalan que habrá que convivir con el terrorismo
'Los sucesos terroristas del 11 de septiembre contra intereses de Estados Unidos cerraron una etapa de calma relativa y abrieron otra llena de incertidumbres, con el terrorismo como principal centro de atención. Los mercados recuperaron de manera parcial el impacto negativo inicial y han vuelto a marcar niveles más bajos, pero por consideraciones fundamentales, es decir, por los resultados de las empresas cotizadas y unas cifras de una actividad económica más bajas de lo previsto. En cualquier caso, las Bolsas deben asumir que la convivencia con el terrorismo no se podrá eludir durante mucho tiempo', dice Juan Francisco Sota, gestor de patrimonios.El analista de Bolsa Juan Antón señala, por su parte, que 'los sucesos de Bali, como en la semana anterior fue el supuesto atentado contra el petrolero francés, también posiblemente por fanáticos terroristas, nos deben refrescar la memoria de que lo que sucedió hace algo más de un año en Estados Unidos y lo que, por desgracia, ha sucedido y sucede durante muchos años en otros países, como España con el caso de Eta. Lo importante es no perder la calma, no exagerar los movimientos ante situaciones como ésta y ser conscientes de que el terrorismo, aunque cada vez más acorralado, aún seguirá dando muchos disgustos'. 'Las Bolsas están obligadas a abrir y cerrar sus puertas todos los días. El problema del terrorismo es quizá el principal con que se enfrentan los mercados del mundo, porque el impacto económico, social y psicológico es muy elevado cuando se producen atentados de impacto. Las Bolsas, sin embargo, no pueden detener sus movimientos', dice Andrés Gutiérrez, estratega bursátil. 'Se trata', continúa, 'de un problema añadido más. Lo peor, en cualquier caso, es sacar las cosas de contexto y sobrerreaccionar. No se trata de menospreciar el terrorismo, se trata de acotarlo'.