La reunión de mañana de la Reserva Federal divide a los analistas
El deterioro de los resultados de las empresas que cotizan en Wall Street es muy superior a las caídas que han soportado las cotizaciones de estas mismas compañías en los últimos meses. O si se prefiere, los ajustes en el PER han sido escasos y dejan a los principales índices bursátiles estadounidenses en un nivel de fuerte sobrevaloración.
Los profit warnings de los últimos días unidos a la debilidad recalcitrante de las grandes cifras de actividad económica en Estados Unidos y en la zona euro han prolongado la agonía de las Bolsas hasta llevarlas a mínimos del año, que en el caso de la española se corresponde con niveles de hace cinco años.
La semana amanece, así, con la resaca de las penurias de la anterior y con la atención puesta en la reunión que celebra mañana el Comité de Mercados Abiertos de la Reserva Federal de Estados Unidos, que decide sobre los tipos de interés.
Los analistas, como sucede generalmente, se hallan divididos ante esta cita. El consenso, que no es, precisamente, el de los grandes bancos de inversión estadounidenses, apuesta por el mantenimiento de los tipos en niveles actuales. Primero, porque un nuevo recorte tendría más efectos negativos que positivos. Quienes mantienen esta tesis consideran que la gran burbuja inmobiliaria seguiría presente, incluso se haría más grande, así como el alto endeudamiento de las familias. Además, la política de la Administración de pasar del superávit presupuestario al déficit creciente es contraria a la rebaja de tipos.
Otros, principalmente los grandes bancos de inversión, presionan para que los tipos bajen de manera drástica. Consideran que mejorarían las expectativas de consumo y crecimiento económico y, con ello, las Bolsas, que es su negocio.
Este debate desprecia, una vez más, la teoría secular de los precios, que son los que mueven los mercados. Los analistas estadounidenses continúan con la rebaja de recomendaciones de los grandes valores europeos, pero mantienen los suyos.