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Bolsa

Europa sufre con mayor virulencia que Estados Unidos la espiral bajista de las Bolsas

No tiene ninguna lógica y no encuentro una explicación', señala enérgico Peter Ludke, de Merck Finck. La oleada de escándalos financieros destapados en el último año viene fundamentalmente de Estados Unidos y, sin embargo, la espiral bajista en la que se encuentran inmersos los mercados azota con mayor virulencia a las Bolsas europeas.

Europa fue una víctima más de la burbuja tecnológica y, aunque los excesos fueron algo menores en el Viejo Continente, el castigo es mayor. Desde los máximos de marzo de 2000 el Dow Jones pierde el 25,12% y el S&P 500, un 39%, los registros, aunque malos, son menos desastrosos que los sufridos por algunas de las principales Bolsas europeas. El Dax pierde el 54%; el Cac, un 51%, y el Euro Stoxx 50, el 50%.

En Europa no ha habido escándalos financieros de la magnitud de Enron o Worldcom, pero el temor al fraude sí se ha contagiado. Las Bolsas europeas continúan siendo excesivamente dependientes psicológicamente de las estadounidenses y, cuando Wall Street estornuda, Europa se resfría.

A la hora de encontrar otras explicaciones que justifiquen los diferentes comportamientos de los mercados a ambos lados del Atlántico, los expertos señalan el mayor dinamismo de las empresas estadounidenses a la hora de corregir equilibrios. 'En Estados Unidos las compañías han reaccionado más rápido para restaurar la productividad y el crecimiento', señala Véronique Riches Flor, economista jefa de Société Générale en Europa.

El entorno monetario de Estados Unidos también ha sido más favorable para los mercados del país. La Reserva Federal embarcó en una política muy agresiva cuando estalló la crisis mundial y bajó los tipos de interés 11 veces en 2001, hasta situarlos en el 1,75%. En Europa el BCE se ha mostrado más reacio y recortó el precio del dinero en cuatro ocasiones ese año, hasta el 3,25%.

'Es clave, asimismo, el papel que desempeña el dólar como receptor de fondos'. El flujo de dinero hacia el área del dólar generalmente es invertido en acciones, lo que da soporte a estas Bolsas', dice Juan Recio, analista bursátil.

Referencia política

Estados Unidos continúa siendo además la referencia política mundial y, por tanto, destino principal del flujo de capitales. 'Los flujos de fondos premian a EE UU porque la posibilidad de generar rentabilidades aquí es mayor', señala un experto de una importante firma de inversión en Nueva York. 'Las leyes aquí tienden a favorecer a las empresas, mientras en Europa se mira más por el interés del trabajador'. La diferente composición de los índices europeos es otra razón que explica estas diferencias de comportamiento. La ponderación de tecnología y telecos en los principales índices europeos es superior en comparación con la composición del S&P 500 o el Dow Jones. Estos dos sectores son precisamente los más azotados desde el estallido de la burbuja tecnológica.

'La tecnología tiene una ponderación del 25% en el Dax y esto en parte explica la mayor caída del índice. Antes el porcentaje era aún mayor y alcanzaba el 40%', afirma Edwin Moser, de Sal Oppenheim. En el índice Dow Jones, sin embargo, la tecnología tiene una ponderación que prácticamente no ha variado y ronda el 20%. Los índices europeos, por otra parte, están diseñados de tal modo que pocas empresas de alta capitalización marcan la tendencia de los mercados.

En Europa los platos rotos los pagan las operadoras, víctimas de una excesiva inversión en infraestructuras y licencias de telefonía de tercera generación, y otras empresas tradicionales que han visto cómo sus inversiones en nuevas tecnologías han salido caras.

En EE UU la crisis ha azotado con más fuerza a las Enron, Worldcom y a la larga lista de aventureros que se lanzaron al mercado con promesas de brillantes negocios en la Red, mientras los valores tradicionales aguantan mejor el temporal.

La fortaleza del euro también agranda las caídas

 

 

 

 

La apreciación del euro frente al dólar ha acentuado aún más la caída de los mercados europeos frente a los estadounidenses. Desde comienzos de julio, mes en el que se desencadenó la fuerte subida del euro, el Dax alemán ha retrocedido un 15,9%, mientras el Dow Jones ha aguantado mejor, con una caída del 4,86%.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Entretanto la divisa europea se intercambia por 0,98 dólares tras una recaída en las últimas semanas. A mediados de julio el euro llegó a tocar el máximo de dos años al alcanzar los 1,02 dólares por unidad.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

'Un euro fuerte daña las exportaciones de las empresas europeas. Esta tendencia se agrava aún más en el contexto de desaceleración del comercio como el actual, especialmente ahora que el gasto en inversión de las compañías ha retrocedido significativamente', señala Véronique Riches, de Société Générale.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La apreciación del euro deteriora la competitividad de las empresas exportadoras europeas y supone un lastre para sus cotizaciones. Empresas dependientes de las ventas en Estados Unidos han acusado una importante volatilidad recientemente, como es el caso de Adidas o Schering Plough.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Estas compañías sufren retrocesos del 8,97% y 9,61%, respectivamente, desde julio.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La apreciación del euro, por tanto, afecta a un segmento importante de los mercados europeos, si bien tiene contrapartidas. La fortaleza de la moneda es beneficiosa para la inflación y sugiere que ésta será menor en la segunda mitad del año, aseguran desde el banco de inversión francés.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Al mismo tiempo, un dólar débil frente al euro fuerte puede favorecer el flujo de capitales hacia Europa, en un intento de los inversores por optimizar rentabilidades. Algo que de confirmarse podría favorecer el comportamiento de los mercados europeos.

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