Citigroup afronta una multa de 204 millones por abusos en los créditos
Se trataría de la mayor cantidad pagada por una entidad por cerrar un acuerdo extrajudicial, ya que es el doble de lo que pagó Merrill Lynch a la fiscalía de Nueva York cuando se hizo evidente la ilegalidad de algunas de sus prácticas en sus áreas de banca de inversión y análisis. Además, es el doble de lo que las autoridades y la propia firma estaban negociando hace un año antes de que se admitiera la demanda a trámite.
Pero ahora el proceso judicial está abierto. Lleva abierto desde marzo de 2001, cuando la propia FTC denunció en un juzgado de Atlanta a Associates First Capital, una entidad financiera con sede en Dallas y que Citigroup adquirió en noviembre de 2000. Esta firma se fusionó con la división de consumo de Citigroup, CitiFinancial.
Citigroup aduce que desde que se hizo con el control de Associates First Capital se introdujeron modificaciones en la política de préstamos que, a decir de la demanda, estaba dominada por prácticas abusivas en contratos de adhesión que de manera engañosa inducían a los clientes a convertir deuda en hipotecas (vinculados con pólizas de seguro de alto coste) y firmar contratos con altos tipos de interés y comisiones. A pesar de que se llegue a un acuerdo, algunos abogados aseguran que seguirán con algunas causas porque según dicen Citigroup no ha mejorado sus préstamos.
El acuerdo, que todavía se negocia, no incluye una declaración sobre admisión de culpa por parte de Citigroup a pesar de que esta entidad haya señalado que su política en cuanto a esta línea de negocio ha mejorado, algo que se considera una aceptación tácita de sus problemas.
La proximidad de este acuerdo y las últimas noticias sobre Citigroup han forzado a su consejero delegado, Sandy Weil, a salir al estrado público ayer en rueda de prensa para defender el banco. Frente al acoso por las fiscalías por su papel en los casos Enron y Worldcom, Weil reconoció que su firma 'está pasando por un periodo duro' pero confió en un modelo de negocio que necesita reformas 'en cuyo diseño queremos participar'. Weil defendió el papel del analista recién despedido Jack Grubman, un entusiasta de Worldcom. 'Su independencia no estuvo mediatizada por los negocios del banco' y enfatizó que 'no hay evidencia de negocio quid pro quo' en la garantía de acciones en las colocaciones de OPV a empresarios.