La productividad, asignatura pendiente
España diverge de la Unión Europea en términos de productividad. Carlos Sebastián analiza los factores que determinan que la productividad aumente en unos países más que en otros
Un estudio del Banco de España ponía de manifiesto que aunque España en los últimos años había avanzado en su convergencia con la Unión Europea en términos de renta per cápita, llevaba muchos años divergiendo con la propia UE en términos de productividad. Entre 1985 y 2001 la productividad del trabajo española ha divergido respecto de la media de la UE a una tasa anual del -0,35%. La productividad del trabajo era en 1985 en España inferior a la de la media de la UE, pero en 2001 es un 5,5% más inferior de lo que lo era en 1985. Algo similar ocurre con la productividad total de los factores, que entre 1985 y 2001 ha divergido a una tasa anual del -0,5%.
Y esta situación no es sostenible a largo plazo. Si se mantiene la divergencia de productividad se acabará divergiendo en renta per cápita. Por lo que identificar las causas de la divergencia en productividad (divergencia con la media de la UE, cuando ésta está a su vez divergiendo con EE UU) constituye una tarea muy relevante. La escasa ejecución presupuestaria de los programas del Plan Nacional de I+D es un fracaso político, pero probablemente poco tiene que ver con la divergencia en la productividad. Algo más tiene que ver las deficiencias en la calidad de la enseñanza, pero probablemente explica una parte relativamente pequeña del problema.
Un estudio reciente de la OCDE utiliza datos a nivel de empresas para explicar el diferente comportamiento de la productividad en 10 países entre 1987 y 1997. Desgraciadamente no incluye España, pero del estudio se pueden sacar conclusiones relevantes. ¿Por qué la productividad crece más en EE UU que en Europa? Si las nuevas tecnologías están disponibles en todas partes, ¿por qué allí se adoptan con mayor rapidez e intensidad?
El estudio de la OCDE descompone los aumentos de la productividad en los que se producen en empresas establecidas y en los que se producen como consecuencia de que aparecen nuevas empresas más eficientes (y mueren las menos eficientes). Pese a que la tasa de rotación de empresas no es mayor en EE UU que en Europa, las nuevas empresas crecen mucho más rápidamente al otro lado del Atlántico. La productividad de las empresas existentes también avanza más allí que aquí. El estudio apunta a que las regulaciones en los mercados de los productos y en el mercado laboral pueden ser las responsables de estas diferencias. En el primer tipo de mercados se contemplan las regulaciones administrativas, las limitaciones a la entrada y a la competencia en las industrias y en los servicios y la intervención gubernamental en decisiones empresariales. En el segundo tipo, las trabas a la gestión de las plantillas y la protección legal a los puestos de trabajo. En este último punto es interesante subrayar que el grado de protección parece más nocivo para la productividad si la negociación colectiva se hace a nivel intermedio (a nivel sectorial), y mucho menos si se negocia a nivel de empresas.
Por los indicadores disponibles sabemos que España es uno de los países de la UE con: a) peor calidad de su marco regulatorio; b) más trabas administrativas a la puesta en marcha de empresas; c) peor grado de cumplimiento de contratos y leyes; d) altos coste de despido y negociación colectiva a nivel intermedio. ¿Tendrán esos factores algo que ver con la divergencia en productividad?