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Tribuna
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Exigencias de la movilidad laboral

La movilidad laboral es una de las medidas económicas aprobadas, en el Consejo Europeo de Barcelona, para conseguir el pleno empleo. En 2005 tendrán que estar suprimidos los obstáculos que impiden a los trabajadores moverse libremente por el mercado interior y cambiar de ocupación.

La movilidad ocupacional y geográfica es fundamental para el funcionamiento de los mercados de trabajo, fomenta la eficiencia en la asignación de recursos. Sin embargo, la falta de movilidad es una de las características de nuestro mercado, apenas afecta al 0,1% de los trabajadores, frente al 1,2% de la UE. El índice de movilidad geográfica en EE UU es del 5,9%.

Además, son cada vez menos los desempleados dispuestos a cambiar de residencia, legítimamente, como condición para acceder a un empleo; hoy, según la EPA, el 78% de los parados rechazaría un trabajo si implica el traslado de la residencia habitual, frente al 72% de 1996. ¿Qué razones explican los obstáculos a la movilidad geográfica? Sin duda son múltiples y complejas, pero recurrir a la exquisitez de muchos parados a la hora de elegir empleo y mitificar la protección social no parecen razones de peso suficientes, como manifiestan desde algunos sectores de la sociedad, para justificar la falta de movilidad. Entre los factores que desincentivan y dificultan el ajuste del mercado destacan los siguientes:

Elevada temporalidad de los contratos ofrecidos junto con su escasa calidad, que exigen poca cualificación y tienen una remuneración insuficiente, bien por generarse en lugares que les exigirían a los trabajadores cambiar de residencia sin ninguna contrapartida de estabilidad. Es la degradación de los empleos y no la falta de interés de los parados lo que motiva, en gran parte, este tipo de actitudes. De este modo, el 90% de los contratos efectuados por el Inem son eventuales.

Que el coste de la vivienda sea por compra o alquiler es uno de los factores que más condiciona la movilidad. La oferta de viviendas en régimen de alquiler resulta completamente insuficiente para atender la demanda potencial. Por ello, una importante proporción de los ingresos laborales deben destinarse a pagar alquileres elevadísimos o adquirir la propia vivienda. El coste de la vivienda, entre 1996 y 2001, ha crecido ocho veces más que los salarios.

Existen importantes restricciones en la intercomunicación entre comunidades autónomas referente a la información sobre ofertas y demandas gestionadas por los servicios públicos de empleo que dificulta su transparencia. A ello, habría que añadir que el porcentaje de oferta de empleo gestionada por el Inem, según el Consejo Económico y Social, apenas supone el 15% del total de colocaciones registradas. Lo que demuestra una falta de adecuación en la gestión de los procesos de intermediación.

Las infraestructuras y servicios (colegios, guarderías, etc.) requieren que sean adecuadas y homogéneas entre comunidades autónomas con objeto de no reducir el grado de satisfacción por el cambio de residencia.

Integración cultural en el lugar de destino. Por ejemplo: la exigencia de conocimientos lingüísticos en algunas comunidades para optar a determinados puestos.

Inadecuada formación profesional de la demanda. En ocasiones los demandantes de empleo no tienen la cualificación laboral, debido a que los empleos que se destruyen son distintos a los nuevos empleos que se crean. Los trabajadores no son intercambiables entre sí.

En este sentido, para que la movilidad laboral sea eficaz, se debe garantizar un equilibrio adecuado entre flexibilidad para poder cambiar de trabajo y seguridad para mantenerlo. Por ello, y dado que la movilidad ocupacional y geográfica va vinculada a la formación, la Administración deberá garantizar una mayor formación de los trabajadores en toda la vida laboral para converger con la Unión Europea.

En efecto, en España, según la Oficina Estadística Europea (Euroestat), la tasa de participación en acciones de formación, en el año 2000, entre las personas de 25 a 64 años es sólo del 4,9%, frente al 8,4% de la Unión Europea, y el 8,7% de EE UU.

Hoy, nadie puede esperar que el acervo inicial de conocimientos construidos en la juventud sean suficientes para toda la vida, pues la rápida evolución del mundo laboral exige una actualización permanente del saber.

En conclusión, si consideramos que los problemas del empleo no son sólo cuantitativos, sino que se deben contemplar otros factores económicos y socioculturales muy enraizados en nuestro estilo de vida, es útil preguntarse: ¿Hasta qué punto se reduciría el desempleo si se eliminasen las barreras a la movilidad geográfica?

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