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Cavallo rechaza que Aerolíneas vuelva a ser propiedad del Estado argentino

El Estado argentino no se hará cargo de Aerolíneas, afirmó ayer de manera terminante el ministro de Economía de Argentina, Domingo Cavallo. De esta manera, el Gobierno de Buenos Aires ratificó su conocida posición de que la crisis de la compañía es de carácter "empresarial" y deja su resolución en manos de sus propietarios y de los sindicatos.

Cavallo aseguró en Buenos Aires que "no hay ningún miembro del Gobierno argentino que esté pensando en la reestatización (nacionalización) de Aerolíneas Argentinas".

Con esta definición, el superministro rechazó cualquier posibilidad de que el Estado argentino vuelva a controlar la empresa, incluso de manera transitoria. Ayer, una información periodística procedente de Madrid indicaba que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y el Gobierno de Buenos Aires estaban en conversaciones para renacionalizar la compañía.

Al mediodía de Argentina, una fuente gubernamental indicaba que "Cavallo sólo aceptaría esa solución siempre y cuando el Gobierno español se comprometa a hacerse cargo de por lo menos el 50% de los gastos que demande el concurso de acreedores (suspensión de pagos) y el funcionamiento de Aerolíneas mientras dure el concurso".

Pocas horas después, el ministro declaraba públicamente que el Gobierno no se hace cargo de la empresa, lo que implica que, si hubo negociaciones, éstas no llegaron a buen puerto.

Durante la mañana de ayer, el ministro de Hacienda español, Cristóbal Montoro, había ratificado que su Gobierno no invertiría más dinero si los sindicatos rebeldes no firman el Plan Director de la SEPI. Fuentes del Ministerio de Economía dijeron, por su parte, que el ministro Rodrigo Rato "desconocía cualquier propuesta de nacionalización de parte del Gobierno argentino". Y en la SEPI no tenían tampoco información al respecto, aunque se mostraron dispuestos a escuchar proposiciones.

Respuesta indirecta

La referencia de Cavallo a la unanimidad del gabinete de ministros argentinos, repetida más tarde por la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, debe ser entendida como una respuesta directa a las informaciones de Madrid. "No se explica que se haya hablado de renacionalizar Aerolíneas", dijo una fuente argentina. Y explicó que "el ministro de Infraestructura, Carlos Bastos, dejó muy claro ante Montoro en Madrid que el Gobierno no accedería a ninguna solución que pase por renacionalizar, aunque España se hiciese cargo del pasivo de la empresa, como le fue propuesto. Es un problema empresarial que debe solucionar la empresa".

Cavallo formuló sus declaraciones poco antes del inicio de la sesión del Congreso argentino para tratar 30 proyectos de ley para resolver la crisis argentina. Entre ellos, una propuesta de renacionalización de Aerolíneas presentada por diputados de la oposición peronista. Antes del inicio de la sesión parlamentaria, un importante número de trabajadores de Aerolíneas se concentró frente al Congreso para reclamar la aprobación de la renacionalización de la empresa.

Mientras tanto, los sindicatos esperan con mucha tensión la declaración de suspensión de pagos de la empresa, que se producirá mañana, de acuerdo al anuncio formulado oportunamente por Aerolíneas y la SEPI.

Bullrich se reunía por la tarde con los dirigentes sindicales para tratar de hallar una salida consensuada al conflicto. Mientras los cinco sindicatos que firmaron el plan director se mantienen en esa posición, por la mañana se conoció la disposición al diálogo de los aeronavegantes de Alicia Castro. Pero la posibilidad de un acuerdo es remota, ya que el inflexible dirigente de los técnicos aeronáuticos, Ricardo Cirielli, es completamente reacio a dar su visto bueno.

"Nosotros ya le hicimos conocer a la SEPI nuestra disposición a negociar y le presentamos nuestra propuesta. Le pedimos 48 horas cuando nos entrevistamos con ellos en Madrid. Se negaron. La única salida es que aparezcan nuevos inversores y la SEPI se haga cargo del pasivo de Aerolíneas", insistió Cirielli.

En este sentido, ayer por la tarde se conoció el interés de una empresa peruana, Aero Continente, en adquirir Aerolíneas Argentinas. La SEPI dijo que había recibido una propuesta oficial de la firma, pero "ahora es necesario conocer los detalles de la oferta y estudiarlos". Cirielli, por su parte, dijo que, si bien esta propuesta "no sería lo ideal", es una demostración de que "Aerolíneas sigue siendo una empresa aérea importante y con prestigio no sólo para los argentinos, sino también para el capital extranjero".

En espera

Asimismo, y a pesar de que su directorio dispondría mañana la convocatoria de acreedores (suspensión de pagos), Aerolíneas informó de que ha decidido reestructurar su esquema de vuelos de cabotaje con aviones propios para satisfacer la demanda a determinados destinos. Así, incrementó los vuelos a Mar del Plata, suspendidos el lunes pasado, y agregó otros a Bahía Blanca y Neuquén, en el sur del país.

Un día antes de la prevista suspensión de pagos, tanto Montoro como Bastos ratificaron que los dos gobiernos no harán más aportes de capital. Pero Bastos aseguró que tiene "la palabra del gobierno español de que va a mantener en operación a Aerolíneas durante el expediente". Los sindicatos dudan. La espera es tensa.

 

Boicoteo contra intereses españoles

La Confederación General del Trabajo (CGT, sector disidente), que encabeza el dirigente sindical peronista Hugo Moyano, convocó ayer a los ciudadanos a poner en marcha un boicoteo contra las empresas españolas y sus productos.

Para poner en marcha esta forma de protesta por la crisis de Aerolíneas Argentinas, los militantes de este sector sindical marcharon por el centro de Buenos Aires para explicar sus objetivos. Según los organizadores, el boicoteo es "una herramienta muy utilizada por los pueblos de Europa para defender sus productos nacionales".

Según el portavoz de la CGT disidente, Julio Piumato, las compañías españolas "están muy nerviosas y con temor por el impacto espontáneo que ya está teniendo el boicoteo". Sin embargo, esta valoración no coincide con la que hacen las compañías españolas, que aseguran no haber advertido ningún efecto de las propuestas de Moyano.

A través de folletos y explicaciones verbales, los miembros de la CGT disidente plantearon "acciones concretas" para llevar a cabo el boicoteo, con el objetivo de "salvar a Aerolíneas y recuperar la dignidad como nación". Entre los métodos planteados, destacan el cambio de operador telefónico de Telefónica a la italofrancesa Telecom y otras menores. Moyano propone también no comprar combustibles a YPF Repsol y disminuir el consumo eléctrico de Edesur, la distribuidora controlada por Endesa.

Otra idea es retirar los fondos y cerrar las cuentas en los bancos Río (BSCH) y Francés (BBVA). Pero este boicoteo ha sido condenado por el Gobierno argentino y por dirigentes políticos.

Ayer, el diario La Nación, el periódico más antiguo de la capital argentina, dedicó su editorial a este tema. Bajo el titular de "Respeto a España", el matutino calificó como "un disparate" esa campaña y pidió que se ponga fin a esta forma de protesta.

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