La expansión extranjera del motor chino es urgente y arriesgada
El ritmo de las inversiones en el exterior de BYD y otras marcas se está ralentizando
El gran impulso de los fabricantes de automóviles chinos en el extranjero podría estar ya estancándose. Sus inversiones foráneas en las cadenas de suministro de eléctricos superaron el gasto en el país por primera vez en 2024, según Rhodium Group. Pero el ritmo de las inversiones en el exterior se está ralentizando.
Aunque las marcas chinas y sus proveedores gastaron algo más en el extranjero que los 15.000 millones de dólares que invirtieron en su mercado nacional en 2024, ambas partidas se redujeron drásticamente respecto a 2023. Es más, de los 143 000 millones de proyectos en el extranjero anunciados entre 2014 y marzo pasado, solo se han completado 66.000 millones, y se han cancelado unos 17.000 millones.
El aumento de las barreras comerciales está frenando la venta en otros países, y está presionando a los ejecutivos para fijar cadenas de suministro y líneas de producción en el extranjero. BYD, que espera generar el 80% de sus ingresos en China este año, según el South China Morning Post, vio cómo sus ventas se hundían en el tercer trimestre por primera vez desde 2020, y está elevando su capacidad en Tailandia, Brasil, Hungría, Turquía y Uzbekistán. Pero no es una solución fácil.
Véase América Latina. México es un centro maduro de fabricación, con un mercado interno de 1,5 millones de unidades y proximidad a otros 15 millones o más de clientes en América del Norte y del Sur. Pero sus nuevos aranceles, de hasta el 50% sobre las piezas, dificultan a las firmas chinas instalar plantas allí, ya que importar componentes esenciales sería caro; además, los aranceles de EE UU reducen el mercado total al que puede abastecer una fábrica de México. BYD, que en 2024 estaba buscando ubicaciones en el país, ha archivado sus planes.
Las empresas serán más prudentes en sus planes de gasto en el extranjero. Estos podrían incluir aprovechar asociaciones como la que Geely estableció con Renault a principios de año, que permite al grupo chino usar algunas de las líneas de producción del francés en Brasil; Chery contempla acuerdos similares en Colombia y Argentina. Los países que no tienen fabricantes nacionales que proteger, como Marruecos y Turquía, también parecen más atractivos. La internacionalización es necesaria para las firmas chinas, pero está llena de dificultades.
