La venta de los puertos de CK Hutchison puede ser buena para Pekín
La venta de los puertos de CK Hutchison puede ser buena para Pekín

El acuerdo portuario de Li Ka-shing es astuto en todos los aspectos, excepto en el momento en que se ha producido. Pekín ha advertido a CK Hutchison, la empresa del magnate de Hong Kong, de que no eluda la investigación antimonopolio sobre la venta por 23.000 millones de dólares (20.000 millones de euros) a un grupo que incluye a BlackRock y al gigante naviero suizo-italiano MSC. Es posible que las autoridades quieran utilizar los activos como moneda de cambio en las negociaciones comerciales con Estados Unidos. A pesar del mal momento, China tiene buenas razones para estar satisfecha con esta venta.
El domingo, el organismo antimonopolio chino envió una inusual advertencia al grupo hongkonés y a los posibles compradores por cambiar los términos de la venta sin su aprobación. A principios de este mes, el Wall Street Journal informó de que dos activos portuarios de Panamá, que se han convertido en un foco de tensión geopolítica entre Washington y Pekín, podrían quedar excluidos del resto del acuerdo, según fuentes anónimas. La advertencia oficial frustra en la práctica cualquier intento de acelerar la transacción, que abarca 43 puertos en 23 países.
La culpa de esta desafortunada escalada la tiene la guerra comercial del presidente estadounidense, Donald Trump, con China. Tras dar a conocer el acuerdo en marzo, CK Hutchison esperaba firmar los “documentos definitivos” relativos a la venta de Panamá antes del 2 de este mes. Esa fecha coincidía con el infame Día de la Liberación de Trump, en el que desató una avalancha de aranceles sobre los socios comerciales de Estados Unidos, entre ellos China, que ahora se enfrenta a gravámenes adicionales del 145%. No es de extrañar que los periódicos vinculados al Estado acusaran al clan Li de traicionar los intereses nacionales chinos.
Curiosamente, las acciones de CK Hutchison han cedido gran parte de sus ganancias, pero siguen un 11% por encima de su precio anterior al acuerdo, mientras que el índice de referencia Hang Seng ha caído, lo que implica que los inversores creen que al menos parte o la totalidad de la transacción podría llevarse a cabo tarde o temprano. Hay buenas razones para este persistente optimismo.
En primer lugar, BlackRock y MSC son exactamente el tipo de inversores extranjeros que quiere atraer Pekín. Ambos tienen fuertes vínculos con el país y han invertido mucho en el crecimiento económico de China. Los fondos de BlackRock, que en 2021 se convirtió en la primera gestora de activos extranjera en recibir una licencia para operar un negocio de fondos de inversión onshore de propiedad exclusiva, poseen más del 5% de 89 empresas cotizadas en Hong Kong, desde Alibaba hasta el Banco de China. Del mismo modo, MSC cuenta con 28 oficinas en China y, a finales del año pasado, realizó un pedido de 2.000 millones de dólares (1.800 millones de euros) al astillero chino Rongsheng, según TradeWinds.
Además, no hay muchos compradores dispuestos a adquirir una cartera tan diversa. Una entidad estatal china como China Merchants se enfrentará a un escrutinio político y antimonopolio aún mayor, incluso si los operadores portuarios tienen poco que decir en políticas como las tasas de atraque. Y que el Estado dicte qué empresas pueden vender y cuáles no enviará un mensaje escalofriante al sector privado.
En última instancia, hay razones para creer que parte de esta lógica acabará prevaleciendo y reportará grandes beneficios a CK Hutchison y a sus accionistas.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías