La venta del canal de Panamá pone a prueba el atractivo inversor de China
Los gestores de dinero estaban recuperando la confianza en el país asiático

“Ininvertible” era la palabra de moda entre los inversores globales para China hace un año. Ahora parecían estar recuperando la confianza en el país, pero el evidente descontento de Pekín con la venta por 23.000 millones de dólares del negocio portuario de CK Hutchison a un consorcio liderado por BlackRock pondrá a prueba el mejorado estado de ánimo.
Xi Jinping inició la ofensiva de encantamiento él mismo, en marzo de 2024, recibiendo a un grupo de CEO mundiales, entre ellos Stephen Schwarzman, de Blackstone, y asegurándoles que la economía china no había alcanzado su pico. Su Gobierno continuó con una serie de estímulos políticos para impulsar el crecimiento. La Bolsa de Hong Kong ha repuntado más de un 40% desde entonces.
Los líderes chinos esperan mantener el impulso mientras celebran la misma fiesta la próxima semana. Se espera que Schwarzman asista de nuevo, junto con otros, entre ellos el nuevo CEO de HSBC, Georges Elhedery. Pero la reacción oficial al acuerdo portuario eclipsará el evento, al igual que la incertidumbre sobre si aparecerá el jefe de BlackRock, Larry Fink. El aparato de propaganda de Pekín ha condenado como una traición la venta de activos, incluidos los del canal de Panamá, que Donald Trump ha afirmado, sin pruebas, que está controlando China.
CK Hutchison ha permanecido en silencio, incluso cancelando la presentación de resultados del jueves. El presidente, Victor Li, señaló que espera contratiempos con interrupciones en la cadena de suministro este año debido a la transición de las líneas navieras, así como al “riesgo geopolítico en curso”.
Aunque Pekín pasó gran parte de 2024 arreglando las relaciones con los magnates locales, se teme que la reacción inicial a la venta de los puertos pueda augurar una intervención más directa en las transacciones del sector privado en el extranjero. Pekín, por ejemplo, ya ha retrasado los planes de BYD de hacer una fábrica en México por temor a que su tecnología se filtre a EE UU, según el FT. El Gobierno también está tomando asiento en primera fila en la venta de TikTok en EE UU. Que CK Hutchison tenga su sede en Hong Kong y no en la China continental es quizá más preocupante y sienta un precedente alarmante para el largo brazo del Gobierno. Defender sus intereses en un entorno cada vez más volátil requerirá un hábil acto de equilibrio.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías