El auge de las oficinas en Londres salva a Canary Wharf
Tras años de empresas marchándose a la City, el otro distrito financiero empieza a recuperarse

La historia de desgracias del londinense distrito financiero de Canary Wharf afronta un giro inesperado, tras años de empresas marchándose a la City.
En 2019, Knight Frank preveía que las rentas de Canary Wharf crecerían un 17% hasta 2023, gracias a la mejora de las conexiones de transporte y a su capacidad para ofrecer 9.300 metros cuadrados que pueden albergar grandes sedes. Eso estaba justo por debajo del 18% previsto para la City. Knight Frank situó la diferencia de alquiler entre ambas en menos del 50 %.
Las rentas de Canary Wharf habían crecido un 10% a finales de 2024, frente al 24% de la City. Para justificar el trabajo presencial tras la covid, los jefes querían locales más elegantes, lo que afectó a la demanda, dado que el stock de Canary Wharf es más antiguo y su mayor distancia al centro de Londres. A 57,5 libras por pie cuadrado, sus alquileres están ahora muy lejos de las 86,50 de la City.
Pero eso está cambiando de nuevo. Animadas por los fuertes beneficios de la pandemia, las empresas han aprobado más contrataciones e impulsado la asistencia a la oficina. HSBC declina comentar si necesitará más espacio del que tiene en sus instalaciones del centro.
El resultado es una espiral de alquileres en esa zona. La construcción de nueva oferta se ha ralentizado por factores como los costes laborales inflados tras la pandemia. Esto puede resultar insostenible para las empresas más pequeñas y aquellas con márgenes más estrechos.
Puede que Canary Wharf ya esté notando los beneficios. Según Knight Frank, el espacio de oficinas nuevo alquilado en la zona de Docklands y Stratford se cuadruplicó en el cuarto trimestre de 2024 con respecto a tres meses antes. La misma métrica en la City solo subió un 18% y cayó un 9% en el West End. JP Morgan puede ocupar espacio en las antiguas oficinas vacías de Credit Suisse en Canary Wharf.
Esto será música para los oídos de la canadiense Brookfield Asset Management y la Qatar Investment Authority, propietarias de la mayor parte de Canary Wharf. Habían estado luchando con las amortizaciones de la deuda, además del riesgo de estancamiento de los alquileres de oficinas y la caída del valor de los activos a medida que el patrimonio se reutiliza para usos residenciales y de otro tipo. El último giro de las oficinas de Londres puede ayudar a evitar lo peor.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías