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La tribuna de los fondos
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

¿Qué hago con mis inversiones en fondos de inversión ahora que Trump es presidente?

Seamos flexibles ante un escenario de inestabilidad, pero no excesivamente conservadores

Trump, el martes pasado durante un lanzamiento de SpaceX.
Trump, el martes pasado durante un lanzamiento de SpaceX.Brandon Bell (via REUTERS)

La llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos ha marcado la pauta en los mercados y posiblemente seguirá haciéndolo en los asuntos geopolíticos. Se acelerarán algunos procesos y quizás se ajustará su intensidad, pero no cambiará la dirección de lo realmente importante.

Trump es más diferente en las formas que en el fondo. Esto lo ha entendido la mujer votante estadounidense, quien, en líneas generales, rechaza con rotundidad el personaje pero valora al gestor, al menos por encima del resto de las alternativas.

El próximo presidente de la principal potencia mundial es previsible y pragmático. Por lo tanto, para anticiparse a sus decisiones, solo hay que conocer sus intenciones, porque hará todo lo posible para lograrlas, desde un posicionamiento en el que no hay ideología, solo pragmatismo. Su círculo más cercano lo define como un líder de fuertes convicciones, pero abierto a escuchar propuestas de gente cualificada, sin que llevarle la contraria en privado sea problemático.

Entonces, ¿qué quiere Trump? Ante todo, America First (América primero, en inglés). Desde su perspectiva, en política exterior este eslogan significa una balanza comercial positiva con sus aliados y negativa con sus adversarios. En política interior, tiene que ver con un mercado laboral fuerte y la generación de riqueza para los estadounidenses. Esta simplificación deja al margen temas complejos como los aranceles, la inmigración, el gasto en defensa y muchas otras cuestiones, pero el presidente Trump, en todos esos casos, volverá a la raíz: “America First” con pragmatismo desideologizado.

La salida de Estados Unidos de acuerdos internacionales, como el Acuerdo de París y la OTAN, representan un riesgo. El primero es posiblemente inminente e inevitable, como ya ocurrió en su anterior mandato. El segundo es una posibilidad si no se alcanza una situación que Estados Unidos considere justa, lo que pasaría por un incremento del gasto en defensa por parte de otros países de dicha organización.

En términos económicos, esto supone un mayor crecimiento derivado de estímulos fiscales y posiblemente de la desregulación, aunque podría neutralizarse con políticas arancelarias que van en contra del comercio global. La gran incógnita es el recorte del gasto público que se implemente desde el recién creado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). Una parte muy relevante del gasto de la administración estadounidense es no discrecional, ya que se destina principalmente a salud y defensa, por lo que estaremos atentos a la evolución de los acontecimientos.

Respecto a las otras variables económicas relevantes, la inflación será más elevada, lo que se reflejará en tipos de interés más altos. Aranceles, deportaciones y estímulos fiscales apuntan en esta dirección.

Es importante señalar que el déficit fiscal, a menudo considerado el elefante en la habitación, no será un problema inmediato a menos que se produzca una recesión o un shock exógeno. La probabilidad de una recesión en el país parece baja en el corto plazo, pero la naturaleza impredecible de los eventos globales siempre debe considerarse. La gran certeza sobre la incertidumbre es un recordatorio de que los inversores deben estar preparados para adaptarse rápidamente a las condiciones cambiantes del mercado. Por eso, recomendamos estrategias de inversión flexibles y bien diversificadas.

Seguimos prefiriendo la renta variable, y con Trump, mantenemos la preferencia por Estados Unidos, especialmente por las pequeñas compañías, que serán las principales beneficiadas del America First. Existen buenas oportunidades en fondos con filosofía de valor, ahora que las bajadas de tipos de interés serán menores de lo esperado y sectores como la banca o el energético se verán favorecidos por la desregulación.

En líneas generales, evitamos los mercados emergentes y aquellas regiones que, aunque parecen baratas, enfrentan un entorno de alta incertidumbre. Esperaremos a que el presidente Trump esté en la Casa Blanca para adaptar las carteras a cambios regulatorios o de cualquier índole, pero no asumimos riesgos digitales basados únicamente en argumentos de valoración.

En este contexto, apostamos por la flexibilidad y la gestión activa. Una de las formas más eficientes de hacerlo es a través de fondos multiactivo capaces de ajustar significativamente su exposición a diferentes clases de activos y su presupuesto de riesgo, adaptándose a distintos entornos de mercado. Buenos exponentes de este tipo de gestión en España son Paradigma Stable Return, Dunas Valor Flexible y Olea Neutral.

En renta fija, pensamos que la estrategia ganadora será la renta fija flexible, capaz de adaptar su perfil de riesgo a diversos entornos. El crédito no está barato, pero podría mantenerse en estas valoraciones durante mucho tiempo, y no hay indicios de una gran crisis inminente. El riesgo asociado al precio del dinero está mejor remunerado, pero será volátil y probablemente un foco de incertidumbre ante posibles acciones de Trump.

Seamos flexibles ante un escenario de inestabilidad, pero no excesivamente conservadores, ya que, más allá del personaje, el escenario central sigue siendo favorable a los activos de riesgo.

Diego Fernández Elices es director general de inversiones de A&G Global Investors.

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