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La tribuna de los fondos
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Narrativas que vienen y van

Las carteras mixtas vienen de años complicados en los que el único motor de la rentabilidad ha sido la renta variable, pero el futuro parece más prometedor

Bolsas y Mercados
BRENDAN MCDERMID (REUTERS)

Entramos en la fase final del año con el buen sabor de boca que nos deja un mes de noviembre espectacular para los mercados. La renta variable, medida a través del S&P 500, ha cosechado su decimoséptimo mejor mes de los últimos 50 años, con una subida de casi el 9%. La renta fija global no tiene nada que envidiarle y se anota su mejor mes desde diciembre de 2008, con alzas ligeramente superiores al 5%.

El mercado nos vuelve a sorprender cuando menos lo esperamos y nos da buena parte de la rentabilidad del año en un periodo corto de tiempo. El mes es particularmente reseñable por los antecedentes, y es que veníamos de encadenar dos meses con caídas relevantes, pesimismo y niveles extremos de sobreventa en algunos activos, todo ello a raíz del mensaje que lanzaron los bancos centrales en septiembre, cuando señalaron que mantendrían los tipos de interés altos durante más tiempo, higher for longer, como forma de encauzar una inflación aún lejos de su objetivo.

Esta narrativa de tipos altos durante más tiempo permeó como una forma razonable y simplificada de interpretar la realidad. Tenemos una economía que ha batido cualquier expectativa de crecimiento que hubiera a principios de año y una inflación que disminuye, pero aún de forma lenta, hacia el objetivo de los bancos centrales. Pero las narrativas cambian y el mercado se mueve en consonancia. Sobre este tema, recuerdo unas palabras de Rob Arnott, fundador de la gestora americana Research Affiliates, que hablaba sobre cómo las narrativas establecen los precios del mercado y cómo el cambio en estas narrativas mueve los precios. Reflexionando sobre ello, puede que, incluso, lo primero sea el movimiento de los precios y que luego el mercado busque una nueva narrativa en la que sentirse cómodo, acelerando así la evolución de los precios en esa dirección. ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina?

El caso es que en estas últimas cuatro semanas la narrativa ha evolucionado bruscamente, dando la vuelta al sentimiento del mercado, que pasa del pesimismo a la euforia, de la sobreventa a la sobrecompra y nos deja el rally navideño por adelantado. Pero ¿tanto han cambiado las cosas? Sí y no.

Hemos tenido datos de inflación que avanzan en la buena dirección en Europa y Estados Unidos, con un precio del petróleo que cae con fuerza, mientras el crecimiento aguanta, aunque la política monetaria hace mella y la actividad se sigue debilitando. Esto ha sido suficiente para que el mercado haya adelantado la primera bajada en los tipos de interés a la primera mitad de 2024 y descuente recortes del 1,25% en Estados Unidos y del 1,5% en Europa con vistas a diciembre del próximo año. Sin embargo, por ahora, los bancos centrales desvían la atención y no quieren hablar sobre futuras bajadas de tipos.

El tiempo dirá si el mercado está siendo demasiado optimista en su narrativa actual. A nosotros, como inversores, lo que nos importa es poder construir carteras con buenos activos que remuneren correctamente el riesgo. El peligro está en tomar malas decisiones dejándonos llevar por la euforia o el pesimismo del mercado. Pienso en un inversor que se hubiera perdido la rentabilidad de un mes como noviembre y recuerdo a Sísifo teniendo que subir la piedra una y otra vez. Lo más sensato en el mundo de la inversión es trazar una estrategia estable en el largo plazo y dejar que la cartera trabaje para nosotros.

Centrándonos en el futuro cercano y con el cierre del año a la vuelta de la esquina, no queríamos dejar de actualizar algunas ideas de cara al siguiente ejercicio. Estos días estamos teniendo muchas conferencias donde las gestoras y casas de análisis nos trasladan su visión para el próximo año y me gustaría destacar una palabra que las resume, es la palabra income. Los activos financieros tienen diversas formas de remunerarnos, principalmente dos en el caso de la renta fija: el income o cupón del bono y el movimiento en el precio de dicho bono, y tres en el caso de la renta variable: el income o dividendo de la acción, el movimiento en el precio de dicha acción y el crecimiento en los beneficios de las compañías. Ya habrán podido adivinar que las casas, en un entorno de crecimiento débil y en el que las valoraciones son más o menos razonables, esperan que la rentabilidad provenga fundamentalmente del cupón o dividendo de cada activo.

Nos parece interesante esta aproximación de income, que asociamos a activos con características defensivas. Las carteras mixtas vienen de años complicados en los que el único motor de la rentabilidad ha sido la renta variable, pero el futuro parece más prometedor. En renta fija encontramos un amplio abanico de oportunidades con un income atractivo sin asumir grandes riesgos y en el mundo de las acciones también tenemos buenas compañías en sectores de calidad como la salud, el consumo básico o las infraestructuras, todos ellos penalizados este año y que, a las valoraciones actuales, ofrecen un income interesante.

Otra dinámica curiosa este año ha sido la entrada masiva de flujos en fondos monetarios en busca de rentabilidad y seguridad. Bank of America estima que, solo en Estados Unidos, las entradas en el año estarán cerca de los 1,3 billones de dólares, casi el PIB de España. Pero ¿se moverá ese dinero ante el riesgo de obtener menos rentabilidad en un contexto de bajadas en los tipos de interés? Esto podría suponer un viento de cola para la renta fija o la renta variable.

Antes de acabar querría hacer un brevísimo homenaje al recién fallecido Charlie Munger, socio y vicepresidente de Berkshire Hathaway, por su gran influencia en el mundo de la inversión y en una gran variedad de disciplinas. Como buen polímata, nos enseñó que aprender, a través de la lectura constante, y compartir el conocimiento es nuestra obligación moral. Descanse en paz.

Y a ustedes, ¡desearles una muy feliz Navidad y un próspero 2024!

Manuel Rodríguez Torrecillas es selector de fondos de renta fija en Abante

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