El balón de la vivienda en el tejado público, y la ropa barata que puede dejar de serlo
El problema del alquiler no se arregla restringiendo el mercado privado
Han insistido los miembros de PSOE y Sumar últimamente, con motivo de la nueva legislatura, en la importancia de que haya un Gobierno de izquierdas para resolver los múltiples problemas sociales y económicos que asolan España: lo dicen como si no llevaran cuatro años gobernando, y fuera todo herencia recibida. En concreto, el asunto de la vivienda, uno de los que han abordado con más fruición, con sucesivas regulaciones excepcionales por la pandemia y la crisis energética, y con la ley de vivienda aprobada este año. Aunque esta aún lleva poco en vigor, no se observan cambios a mejor en uno de los objetivos principales del Ejecutivo, abaratar el mercado del alquiler. No es un problema que se resuelva con tanta facilidad como se prometían a sí mismos los ministros: limitar por ley las subidas de los precios da lugar a múltiples trucos, o simplemente a que los propietarios decidan vender su piso a quien tenga más tiempo o ganas de complicarse la vida. La medida más práctica, pero que requiere su tiempo e inversión del Estado (es decir, que no se pone la pelota en el tejado del sector privado), es ampliar el parque de vivienda pública de alquiler.
La ropa barata puede dejar de serlo tanto, si suben los sueldos en Asia
Joe Biden sugiere a los empresarios estadounidenses que paguen más a sus empleados, pero no le agrada tanto que también suban los sueldos en China, porque los chinos no votan a la Casa Blanca, y eso encarece productos como los de Shein, cuyo principal mercado es EE UU. Ese es uno de los principales riesgos para el negocio de la misteriosa y emergente compañía de moda barata, que planea su salida a Bolsa en Nueva York. El problema de la mano de obra (también en Bangladés se reclaman mejores emolumentos) afecta al sector en general. La ropa asequible puede dejar de serlo tanto.
La renta fija gana atractivo ante la incertidumbre de la variable
La renta fija está ganando atractivo respecto a la variable, gracias a que ya se ve el final de las subidas de tipos y a que las acciones corporativas viven bajo la incertidumbre de que una recesión más o menos suave en EE UU de al traste con las rentabilidades de unas empresas muy endeudadas.
Bonos corporativos, o de países emergentes, que afrontaron con más decisión la crisis inflacionaria, pueden ser buenas opciones para protegerse de la debilidad económica que se prevé para los próximos años, mientras se desarrolla la transición verde. Aunque también se puede optar por las empresas japonesas, que han cambiado su enfoque para tener más en cuenta al accionista, y el sempiterno oro son otras alternativas algo más exóticas.
La frase del día
“Musk es un absolutista de la libertad de expresión, cosa que respeto. Tiene toda la razón en que él y X reciben un trato injusto por parte de los anunciantes. TikTok o Instagram tienen mucho contenido proanorexia, antisemita, etc., pero no las boicotean”
Bill Ackman, fundador y CEO de Pershing Square Management
Las empresas comprobarán la diferencia entre una denuncia y una información
Quizás el límite entre denunciar algo en una empresa o simplemente informar de ello esté más bien en la forma de hacerlo: si se acude a la prensa u otro tercero, se trata más bien de una denuncia. Si se hace de forma interna, parece simplemente informar, cooperar por el buen funcionamiento de la compañía, aunque pueda haber acusaciones de prácticas irregulares a personas concretas.
A partir de ahora, todas las empresas españolas de más de 50 empleados deberán poner los medios para que se pueda hacer de esta manera. Para las pymes, es una obligación más que se suma a las muchas que ya tienen, pero en este caso parece de lo más razonable. A la larga, puede ahorrarles problemas legales, y salirles barato.
Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, X y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días