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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La tacañería de los bancos británicos puede dejar de ser un problema

No tienen tanto exceso de liquidez como los españoles, y el Banco de Inglaterra ha subido más los tipos

Sucursal de NatWest en Londres.
Sucursal de NatWest en Londres.TOLGA AKMEN (EFE)

Los bancos se están quedando con los frutos del alza de los tipos. Esa es la opinión de reguladores y políticos británicos, donde la Autoridad de Conducta Financiera (FCA) ha diseñado un plan de 14 puntos para que entidades como Barclays y Lloyds ofrezcan a los ahorradores una mayor rentabilidad por su dinero. Pero una comparación con España sugiere que la preocupación es exagerada.

Entre enero de 2022 y mayo de 2023, el Banco de Inglaterra subió los tipos en 4,25 puntos porcentuales. Los nueve mayores bancos británicos aumentaron el interés de las cuentas de ahorro de fácil acceso en 1,18 puntos, según la FCA. En otras palabras, solo repercutieron el 28% del aumento a los clientes. En julio, la FCA pidió a los bancos que animaran a los ahorradores a contratar cuentas con intereses más altos. Si no hay mejora, tomará más medidas. Algunos Gobiernos ya han ido más lejos, como Italia, España y Hungría.

Pero es poco probable que se necesiten medidas adicionales. Ello se debe a que los bancos ya no nadan en un exceso de depósitos, como sucedió en la era Covid. El resultado es que en el futuro tendrán que pujar más agresivamente por la financiación, por ejemplo, subiendo los tipos de las cuentas de ahorro.

Véase NatWest, el grupo respaldado por el Estado de 20.000 millones de libras. Sus resultados del segundo trimestre muestran que los préstamos equivalen al 86% de sus depósitos, casi de vuelta a los niveles prepandemia, frente al 75% de 2021. Esta ratio entre préstamos y depósitos es la principal forma que tienen los bancos de juzgar si necesitan financiación adicional. Una cifra más alta implica que podrían tener que buscar más efectivo de los consumidores.

La ratio también está subiendo deprisa para la unidad británica de Barclays. Lloyds, con una ratio todavía muy por debajo de su nivel prepandémico, es un caso relativamente atípico. Pero eso puede deberse en parte a que sus préstamos han crecido muy lentamente. Los resultados del segundo trimestre sugieren que también está pagando más por la financiación: los gastos por intereses casi se duplicaron entre el segundo semestre de 2022 y el primero de 2023.

Compárese con España. Las divisiones nacionales de CaixaBank, Santander y BBVA tienen ratios de préstamos sobre depósitos significativamente más bajas que antes del Covid, lo que implica que tienen un excedente de fondos. Una posible razón es que el BCE está reduciendo su balance más despacio que el Banco de Inglaterra, así que todavía hay mucho más exceso de efectivo circulando por el sistema financiero de la zona euro que en el británico. La abundancia de liquidez implica que los bancos no tienen que competir tan ferozmente por la financiación.

El BCE también ha subido los tipos a niveles más bajos que el Banco de Inglaterra, así que los ahorradores españoles tienen menos incentivos para buscar las mejores recompensas. En todo caso, se deduce que los bancos españoles no tienen que competir enérgicamente para atraer clientes.

La conclusión es que las fuerzas del mercado están del lado de los bancos españoles y en contra de sus ahorradores, mientras que en Gran Bretaña ocurre lo contrario. Es una buena noticia para la FCA, incluso si significa que su plan de acción es, en última instancia, innecesario.

Italia

El Gobierno italiano se ha apresurado a calmar a los inversores asustados por su apenas reflexionado impuesto sobre las ganancias extraordinarias de los bancos. La noticia de que Roma planeaba imponer un gravamen único sobre el crecimiento de los ingresos netos por intereses, es decir, la cantidad que los bancos obtienen de los préstamos menos lo que pagan a los depositantes, hizo que las acciones de grupos como Intesa Sanpaolo se desplomaran el martes, y que Monte dei Paschi di Siena cayera hasta un 10%.

El Gobierno ha anunciado que la tasa se limitará al 0,1% de los activos totales. De ser así, y si se aplicara a los negocios italianos de los bancos, la recaudación sería de algo menos de 2.000 millones de euros, según UBS. Es menos de la mitad de lo que estimaban algunos analistas, y coincide con el objetivo del propio Gobierno. Es una señal tranquilizadora de que el Gabinete de Giorgia Meloni responde a las señales del mercado.

Aun así, las acciones bancarias solo se han recuperado parcialmente. La capitalización bursátil combinada de solo cinco bancos medianos y grandes (Intesa, Unicredit, BPER, BPM y Monte dei Paschi) ha caído más de 4.000 millones desde que se anunció el impuesto, el doble de lo probable. Ello puede deberse a que los inversores temen que haya más pérdidas.

Y más importante, la voluntad de los políticos de juguetear con la rentabilidad de los bancos enturbia los argumentos para invertir: las entidades ganan menos cuando los tipos bajan y se reducen los márgenes de intereses, pero se vuelven objetivos fáciles en cuanto sube el precio del dinero.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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