¿Depósitos o fondos monetarios? El dilema de los inversores españoles ultraconservadores
Con rentabilidades similares, el poder diferir la tributación y hacer traspasos da ventaja a la inversión colectiva
En España la banca remunera menos sus depósitos que en Alemania y Francia, según datos del BCE. Y eso a pesar de que las letras del Tesoro español ofrecen mayor rentabilidad que la deuda a muy corto plazo de esos países. Mientras, los fondos monetarios empezaban a pagar ya desde septiembre de 2022.
Durante 2023, los bancos han preferido lanzar fondos con objetivo de rentabilidad no garantizado a cuatro o cinco años, a mi juicio sin complicarse demasiado, pues la mayoría de sus carteras tienen deuda española.
Recientemente, los grandes bancos se han visto obligados a ofrecer depósitos para no perder clientes que buscan opciones en bancos medianos o digitales. En muchas ocasiones, el rendimiento de los depósitos está sujeto a que se cumplan ciertas condiciones o a la contratación de otros productos bancarios.
A pesar de la nula rentabilidad ofrecida por los depósitos en los últimos siete años, tanto familias como empresas españolas continuaron incrementando su aportación a estos productos. En diciembre de 2022, el conjunto de depósitos de hogares y empresas residentes en España alcanzó una cifra récord de más de 1,3 billones de euros, según datos de Banco de España.
En lo que va del año, el dinero en depósitos ha descendido mientras que el crecimiento en los fondos monetarios españoles supera el 60%, según Morningstar. A pesar de este traspaso, el patrimonio en monetarios es cien veces menor que el de depósitos.
En España, los fondos de inversión son el vehículo idóneo para canalizar el ahorro a medio y largo plazo de las familias. Al invertir a nivel personal se puede diferir la tributación hasta el reembolso final, permitiendo cambios de fondos y perfil de riesgo según la coyuntura de los mercados y las necesidades particulares.
El diferimiento de la tributación en fondos tiene un impacto muy positivo en la rentabilidad acumulada a largo plazo, debido al efecto multiplicador de la capitalización. De este efecto ya hablé en una tribuna anterior, así que no me repetiré en esta ocasión. El lector interesado puede ver el documental sobre Warren Buffet, que lo explica mucho mejor que yo.
Para aquellos inversores con un plazo de inversión menor, mantenerse en fondos también puede ser una opción a considerar. Esto puede ser especialmente interesante si el lector no desea realizar ganancias de capital o si el dinero a invertir proviene de fondos con pérdidas y prefiere evitar el riesgo de no poder compensarlas. En el caso de hacerlo con los rendimientos de depósitos o letras, existe un límite anual del 25% para compensar las pérdidas patrimoniales, lo que podría hacer más atractiva la alternativa de traspasar a un fondo monetario.
A pesar de las ventajas de los fondos como producto de inversión, los depósitos han sido la opción de inversión tradicional preferida por las familias españoles. El volumen en fondos de gestoras nacionales no llega ni al 30% del conjunto de depósitos. El perfil marcadamente conservador de los inversores españoles se ve también en el tipo de fondos que suscribe.
El patrimonio en fondos nacionales de renta variable apenas representa un 20% del total y su porcentaje ha decrecido ligeramente en 2023. Mientras que, en Estados Unidos, los fondos y ETFs de Renta Variable constituyen más del 65% del total. Durante los últimos cinco años los fondos nacionales de renta variable han obtenido una rentabilidad acumulada del 32% (media ponderada por el patrimonio), y los fondos de gestoras extranjeras comercializados en España del 40%. La diferencia se debe a que tienen en sus carteras mayor presencia de acciones listadas en Estados Unidos, que lo han hecho mejor.
El inversor español de renta variable lo habrá pasado peor con la volatilidad de los mercados, pero acumula ganancias que baten muy holgadamente la inflación acumulada del 15,5% desde junio del 2018 hasta junio del 2023 (Fuente: INE).
Durante este mismo periodo, los partícipes de fondos de renta fija y mixtos conservadores han experimentado pérdidas nominales en promedio. Mientras tanto, los mixtos moderados han obtenido ganancias nominales, pero no reales. No obstante, con el nivel actual de tipos de interés, es probable que la renta fija ofrezca rendimientos por encima de la inflación esperada en los próximos cuatro o cinco años. La normalización de tipos facilita que estos malos resultados no vuelvan a repetirse.
La vuelta de las tasas de interés a niveles más tradicionales está detrás del aumento del porcentaje en fondos nacionales de renta fija, hasta el 35% del total a junio de 2023. Además, es importante mencionar que el impulso en estos fondos también se ha visto impulsado por el volumen colocado por los bancos en fondos con objetivo de rentabilidad no garantizado.
La ventaja de los depósitos y de los fondos con objetivo de rentabilidad es que, salvo impagos, se conoce la remuneración final de antemano. El inconveniente es que en ambos casos se puede sufrir penalización si se necesita disponer del dinero antes de su término. En los fondos monetarios y de renta fija sin vencimiento, sabemos el nivel de rentabilidad actual, pero puede ir cambiando. Partiendo de la misma rentabilidad neta se puede acabar ganando más o menos, aunque sí se puede elegir un momento idóneo para traspasar.
Los fondos monetarios actualmente ofrecen rentabilidades netas superiores al 3% y ahora es posible encontrar depósitos con una remuneración similar. Esta es una excelente noticia para el inversor conservador español. Sin embargo, si tiene plazo por delante considere seriamente consultar a un buen asesor.
Marta Díaz-Bajo es socia de Atl Capital
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