_
_
_
_
A fondo
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Perte VEC 2: la automoción no puede perder este tren

Tanto la industria en general, como el sector en particular, necesitan un marco económico, fiscal y regulatorio atractivo que incremente su competitividad

Trabajadores España
Un trabajador en la fábrica de Ford en Almussafes, Valencia, el pasado octubre.Kai FORSTERLING (EFE)

Los Fondos Next Generation EU son, seguramente, la mayor oportunidad que tiene nuestra industria de automoción para impulsar definitivamente su transformación en un momento clave para el sector. En este sentido, el hecho de que la segunda parte del Perte VEC no se haya visto afectada por el calendario político es muy valorado por el sector.

El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo ha escuchado al sector flexibilizando parte de sus premisas iniciales, que limitaban drásticamente el número de proyectos que podían acogerse a las ayudas y que hubieran dejado fuera a importantes fabricantes con una destacada presencia industrial en España. Asimismo, la orden de bases publicada el pasado 7 de julio contempla dos secciones o líneas de proyectos: una primera dedicada a la producción de baterías y una segunda, destinada al desarrollo de proyectos para el impulso a la cadena de valor del vehículo eléctrico y conectado.

Respecto a la primera sección, la que tiene como objeto la fabricación de baterías y los componentes destinados al vehículo eléctrico, así como la producción y recuperación de sus materias primas esenciales, ha sido la primera en convocarse, está dotada con 837 millones de euros y presenta importantes novedades.

A diferencia de lo requerido en la anterior convocatoria, en esta no será necesario formar una agrupación de empresas para solicitar la ayuda y los fondos se repartirán en forma de concurrencia no competitiva, es decir, en estricto orden de presentación de las solicitudes. Además, se ha incluido la extensión del plazo máximo de ejecución de las inversiones, se ha adaptado el régimen de garantías, se ha modificado el mecanismo de desembolso de las ayudas en un único pago y se han incluido nuevas categorías de costes elegibles.

En lo que a la segunda de las líneas de ayuda se refiere, para poder concurrir a los más de 550 millones que se espera sean asignados al desarrollo de nuevos modelos de vehículo eléctrico y conectado, y a su cadena de valor, habrá que esperar a la publicación de la convocatoria que previsiblemente tendrá lugar a finales del mes de julio. Pero las oportunidades para empresas del sector de la movilidad que quieran aprovechar este Perte no acaban aquí. Ahora se ha anunciado que habrá una tercera convocatoria, con más de 1.400 millones de euros que, a falta únicamente de conocer la fecha de su publicación -difícilmente será antes de fin de año-, se sabe que también se realizará en concurrencia simple.

Quizás la principal novedad de esta segunda parte del Perte VEC sea el cambio de régimen de concurrencia. Ser capaces de preparar y presentar los proyectos en el menor tiempo posible puede suponer una ventaja importante respecto a los demás solicitantes, por la simple razón de que las ayudas se irán repartiendo por estricto orden de llegada a los proyectos elegibles hasta que se termine el monto asignado. Por este motivo, la publicación de la orden de bases ha esclarecido algunas incertidumbres que seguían acompañando el Perte del vehículo eléctrico. Ya se conoce el escenario y las normas sobre las que el sector debe adaptar sus proyectos. Ahora se necesita solamente una ágil puesta en marcha y resolución, acompañada de una gestión eficiente y de la colaboración entre el sector privado y las administraciones públicas

El Gobierno que surja de las urnas el próximo 23 de julio deberá impulsar la transformación estratégica del sector de automoción hacia el vehículo eléctrico y conectado. Transformación que pasa, por supuesto, por la puesta a disposición de las empresas de los recursos necesarios para llevarla a cabo y, en este sentido, los fondos del Perte VEC juegan un papel fundamental, pero no suficiente.

Tanto la industria en general, así como el sector de la automoción en particular necesitan de un marco económico, fiscal y regulatorio atractivo que incremente su competitividad y que permita a España seguir manteniendo el liderazgo en este sector. Es cierto que poco a poco se avanza por este camino, y basta indicar las medidas incluidas en el RD-Ley 3/2023 -en el que se recoge la desgravación en el IRPF de la compra de un vehículo eléctrico y la instalación de un cargador, o la amortización acelerada de la red de carga-, pero todavía queda mucho camino por recorrer.

Es indiscutible que la economía española necesita de la industria de la automoción y esta necesita la efectiva ejecución y distribución de los fondos asignados al Perte VEC, para impulsar desde la cadena de valor, la creación del ecosistema fomentando el desarrollo y la fabricación integral de vehículos sostenibles en España. De esta manera, se llevará a cabo una transformación estratégica del sector para adaptarlo a las nuevas formas de movilidad. La oportunidad es incuestionable al igual que los retos a los que se enfrentan nuestras empresas y la propia Administración, pero ni España ni nuestra industria pueden perder este tren.

Begoña Cristeto es socia responsable de automoción e industria de KPMG en España

Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, Twitter y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Regístrate gratis para seguir leyendo en Cinco Días

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Gracias por leer Cinco Días

_

Más información

Archivado En

_
_