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Análisis
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La intensa agenda de ‘derisking’ de Europa

La UE está desplegando una hoja de ruta económica para reducir la dependencia de China y ganar en autonomía

Grupo Volkswagen coche eléctrico
Trabajadores en la línea de montaje de la planta de Seat en Martorell (Barcelona).efe

La descarbonización es el gran reto del siglo, pero la penetración de los coches eléctricos en Europa todavía no alcanza el auge esperado. No en todos los mercados sucede lo mismo, ya que China viene liderando los ritmos de cómo evoluciona la industria desde hace años.

Y es que el sector pasa por múltiples desafíos, desde la transformación de las fábricas a abordar el nuevo modelo de ecosistema que están impulsando las empresas chinas. Pero las dinámicas que regirán el desarrollo de los coches eléctricos en la próxima década también dependen de la perspectiva geopolítica, de atraer inversión y de desarrollar nuevas capacidades tecnológicas en baterías eléctricas. Desafíos, en definitiva, para los que la Unión Europea está desplegando una hoja de ruta de derisking para reducir la dependencia de China, en un ambicioso plan por alcanzar mayor autonomía estratégica en movilidad sostenible frente al dominio que ha alcanzado el gigante asiático en toda la cadena de suministro.

Pero, más allá de mitigar riesgos, el verdadero desafío radica en transformar y desarrollar nuevas ventajas competitivas para abordar el cambio de ciclo más importante que afronta la industria. Las políticas que impulse la Unión Europea deben, asimismo, dinamizar la transformación para compensar el claro desequilibrio existente entre el auge y el ritmo de penetración de los coches eléctricos en el mercado chino y en el resto del mundo. Uno de cada cuatro coches vendidos en el gigante asiático es eléctrico, lo que genera un impulso sectorial que explica que China haya conseguido sobrepasar a Japón como mayor hub exportador de coches en el primer trimestre de 2023: el 40% del millón de unidades exportadas son vehículos eléctricos.

Dominio en las exportaciones, pero también liderazgo en la cadena de suministro. Se confirma el fin del business as usual al ser los fabricantes de coches y productores de baterías eléctricas chinos los que están propiciando que la tradicional integración horizontal, sobre la que se ha desarrollado la industria, deje paso a la generación de ecosistemas. En este nuevo modelo, las líneas de negocio se expanden para incorporar la refinería de las materias primas, los nuevos elementos críticos en el proceso de producción, lo que asegura la cadena de suministro desde el inicio frente a posibles tensiones geopolíticas.

Generación de ecosistemas como nuevo enfoque empresarial que se complementa con la dinámica internacionalización de empresas chinas hacia Europa. De hecho, para Pedro García, vicepresidente y director general de MG en Iberia, la expansión europea de CATL en Hungría marcaría un hito inicial al que podría seguir la instalación de fábricas chinas en Europa, aprovechando las instalaciones que irán quedando disponibles por la concentración de marcas y por la transformación de las fábricas del modelo térmico al eléctrico. Atraer este tipo de inversión extranjera pasa, asimismo, por generar el atractivo país y, en el caso de la megafactoría de baterías que está construyendo Volkswagen en Sagunto, por aflorar el potencial que determinadas localizaciones ofrecen en comunicaciones terrestres y marítimas, aportando además el posicionamiento estratégico que buscan las grandes inversiones.

A esto se suma la necesidad de potenciar la colaboración público-privada, para anticipar el desarrollo del espacio urbanístico y reducir los plazos de todo el proceso, elementos clave para Jorge Silvestre, director general de Sociedad Anónima de Gestión Sagunt (SAG), que capacitan, además, a la Administración para gestionar inversiones, potenciar el ecosistema y atraer talento.

Sin embargo, frente a la visión sectorial y de impulso de políticas industriales, el mayor desafío que afronta el desarrollo de nuevas ventajas competitivas es competir con un modelo de ecosistema en el que el predominio de empresas chinas es claro en toda la cadena de suministro, y donde el acceso a materias primas claves es el factor geopolítico que amenaza las ambiciones industriales de las grandes potencias.

A este respecto, la Ley Europea de Materias Primas Fundamentales marca la hoja de ruta para reducir la amplia dependencia en el suministro de minerales tecnológicos. El énfasis en la segunda vida de las materias primas que contempla la ley es clave para Sebastián Contín, Asia global fellow de la Universidad de Hong Kong, al apostar por la utilización del reciclaje como medio para atenuar riesgos geopolíticos, mientras se asegura la plena circularidad de los materiales de las baterías.

En las últimas dos décadas, China ha conseguido acaparar el foco de la movilidad sostenible, dinamizar la industria y atraer inversión extranjera. Esta apuesta por el motor eléctrico ha propiciado un fuerte desequilibrio entre el déficit de inversión en territorio europeo y el dominio de China de toda la cadena de suministro, lo que ha propiciado en Europa una estrategia de derisking sin previamente percibir el escenario de risking que determinadas dependencias tendrían en uno de los motores económicos más importantes a nivel global.

Sin embargo, mientras la tensión geopolítica crece, anticipar el rol de Europa como hub en la transición energética y como actor geopolítico global sería la mejor estrategia para maximizar la oportunidad que plantea el derisking.

Águeda Parra Pérez es analista del entorno geopolítico y tecnológico de China. Fundadora y editora de ChinaGeoTech y ChinaGeoTech Debates, autora de ‘China, las rutas de poder’ y colaboradora de Agenda Pública

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