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El Foco
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El papel clave de los consejeros en la transformación digital

El nivel de conocimiento que poseen en esta materia es bajo. Muchos conocen el negocio, pero no dominan las nuevas tecnologías

Robert Churchill (GETTY)

La creación de un consejo de administración o un consejo asesor con consejeros independientes es una muestra de madurez de los accionistas de la empresa. Al ir creciendo, las empresas necesitan una mayor profesionalidad de sus órganos de gobierno, para mejorar el proceso de toma de decisiones y la creación de valor. Involucrar más activamente al consejo en el proceso de transformación digital es un nuevo avance en esta madurez, ya que la participación del organismo aumenta la probabilidad de éxito del proceso de transformación digital.

Según nuestra experiencia, existen varias de las razones por las que los consejos de las pymes no se involucran suficientemente en los procesos de transformación digital y, por lo tanto, no aportan todo lo que podrían al éxito de estos.

Delegación de la definición de las directrices estratégicas de ese proceso de transformación. La mayoría de los consejeros delegan la definición de las directrices estratégicas de la transformación digital en el CEO y la alta dirección, o en directores especializados. Muy pocos consejeros consideran que las directrices son indelegables, y casi ningún consejo acude a un comité asesor o un consejero especializado.

Baja frecuencia en la revisión y supervisión de los proyectos. En la mayoría de los consejos la supervisión es semestral y de tipo presupuestaria. En nuestra opinión, los proyectos de transformación digital requieren de una mayor dedicación de tiempo, una supervisión en tres o cuatro consejos al año sería lo más conveniente. Además, se pueden utilizar los conocimientos de los consejeros más digitales para entrar en mayor detalle e informar al resto del consejo.

Falta de conocimientos y experiencia de los directores. El nivel de conocimientos de los consejeros sobre la transformación digital es baja, casi la mitad de los consejeros no dispone de conocimientos de digitalización y un tercio solo los tienen a nivel usuario.

Ante una situación de cambios profundos en todas las áreas de la organización, con riesgos altos de disrupción del modelo de negocio, se necesitan respuestas estratégicas que conllevan importantes inversiones y decisiones. El consejo tiene que involucrarse más y ser quien marque las directrices estratégicas, no solo el CEO ni el equipo de dirección, que las desarrollará en detalle.

Hay cuatro etapas en las que el consejo tiene que participar activamente:

1. Definir significado y etapa de la transformación digital para la empresa. Didier Bonnet presenta tres macroetapas: modernización, transformación de toda la empresa y la creación de nuevos negocios, nuevas fuentes de valor. Cuanto más avanzada sea la madurez digital de la compañía y más nos acerquemos a la tercera etapa más involucración necesitaremos del consejo.

2. Contar con una estrategia: el consejo debe pensar si la visión es lo suficientemente ambiciosa como para mantener las ventajas competitivas a largo plazo. Se debe preguntar: en qué nos queremos transformar, qué problemas hay que resolver, por qué, cómo y qué recursos necesitamos, de qué forma creamos valor, ROI esperado, etc.

3. Evolución de la cultura: el consejo, al ir actualizando los principios y valores, ayuda a generar la cultura necesaria para que triunfe la transformación digital. Se resolverán las posibles barreras que aparezcan, abriendo la organización a tomar mayores riesgos y potenciando las políticas para atraer y retener el mejor talento.

4. Gobernanza y seguimiento: tener los indicadores necesarios, evaluar los objetivos y ver el ROI obtenido para escalar o terminar ciertos proyectos. En general, la supervisión que realiza el consejo es baja y por tanto se requiere incluir aspectos de la transición digital en la agenda de más consejos.

Los consejeros deben tener las competencias y experiencia necesarias para potenciar el liderazgo del proceso, evitar el riesgo de disrupción y minimizar las barreras al cambio.

Cómo hemos indicado, el nivel de conocimientos de los consejeros sobre la transformación digital en general es baja. Como consejeros, conocen muy bien su especialidad y el negocio, pero la mitad carece de las competencias para poder incorporar las nuevas tecnologías a la estrategia del negocio.

En cualquier caso, la transformación digital comienza por uno mismo. ¿Cómo vas a transformar una organización si no te has transformado tú mismo para adaptarte a las nuevas tecnologías? La formación de un consejero debe ser continua para potenciar el liderazgo de la transformación digital, para detectar los riesgos de disrupción y para ayudar a anticipar y resolver las barreras que surgen en el viaje digital.

Se puede incorporar algún consejero con los conocimientos necesarios o también crear un comité asesor en temas digitales.

Se trata de un cambio permanente y de un viaje que nunca termina. Con el nivel adecuado de apoyo y entusiasmo del consejo, la transformación será mucho más fácil y con mayores ­probabilidades de éxito. Porque como nos regalaba Churchill, “mejor es cambiar, ser perfecto significa cambiar a menudo”.

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