La caída de Deutsche Bank saca a la luz el trilema financiero actual
El susto de Credit Suisse no se olvidará fácilmente. Es probable que cause una restricción del crédito que reducirá la inflación, pero también el crecimiento económico
Detrás del susto de Deutsche Bank está el trilema financiero actual. Y el trilema de los bancos centrales está en la suma de tres factores: la subida de tipos para controlar la inflación, la recesión que puede provocar la subida de tipos y el choque que las decisiones de los bancos centrales pueden provocar en los mercados financieros. El último susto: la caída del mayor banco alemán, Deutsche Bank, y el incremento de los costes de los seguros para cubrirse ante impagos, los credit default swaps (CDS), que reflejan cuánto cuesta en el mercado asegurar la deuda de la entidad ante un posible impago. Un cóctel tóxico.
Un trilema, según el ex jefe de Pimco, Mohamed El-Erian, actual presidente del Queen College de la Universidad de Cambridge. Mohamed El-Erian y Kenneth Rogoff, profesor de Harvard, criticaron en febrero la política del banco central de los EE UU por insistir en el objetivo del 2% de inflación y elevar a largo plazo los tipos de interés. También Mark Branson, el presidente del organismo de control financiero BaFin (del ministerio de Finanzas alemán), lo ha dejado claro: la subida de tipos será dura y, el trabajo de los bancos centrales, cada vez más difícil. Estrés en el sistema financiero global. Aunque como dice el supervisor Branson. “Mientras no se pierdan los nervios, todo irá bien.”
“Entre el miedo y el alivio de que no se haya registrado el descalabro”, titulan los medios alemanes esta semana. Los mercados se han tranquilizado, las acciones del Deutsche Bank se han recuperado y el índice de negocios del Instituto Ifo refleja que el clima es mejor que lo esperado. Deutsche Bank dispone de elevadas reservas de liquidez, que además están en gran parte garantizadas por el seguro de depósitos. Es decir, la entidad no es Credit Suisse. Sin embargo, los analistas se muestran muy preocupados. El mayor banco alemán sigue estando en el foco de los mercados financieros. Y, según el diario Süddeutsche Zeitung, la cuestión es cómo es posible que el sistema bancario mundial sea tan vulnerable 15 años después de la crisis financiera y tras innumerables regulaciones.
Hasta el canciller tuvo que intervenir para respaldar al banco alemán. El viernes 24, tras la caída del 15% del curso bursátil de Deutsche Bank, Olaf Scholz se vio obligado a declarar que la entidad es rentable. ¿Qué pasó? Los supervisores alemanes barajan como una de las posibles causas una transacción de CDS, un contrato financiero que permite al comprador, mediante prima fija periódica, cubrirse ante un evento de crédito de una entidad. Curiosamente el volumen de CDS negociado fue pequeño, pero ocasionó pérdidas desproporcionadas. Los seguros CDS sirven a los inversores para protegerse frente a impagos, pero también se puede invertir en derivados CDS para especular con la evolución negativa de una entidad.
A raíz de lo sucedido, el ministro de Finanzas, el liberal Christian Lindner, ha declarado que los bancos están mejor controlados que nunca. “No estamos en 2008.” Jörg Asmusen, ex miembro del directorio del BCE, está de acuerdo y afirma que a la eurozona le ha beneficiado que el BCE haya asumido la vigilancia bancaria. Pero no hay unanimidad. Thierry Philipponnat, economista jefe de Finance Watch, ha calculado que los activos totales de Silicon Valley Bank, Signature Bank y Credit Suisse ascendían al 0,5% del patrimonio bancario global. Por eso, le preocupan las turbulencias que han provocado. Y el jefe del Instituto Ifo, Clemens Fuest, opina que las reformas introducidas tras la crisis financiera no son suficientes. “Habría que haber tenido más en cuenta el grado de endeudamiento y exigir más capital propio.”
En ese mismo sentido, Philipponnat opina que habría que aplicar la regulación contemplada en Basilea III. El objetivo del marco regulador internacional Basilea III es que las entidades bancarias tengan fondos suficientes para mejorar su capacidad de respuesta ante situaciones de perturbación financiera. Pero la implementación completa de Basilea III está pendiente desde 2010. Fue promovida por el Foro de Estabilidad Financiera (FSB) y el G 20 para fortalecer el sistema tras la crisis de las hipotecas subprime. La UE aprobó en 2022 las nuevas normas de capital de la banca, pero con una rebaja de las exigencias frente a las propuestas iniciales. La UE quería flexibilidad en el contexto actual de inflación.
Según Meike Schreiber y Markus Zyndra, analistas de Süddeutsche Zeitung, “las convulsiones actuales contradicen a los políticos que defienden que, 15 años después de la crisis financiera global, los bancos tendrían que recuperar mayor libertad en sus negocios.” También Lindner se ha expresado en Bruselas contra una regulación más estricta del capital propio de las entidades bancarias. Las cartas se barajan ahora de nuevo. Tras la adquisición de Credit Suisse por su rival UBS se ha desbaratado la idea de que los bancos pueden caer sin provocar el colapso del sistema financiero. Michael Huenseler, de la gestora de patrimonio Meag (Munich Re), afirma que la normativa existente que regula la quiebra de grandes bancos no es suficiente. “Aunque Scholz afirme que Deutsche es moderno y rentable, la verdad es que con su presidente Christian Sewing la entidad ha apostado por la banca de inversión y el negocio con derivados. Mientras en 2018 solo una tercera parte de los beneficios procedían del negocio de riesgo, hoy asciende al 40%.”
Por su parte, Der Spiegel apunta otra causa: a raíz de la subida de tipos los viejos bonos no ofrecen rentabilidad. “Mientras los propietarios no vendan no pasa nada. Pero si los bancos necesitan vender, como el Silicon Valley Bank tras la retirada masiva de depósitos, sufren pérdidas.” El BCE decidirá sobre los tipos a principios de mayo. El presidente del Bundesbank, Joachim Nagel, ha advertido que se mantendrá en una línea dura. “Nuestra lucha contra la inflación no ha acabado”, ha declarado al Financial Times.
El susto provocado por Credit Suisse no se olvidará fácilmente. Así que el crédito se va a restringir. Los precios en el mercado interbancario están subiendo. También lo apunta Fuest: “Me sorprendería que los bancos no reaccionaran restringiendo el crédito.” Eso reducirá la presión sobre la inflación sin que los bancos centrales tengan que tocar los tipos. Una evolución que estrangulará al sector inmobiliario, en un momento en el que faltan cientos de miles de viviendas y el Gobierno debate cómo repartir los recursos.
Lidia Conde es periodista y analista de economía y política alemana
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