ACS, Merlin o Siemens Energy: las víctimas del terremoto DeepSeek en la economía tradicional
Las empresas proveedoras de energía o infraestructuras de centros de datos, castigadas en Bolsa poco después del impulso del megaproyecto estadounidense Stargate
La aparición del modelo de IA generativa DeepSeek no solamente está castigando a Nvidia y otros gigantes del Nasdaq. Otras empresas beneficiadas de las desaforadas expectativas sobre la inteligencia artificial se están viendo castigadas por el potencial cambio de narrativa que supone la start-up china. Dentro del Ibex 35, así, Merlin Properties se desploma un 4,68%, y ACS, un 4,53%. Ambas empresas han apostado fuerte por aprovechar las masivas inversiones en centros de datos que requiere el desarrollo de la inteligencia artificial. La llegada de DeepSeek, no obstante, indica que puede no ser necesaria tanta infraestructura tecnológica para entrenar nuevos modelos: para su modelo R1 invirtió menos de seis millones de dólares.
Un posible punto de inflexión que el mercado se está apresurando en cotizar; así, el castigo ha empezado por las empresas que suministran los componentes informáticos sobre los que se desarrollan los modelos (Nvidia, sus competidores y también sus proveedores), alcanza también a las empresas que construyen y gestionan la infraestructura de estos centros de datos y afecta, también, a las que aspiraban a suministrarles energía. Así, Siemens Energy ha registrado con un desplome del 20%. El mercado estaba operando bajo la presunción de que la carrera armamentística de la IA (la competencia entre las empresas por generar modelos más sofisticados a base de procesar más datos con equipos más potentes) se iba a mantener. De ahí los múltiplos a los que cotizaba Nvidia y la apuesta por las empresas que se lograran subir al carro. Goldman Sachs, por ejemplo, calculaba que la demanda de energía de estos centros de datos subiría un 165% hasta 2030.
Merlin amplió capital en 920 millones en julio del año pasado para acometer sus inversiones en plataformas que acogieran centros de datos, una línea de negocio que esperaba supusiera un 60% de sus ingresos futuros. Numerosas casas de análisis han mejorado sus recomendaciones al hilo de esta apuesta; las últimas, UBS e Intermoney. La acción subió un 15% en el último año. En el caso de ACS, la empresa presidida por Florentino Pérez se ha colocado como empresa de referencia para la construcción de este tipo de infraestructuras, y mantiene una cartera de pedidos de más de 10.000 millones de dólares en esta línea de negocio. El último contrato lo firmó con Meta.
En la Bolsa europea, además de Siemens Energy, cae con fuerza Schneider (-9,5%), empresa de equipamiento eléctrico que proporciona los sistemas de refrigeración a los centros de datos, para lo que firmó recientemente un acuerdo con Nvidia. Al igual que Siemens Energy, la empresa se benefició ampliamente de la iniciativa Stargate, apadrinada por Donald Trump y que implicaba la inversión de 100.000 millones de dólares en infraestructura. La sueca Munters (también refrigeración) subió un 9% cuando se anunció el proyecto y hoy ha bajado un 14%. En el sector de los semiconductores, la fabricante de equipos para la impresión de circuitos ASML se ha desplomado un 7%, mientras la francesa Soitec, que fabrica componentes de chips, se ha dejado un 1%. Y un 18% se deja Constellation Energy, la empresa que prevé reabrir la central nuclear de Three Miles Island en Pensilvania (1.600 millones de inversión mediante) para saciar la sed energética de los centros de datos de Microsoft.
“Las implicaciones de la potencia de DeepSeek para entrenar la IA pinchan parte de la euforia inversora que siguió a los compromisos de Stargate y Meta la semana pasada. DeepSeek ofrece un rendimiento comparable a GPT-4o por una fracción de la potencia de cálculo. Ello que supone implicaciones negativas para los constructores, ya que la presión para justificar unos planes de inversión cada vez mayores podría conducir a un menor crecimiento de los ingresos y beneficios de los centros de datos”, explican desde Jefferies. Con todo, el banco de inversión no espera tanto un impacto en beneficios como un ajuste de las valoraciones.
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