CNMV y BME trabajan en un segmento de mercado vetado a minoritarios para animar las OPV
El regulador pide un esfuerzo para que los pequeños inversores diversifiquen sus ahorros más allá de letras y depósitos
Mejorar la competitividad y mantener el estado del bienestar tal y como lo conocemos exige una ingente cantidad de capital que requerirá del desarrollo de un mercado de capitales más amplio y profundo, no solo en España sino también en la Unión Europea. En el mercado español, la CNMV y BME, el operador de la Bolsa española, están trabajando codo con codo para lograr un mercado de renta variable más atractivo para las empresas y acabar así con la fuga de cotizadas. El supervisor del mercado ya avanzó en diciembre que prevé flexibilizar los plazos para salir a Bolsa para evitar la cancelación de operaciones y poco a poco va desgranando sus planes.
“Estamos analizando un proceso de salida a Bolsa innovador que permite la aprobación de folletos y la admisión a negociación de grandes empresas sin una distribución previa de acciones”, ha señalado el nuevo presidente de la CNMV, Carlos San Basilio, durante su intervención en la 15ª edición del Spain Investors Day. En su primer acto público fuera de la sede del supervisor, San Basilio ha asegurado que mientras las empresas no tengan el suficiente free float (porcentaje del total de acciones de una sociedad susceptible de ser negociado en Bolsa) “cotizarían en un segmento específico no abierto a los inversores minoristas”. Es decir, se crearía un segmento adicional del mercado, fuera del mercado principal, el BME Growth o el BME Scale y no requeriría de ningún cambio en la normativa. Con esta iniciativa además de impulsar el mercado de capitales, los reguladores prestan una atención especial a la protección a la protección al inversor, el primer mandato legal de la CNMV.
“La ingente necesidad de inversiones futuras requiere ser más imaginativos”, ha destacado San Basilio. El responsable del regulador ha recordado que el procedimiento actual para salir a cotizar no ha cambiado desde los años 90 mientras que la economía, las empresas y la sociedad no son las mismas. “Las OPV necesitan un nuevo impulso y los emisores necesitan reducir los riesgos e incertidumbres a los que se enfrentan a la hora de sacar su empresa al mercado para maximizar la probabilidad de éxito del proceso”, ha subrayado.
Pero los esfuerzos para lograr unos mercados de valores atractivos no se limitan a la aparición de nuevas alternativas de inversión, sino que también se debe incidir en la mentalidad de los inversores. San Basilio ha remarcado que el inversor español muestra un grado de conservadurismo considerable. Aunque “la inversión colectiva goza de una buena salud (el patrimonio gestionado supera los 400.000 millones de euros), solo el 15% se destina a renta variable, teniendo la renta fija, en su mayor parte pública, y los instrumentos de mercado monetario, un peso cada vez mayor”, ha incidido. En sintonía con las conclusiones sobre el mercado de capitales español presentadas por OCDE a finales de 2024, el responsable del regulador ha insistido en que para que el mercado apoye el crecimiento y la transformación de las empresas es necesaria que la “inversión se dirija a las empresas”. Es decir, se debe promover una inversión productiva que vaya más allá de los meros retornos de capital.
San Basilio considera esencial que los inversores minoristas diversifiquen su cartera y amplíen su radio de actuación más allá de las letras (a cierre de octubre los hogares eran propietarios de letra por valor de 26.574 millones) y de los depósitos (1,03 billones de euros). “Hay que apoyar la participación del inversor minorista en los mercados de valores, valorar la adopción de incentivo fiscales”, ha destacado. Esto iría en la línea de impulsar la creación de unas cuentas de ahorro individuales en línea con el modelo sueco, un mecanismo según el cual los ahorradores pueden elegir entre distintas vías de ahorro e inversión con una fiscalidad única. El responsable de la CNMV ha instado incorporar a las opciones del inversor minorista instrumentos como los fondos de inversión, fondos de pensiones, bonos, acciones o instrumentos de capital riesgo. Aunque, eso sí, acompañados de una supervisión estricta y de una mayor educación financiera para que los inversores comprendan en qué depositan sus ahorros y qué riesgos implican. “Otra cuestión diferente son las opciones sin la misma supervisión o protección como puede ser en la actualidad los criptoactivos, que deben ser objeto de un análisis más en profundidad”, ha puntualizado San Basilio.
Por su parte, el consejero delegado de BME, Juan Flames, ha celebrado el buen comportamiento de la Bolsa española en 2024, un año el que el volumen de contratación repuntó un 6% y en el que el mercado principal dio la bienvenida a tres nuevos miembros (Puig, Inmocemento y Cox). Durante el pasado ejercicio, otras 23 compañías se incorporaron los mercados de crecimiento BME Growth y BME Scaleup. Con la vista puesta en los próximos meses Flames se muestra optimista. En un año en el que las previsiones apuntan a un crecimiento del PIB español del 3%, a la cabeza de los países desarrollados, el responsable del operador de la Bolsa española cree que el “contexto macro ofrece un gran potencial para el mercado de acciones español”. Durante su intervención, Flames ha remarcado la necesidad de seguir avanzando en la construcción de un mercado de capitales sólido. “Hacer más competitivos los mercados es una labor urgente en que debemos involucrarnos reguladores, empresas, inversores, asesores y abogados. En definitiva, todo el ecosistema financiero”, ha puntualizado.
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