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La CNMV flexibilizará los plazos para salir a Bolsa para evitar la cancelación de operaciones

El supervisor prevé aprobar folletos de admisión a cotización y dar un margen de unos meses para que la empresa pueda colocar las acciones en las condiciones idóneas de mercado. Aspira así a evitar las cancelaciones de OPVs durante la tramitación

Rodrigo Buenaventura
El presidente de la CNMV, Rodrigo Buenaventura, en Madrid (España).Marta Fernández Jara (Europa Press)
Nuño Rodrigo Palacios

Las empresas que quieran cotizar en España dispondrán próximamente de un mecanismo más flexible para evitar que los trámites legales tiren por tierra el proyecto de salir a Bolsa. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) prevé empezar a aprobar folletos de admisión a negociación antes de la venta de las acciones, que se podrá realizar a posteriori en función de las condiciones de los mercados. “Permitiremos la aprobación de los folletos previa a la distribución de las acciones; la OPV [oferta pública de venta] o la colocación privada se podrá ejecutar posteriormente, con lo que el proceso ganará en agilidad”, ha asegurado el presidente de la CNMV, Rodrigo Buenaventura, en la presentación del informe Análisis de la OCDE del mercado de capitales de España 2024: Mercados de capitales enfocados en una economía y un sector empresarial nacionales dinámicos y sostenibles, presentado este jueves en un acto en la sede del organismo supervisor. Una iniciativa que es fruto de la colaboración entre BME y la CNMV.

El mecanismo supondría que una sociedad podría ser admitida a negociación en Bolsa, pero no llegaría a cotizar en el mercado. “Para evitar la presión de tiempo, las empresas ya estarán registradas y con las condiciones legales de una cotizada, y a partir de ahí tendrán un plazo determinado para vender las acciones”, indican fuentes del mercado. El plazo mínimo para la colocación después de la aprobación del folleto está aún por determinar. El mecanismo sería, así, similar al que ya funciona en BME scale-up, un mercado de BME para empresas en eclosión, donde se puede realizar el registro antes de la venta de capital, si bien en este caso no hay un plazo predefinido.

“Hemos tenido, básicamente, el mismo proceso de OPV desde los años noventa. Pero este ya no es el mercado de los noventa. Las OPV necesitan un nuevo impulso y los emisores se enfrentan a demasiados riesgos e incertidumbres a la hora de lanzar un proceso”, ha indicado Buenaventura. Durante este periodo de admisión a cotización, las empresas tendrían las mismas obligaciones regulatorias que si estuvieran cotizadas, en términos de publicación de información privilegiada, cuentas auditadas y requisitos de transparencia y buen gobierno.

La venta o distribución de las acciones se realizaría en los términos previstos en la normativa de salidas a Bolsa, es decir, se requeriría un capital flotante (acciones que efectivamente están cotizando en el mercado) de al menos el 10%, un porcentaje recientemente rebajado desde el 25%, y que ningún inversor ostentara una participación de más del 3%. La distribución de las acciones se podría realizar mediante una oferta pública o mediante una colocación privada, lo que permitirá agilizar todavía más los plazos y adaptarlos a ventanas favorables de mercado. Y si se cumpliera el plazo sin que hayan salido a cotizar perderían la condición de admitida a negociación y deberían empezar los trámites desde cero. El registro como firma cotizada, igualmente, no es obligatorio; es decir, si las condiciones de negocio se deterioran o la empresa no encuentra demanda puede anular la operación.

Con esta medida, la CNMV y la Bolsa esperan mejorar las cifras de salidas a negociación en España. “La aspiración es reducir el riesgo de fracaso”, indicó Buenaventura, “evitando tener que establecer la fecha de una salida a Bolsa con meses de antelación”. El proceso actual puede durar más de tres meses, un plazo que multiplica las posibilidades de que un cambio de sesgo en el mercado impida la colocación a un precio que compense al vendedor. Particularmente en los últimos años, plagados de eventos extraordinarios que han cambiado el paso de las Bolsas temporalmente y, también, de salidas a Bolsa canceladas. Europastry, Astara (Bergé), Cepsa, o Volotea se han cancelado durante el proceso de tramitación de la operación, algunas de ellas a pocos días o incluso horas de cerrarse la operación, mientras que Tendam (Cortefiel) o Hotelbeds han optado por demorar el proceso. “Ahora bien, si lo que ocurre es que las expectativas de precio de los vendedores están desviadas de lo que están dispuestos a pagar los inversores, eso es otra cosa y no tiene que ver con los plazos”, precisan fuentes del mercado.

El plazo habitual desde que una empresa contacta con el supervisor del mercado hasta que debuta en Bolsa suele rondar el medio año, lo que da pie a cambios en las condiciones de mercado que dan al traste con la operación. Asimismo, la tramitación de un folleto por la CNMV, una vez presentado, se demora una media de 60 días. Y en esos folletos de salida a Bolsa ya está indicado el calendario de la operación y el día de la salida a Bolsa. Una rigidez que el supervisor y BME pretenden sortear. No es necesario, según Buenaventura, modificar la normativa actual: “La CNMV no tienen que cambiar ni una sola norma. Con este método alternativo, queremos incorporar la innovación al proceso, y permitir que los emisores, sus asesores (y, por supuesto, los inversores) determinen qué camino funciona mejor para sus intereses”.

Sobre la firma

Nuño Rodrigo Palacios
(Barcelona, 1975) es subdirector de Cinco Días. Licenciado en Economía por la UAM, inició su carrera en CincoDías en 1998, especializándose en información financiera. Ha sido responsable de Mercados, de la edición Fin de semana y de la sección Cinco Sentidos. Redactor jefe a partir de 2007, de 2011 a 2021 se ocupó de la edición digital.
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