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Manuel Porras (BNP Paribas): “España debería ser en 2025 un destino preferente para la inversión en Europa”

El responsable de mercados globales del banco francés en nuestro país no espera bajadas de tipos de la Fed el próximo año y avanza un impacto en el crecimiento de las políticas de Trump

Manuel Porras, responsable de Mercados Globales de BNP Paribas.
Manuel Porras, responsable de Mercados Globales de BNP Paribas.Pablo Monge
Nuria Salobral

El libro que Manuel Porras está leyendo en los últimos días del año se titula “Incertidumbre Radical”, del exgobernador del Banco de Inglaterra Mervyn King. Esa incertidumbre máxima es el punto de partida con que Porras, responsable de mercados globales de BNP Paribas en España, afronta 2025, un año que va a girar al son de las políticas que adopte Donald Trump y que, según explica el ejecutivo, no quedará más remedio que gestionar de acuerdo a un amplio rango de probabilidades. De entrada, el escenario base de BNP Paribas es que, tras un impacto positivo inicial, las políticas de Trump traerán menos crecimiento a EE UU y más inflación, hasta el punto de que la Fed no recortará tipos en 2025. El crecimiento económico de España, muy superior al de sus vecinos, será una de las pocas certezas.

Pregunta. ¿Va a ser 2025 un buen año para la inversión ante un panorama de máxima incertidumbre?

Respuesta. Va a ser un año más complicado que los años anteriores, seguro. En nuestros mensajes clave para 2025 empezamos hablando de una situación de incertidumbre radical, que es consecuencia de los procesos electorales que hemos tenido en 2024, como las elecciones al Parlamento Europeo y las presidenciales de EE UU. Y desde el punto de vista económico, todo el mundo está muy pendiente del grado de implementación de las políticas anunciadas por Donald Trump.

P. ¿Trump va a ser determinante en la economía global y los mercados?

R. Trump es definitivamente la clave. Nosotros partimos de un escenario base que estructuramos en cinco aspectos: los aranceles; la política fiscal, la productividad, la política de inmigración y la desregulación. Por ejemplo, en cuanto a tarifas, Trump habló en campaña de un 60% de aranceles a la importación de productos chinos y 10% al resto del mundo. Nuestro caso base no es ese, es un poquito más comedido. Pensamos que habrá un 40% de tarifas a China y un 5% al resto, incluyendo Europa, y en fases distintas. Sí esperamos una aceleración de las tarifas a China desde el primer trimestre del 2025, pero en Europa solo se empezarían a aplicar a partir del cuarto trimestre.

P. Eso daría cierta tregua a la zona euro en un año que se prevé complicado...

R. Durante el año, sí, pero habrá un efecto de cola para el 2026 que hay que tener en cuenta. Aunque los aranceles no entraran en vigor hasta finales de 2025, el mercado lo empezaría a descontar antes. Nosotros somos una firma europea que tradicionalmente ha sido alcista con el euro y ahora proyectamos la paridad del euro con el dólar en el cuarto trimestre de 2025. Y esa previsión de paridad hace tiempo que no la veo.

P. ¿Ven un mayor deterioro en la zona euro por las políticas de Trump?

R. Hemos revisado a la baja el crecimiento de Europa en la mayoría de los países, salvo en España, respecto a nuestra visión anterior que sacamos en septiembre. Parte tiene que ver con Trump y parte con una capacidad política más reducida para implementar las medidas necesarias a corto plazo, como sucede en Francia actualmente. Hemos revisado a la baja el crecimiento en 2025 de Alemania, al 0,4%; de Francia, al 0,8%; de Italia, al 1%. La previsión para España se mantiene estable y muy sólida, esperamos un crecimiento del 2,5% en 2025. España va a seguir siendo un contribuidor neto al crecimiento europeo, con diferencia.

Tradicionalmente hemos sido una firma alcista con el euro pero ahora vemos la paridad con el dólar en el cuarto trimestre de 2025

P. ¿Cuál es la previsión para EE UU? ¿Las políticas de Trump pueden llegar a dañar el crecimiento?

R. Los aranceles acabarán teniendo un impacto en el crecimiento que estimamos para 2026. Y los controles a la inmigración igualmente, porque esto va a tener impacto en el mercado de trabajo y, por lo tanto, en un incremento en los salarios. Veremos ese efecto sobre todo en la segunda mitad del 2025 y principios del 2026. Estimamos un crecimiento en EE UU de solo el 1,3% en 2026. Y la Reserva Federal será mucho más cauta a la hora de ajustar las tasas de interés durante el 2025, no esperamos ningún recorte de tipos durante el próximo año. Sí contemplamos dos bajadas a finales de 2026.

P. El mercado sí cuenta con recortes de tipos de la Fed en 2025, ¿prevén también una corrección en Wall Street?

R. Esta vez no hemos publicado proyecciones para el S&P ni para el Euro Stoxx 50. Esperamos mucha volatilidad. Sí prevemos una primera mitad de 2025 en la Bolsa más optimista como resultado de la llegada de Trump y de las medidas que pueda anunciar, como las relativas a la regulación. Pero esto debería calmarse en la segunda mitad de 2025. El efecto de Trump en Bolsa debería claramente ser mucho más limitado en el 2026.

P. No presentan previsiones concretas para los índices. ¿Es tal la incertidumbre geopolítica que se hace cada vez más difícil elaborar previsiones de mercado del modo que se ha hecho hasta ahora?

R. La capacidad de proyectar a día de hoy ante un entorno tan incierto me recuerda a todos los análisis que se hacían al inicio de la guerra en Ucrania y su impacto de los precios de la energía. No había capacidad de tener una visión fundamental porque todo dependía de la voluntad política de Putin de intervenir más o menos, de la voluntad de Europa de ayudar a Ucrania a defenderse, de la intervención de Estados Unidos... Aquí estamos en una situación parecida a una escala mucho mayor, pues el impacto potencial de las medidas que Trump puede poner en marcha son muy importantes sobre la divisa, los tipos de interés, la capacidad de financiación de las empresas... Puedes tener una visión fundamental, pero no parece muy razonable no hacer una proyección basada en escenarios de probabilidades.

P. España va a crecer mucho más que sus vecinos, ¿cómo puede esto beneficiar a la Bolsa española?

R. Obviamente, un crecimiento mayor que el del esto de países de la eurozona podría desviar una cantidad importante de fondos de inversión al mercado español frente a otros países como Alemania, Francia o Italia, con un crecimiento anémico. Las tasas de consumo en España están a un nivel bastante interesante y esto debería hacer de España un destino más preferente que otras economías europeas. Además, desde hace tiempo las empresas españolas han sido muy activas en instalarse en Estados Unidos o en hacer de Estados Unidos un destino preferente para la inversión. Tienen una vocación de globalidad las empresas españolas que obviamente les va a permitir vadear algo mejor toda esta incertidumbre.

P. ¿Qué decisiones está tomando las empresas españolas en su planificación financiera ante un año de tanta incertidumbre?

R. Las empresas españolas son muy sofisticadas pero a la vez muy prudentes. Lo que han hecho las compañías ha sido fijarse límites. Para proteger su nivel de actividad, están dejando que las métricas financieras evolucionen dentro de unos parámetros que ellos consideran razonables. Y esos límites de cara a 2025 deberían ampliarse porque la incertidumbre es mayor. No hace mucho nuestra visión para el euro-dólar era 1,15 y ahora estamos en la paridad. Este es el nivel de incertidumbre que tenemos por delante.

P. ¿Qué temen más ahora las empresas españolas? ¿Las medidas de Trump o el riesgo político y el menor crecimiento en Europa?

R. Que la zona euro crece por debajo de Estados Unidos es algo que ya lleva ocurriendo 18 meses. A nadie sorprende que en la eurozona no estemos encontrando las palancas necesarias para que el crecimiento vuelva a una senda muy positiva. Es un riesgo importante que las empresas ya tenían relativamente contemplado. El impacto de la política de la nueva administración Trump a nivel global es un riesgo más novedoso, que ha surgido solo hace unas semanas, y de un impacto mucho más diversificado a nivel global.

P. La llegada de Trump pilla al eje franco- alemán en horas bajas. ¿Qué visión tienen de Francia? ¿Su crisis política puede debilitar al conjunto del club europeo?

R. Francia no deja de ser un país central para la economía de la eurozona, sigue siendo un actor económico importantísimo a nivel global. Es cierto que ahora mismo no hay la voluntad o la cohesión política necesarias para poner en marcha las medidas para que el país vuelva a la senda de crecimiento que debería tener. Es indudable que, dado el peso de la economía francesa en la eurozona, todo el mundo va a estar mirando a Francia muy de cerca para entender qué es lo que puede pasar o cómo puede mejorar o agravarse la situación. Si uno lee la prensa francesa parece que Francia podría generar una crisis como la de la deuda soberana de 2012. No parece que sea el caso, las métricas financieras no se han degradado como para prever eso. Me cuesta pensar que la situación empeore mucho más a nivel de métricas financieras de como está ahora mismo.

Sobre la firma

Nuria Salobral
Es jefa de la sección de Inversión en el fin de semana y redactora especializada en temas financieros y política monetaria. Trabaja en Cinco Días desde 2006, donde ha cubierto la quiebra de Lehman Brothers, el rescate a la banca española o las decisiones del BCE. Nacida en Madrid, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.
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