Rupert Rucker (Schroders): “Los valores medianos y pequeños de EE UU han sido ignorados durante años y están a buen precio”
El responsable de ‘small’ y ‘mid cap’ de Wall Street de la firma británica se muestra optimista y asegura que “no hay nada que pueda frenar el impulso de la economía estadounidense”
Rupert Rucker (Reino Unido, 57 años) tiene unos antecedentes poco comunes para un director de inversiones, el cargo que desempeña en la gestora de activos Schroders para el activo de renta variable de pequeña y mediana capitalización de EE UU. Licenciado en Filología Clásica y oficial del ejército británico durante casi cuatro años, ahora dirige desde Londres un fondo que invierte en small y mid cap estadounidenses y otros dos ligados a la inversión de impacto. “Comprender la historia antigua y el latín implica intentar averiguar qué sucedió a partir de muy poca información. De papiros e inscripciones. En eso no es muy distinto de los mercados financieros”, compara durante una breve visita a España, de apenas 24 horas, antes de poner rumbo a Italia.
Pregunta. Los siete magníficos están teniendo un año espectacular en Bolsa, ¿por qué debería alguien invertir en compañías pequeñas y desconocidas?
Respuesta. Los siete magníficos han hecho que la gente gane mucho dinero desde hace ya unos años. Y han dominado los mercados de valores no solo en EE UU, sino en todo el mundo, especialmente Nvidia y Microsoft porque se ha invertido mucho en infraestructuras de inteligencia artificial, y otras como el fabricante de chips TSMC. Entonces, ¿por qué cambiar ahora? Porque todo está empezando a desbordarse. La inversión hacia ellas no puede continuar eternamente al ritmo al que va. Pensemos en lo que sucedió en los años 2000, cuando nació internet. Hubo también una enorme inversión y se gestó una gran burbuja. Cisco era una especie de equivalente a Nvidia en aquel entonces. Pero se tardó algunos años en que las empresas utilizaran la infraestructura de internet. Ahora estamos en una etapa similar: se está construyendo la infraestructura de la inteligencia artificial, con los centros de datos y los grandes modelos de lenguaje (LLM), y eso beneficiará a empresas más pequeñas, porque los centros de datos necesitan infraestructura para un mejor uso de la energía o mejores cables. Es en esos segmentos donde operan compañías más pequeñas, así que esperamos que el flujo de dinero hacia las grandes corporaciones comience a flaquear. No va a terminar, pero comenzará a beneficiar también a empresas más pequeñas. Mientras que las compañías de mayor capitalización están sobrevaloradas, las más pequeñas han sido completamente ignoradas durante tantos años que están a muy buenos precios para aprovechar toda esta demanda adicional que está surgiendo.
P. Aun así, el índice Russell 2000 que agrupa a pequeñas y medianas empresas ha subido casi un 20% en 2024. ¿No está todo demasiado caro en EE UU?
R. No, las estadísticas muestran que, aunque los mercados han estado fuertes, simplemente han estado tratando de recuperarse, y las ganancias también han sido fuertes. Las valoraciones de las empresas de pequeña y mediana capitalización en EE UU son prácticamente las mismas que las de las acciones internacionales. Mucho más baratas que, obviamente, las de gran capitalización, pero no cotizan con una prima respecto a las acciones internacionales, que es lo que normalmente hacen. Se pagan a precios similares a los de Europa y Asia, pero a cambio tomas posiciones en una economía mucho mejor. Hay un crecimiento significativo en la economía estadounidense, que será sostenible y bastante sólido. Y no podemos subestimar al consumidor estadounidense, que sigue gastando dinero y sigue teniendo una riqueza increíble en comparación con el resto del mundo. Ahora bien, hay que tener cuidado porque ese gasto del consumidor puede ser bastante poco flexible. Hay que encontrar la empresa adecuada, y ahí, la gestión activa de fondos es extremadamente importante.
P. ¿No hay riesgo de que los mercados en EE UU se estén pasando de frenada con Trump?
R. Creo que a corto plazo existe el riesgo de un exceso de entusiasmo, con movimientos como la subida del bitcoin a 100.000 dólares. Pero es algo a muy corto plazo. Así que, sí, es inevitable que cuando Trump asuma el cargo, los mercados hagan una pausa y no sepamos cuál será el próximo catalizador y, tal vez, retiremos un poco de dinero de la mesa para evaluar lo que puede o no puede hacer. Por ahora sabemos lo que quiere hacer inicialmente con la inmigración y los aranceles. Y son dos áreas en las que no necesita al Congreso. En términos de aranceles ha señalado especialmente a China, Canadá y México. El resto del mundo está tratando de entender qué va a hacer, pero la cuestión es que, para la economía estadounidense, no hay nada que pueda frenar el impulso actual, que es bastante fuerte a medida que avanzamos hacia 2025, de modo que probablemente vamos a tener otro crecimiento de más del 2%, lo cual es realmente fuerte para una economía de ese tamaño. Estamos empezando a ver lo que llaman animal spirits. La gente, las empresas, los bancos y la banca de inversión han estado esperando para ver quién sería el presidente. Y como se trata de Trump, y a Trump le gustan los mercados y la desregulación, hemos empezado a ver muchas más fusiones y adquisiciones. Probablemente veremos mucha más actividad de salidas a Bolsa el año que viene. Todo esto es bueno para las empresas de pequeña capitalización, porque significa que el dinero está fluyendo más allá de los siete magníficos.
P. ¿Qué sectores ve más atractivos?
R. Hay muchos, pero destacaría tres. En primer lugar están las empresas de las que he estado hablando, las que van a ayudar a propagar la IA, que son firmas de tecnologías de la información y de infraestructura como las que fabrican cables ópticos y reducen el uso de energía. Luego, la atención médica es un sector muy grande en EE UU, y hay ciertas áreas muy interesantes. Hay compañías que ayudan a los pacientes a salir del hospital más rápido. Mientras que antes habrías tenido que pasar días o incluso semanas ingresado recuperándote, ahora hay toda una infraestructura que permite a los pacientes volver a casa mucho antes y ser tratados en casa por estas compañías, gracias a que la tecnología de los sistemas de monitoreo es muy sofisticada y permite hacer la vigilancia de manera similar al hospital. Estamos invirtiendo no solo en las empresas que facilitan la vuelta del paciente en casa, sino también en las de tecnología que han desarrollado estos dispositivos. El tercero tiene que ver con dónde está gastando su dinero el gobierno de EE UU. Bajo la administración de Biden se anunciaron algunas leyes muy importantes para apoyar la inversión, como la llamada Ley de Chips, la Ley de Infraestructuras o la Ley de Reducción de la Inflación, que abarca muchas industrias, no solo eléctricas y energías renovables, también otras, como las de eliminación de residuos.
P. ¿Cómo hacen la selección de valores?
R. Podemos determinar dónde no queremos invertir con bastante facilidad. En EE UU, y en concreto en el Russell 2000, hay muchas empresas que no tienen beneficios. Esa es una de las fortalezas de la economía estadounidense, que tiene esa capacidad de destrucción creativa, que les permite gastar mucho dinero, y el hecho de que no funcione no supone el fin del mundo. No creo que tengamos esta actitud en Europa. Eso significa que hay muchas empresas, en particular de biotecnología y software, cuyo modelo de negocio no va a funcionar. Los inversores compran diez de estas empresas con la esperanza de que una funcione. Y aunque nueve no lo hagan, la que funciona les genera enormes cantidades de dinero. Nosotros simplemente evitamos las empresas que no generan beneficios. No nos merece la pena correr el riesgo. Eso significa que no invertimos en una parte importante del índice, y que nos concentramos en empresas con negocios establecidos. Hay miles de acciones, y nuestra habilidad consiste en seleccionar las de mayor calidad. ¿Qué definimos como calidad? Porque es una palabra que todos los directivos utilizan. Básicamente, buscamos que estén entre las más fuertes de su sector, con márgenes más altos y capaces de encontrar productos o servicios que el mercado todavía no haya descontado y tengan cierto potencial de crecimiento.
P. ¿Qué capitalización tienen las empresas en las que invierten?
R. La más pequeña es de alrededor de 750 millones de dólares, lo cual ya es bastante grande. Pero el tamaño promedio en nuestra cartera es de poco menos de 8.000 millones. Así que son empresas de una dimensión significativa, lo que implica que asumes menos riesgos porque hay mucha liquidez para comprar y vender las acciones. Son compañías muy bien establecidas, principalmente porque operan en un mercado tan enorme como el de EE UU. En Europa está la UE, por supuesto, pero aún implica cruzar fronteras. No es tan fácil como estar en EE UU donde, aunque hay ciertas restricciones estatales, puedes establecerte en todo el país muy fácilmente. Y esa es una diferencia enorme.
P. También dirige un fondo de inversión de impacto, ¿no les perjudica la intención de Trump de promover los combustibles fósiles?
R. Existe una gran oportunidad para nuestro fondo de impacto, porque no se trata solo de inversiones medioambientales. Creo que se trata de una idea errónea. Si analizamos nuestra cartera, más del 25% de las empresas en las que invertimos se dedican a la salud y el bienestar. Estados Unidos es un país muy rico y muy grande, pero eso no significa que no tenga problemas. Y las empresas en las que invertimos están tratando de resolverlos, en áreas como la infraestructura o el tratamiento del agua, dado que el acceso al agua en algunas partes del país no está garantizado. Las energías renovables no son un área importante para el fondo. No hay muchas empresas en EE UU de este tipo en las que podamos invertir. Por lo tanto, se trata más bien del sector sanitario.