¿Ha agotado el S&P 500 su rally? Llega la hora de los pequeños valores
El escenario de suave desaceleración y bajada de tipos es, según los expertos, el ideal para que las empresas de pequeña y mediana capitalización logren mejores retornos que los grandes valores
El S&P 500 es el rey de la renta variable estadounidense y fue el primer índice en emprender la recuperación tras el cerrojazo que supuso la pandemia. Contó para ello con el empuje de las grandes empresas tecnológicas, cuando estas se agrupaban aún bajo el acrónimo de las FAANG— Facebook (ahora Meta), Apple, Amazon, Netflix y Google (ahora Alphabet) —, enterrado tiempo después por los siete magníficos. El selectivo se dispara un 82% desde comienzos de 2020 sin encontrar competencia en la amalgama de selectivos bursátiles en este periodo. Un noble competidor ha resultado el también estadounidense Russell 2000, que agrupa a las empresas de pequeña capitalización, y que ha logrado mejores retornos en algunos momentos de este ciclo. Sin embargo, la euforia por las small caps se diluyó ante la incertidumbre económica y la fuerte subida de tipos que emprendieron los bancos centrales para contrarrestar la escalada de la inflación. Ahora, con la inflación acotada y cerca del objetivo del 2% marcado por la Reserva Federal y el Banco Central Europeo, y con unas economías en suave desaceleración (soft landing, en inglés), los gestores creen que ha llegado un nuevo punto de inflexión y ven clara la victoria de David frente a Goliat.
La apuesta de Roger Ibbotson, profesor emérito de finanzas en la universidad de Yale, es clara a favor de las empresas de pequeña capitalización: “El período de tres años y medio en el que las grandes compañías se han comportado mejor que las pequeñas se acabó.” El horizonte pinta mejor, ha llegado la hora de los pequeños gigantes. Todos los gestores de fondos consultados remarcan que siempre es un buen momento para invertir en empresas de pequeña capitalización (Renta4, GVC Gaesco, Lonvia Capital). Un defensor de esta idea desde hace más de 50 años es Ibbotson, conocido por su investigación en mercados financieros y su libro Stocks, Bonds, Bills, and Inflation, una referencia obligada para los inversores en small y medium caps. “A largo plazo las acciones de pequeña capitalización tienden a ofrecer mejores rendimientos que las de gran capitalización. Los datos que recopilé desde 1926 hasta 2023 muestran que la diferencia en los rendimientos ha sido de aproximadamente un 1,5 puntos, en donde las pequeñas capitalizaciones se anotaron un 11,8% frente al 10,3% de las grandes.”
Las principales Bolsas mundiales se han revalorizado de media un 136% en los últimos cinco años (Euro Stoxx 600, S&P 500, Nasdaq 100 y MSCI World). En ese lapso se ha propagado una pandemia, han estallado dos conflictos bélicos con repercusiones globales— la invasión rusa a Ucrania y la implacable respuesta israelí al ataque terrorista de Hamás del 7 de octubre —, y han temblado los cimientos del sector bancario a ambos lados del Atlántico con la quiebra de Credit Suisse y de Silicon Valley Bank. A pesar de la Oriente Próximo y las dudas sobre el resultado de las elecciones en EE UU, pero diversos analistas auguran aguas mansas. Con condiciones externas más favorables para la economía, es razonable intuir que el mercado de la renta variable puede empezar a frotarse las manos con el crecimiento que las compañías de pequeña y mediana capitalización bursátil— en EE UU las primeras van desde los 400 a los 2.000 millones de dólares y las segundas se colocan entre 2.000 a 25.000 millones de dólares, unas horquillas que en España y Europa son mucho menores —.
Aunque los indicadores que utilizan los analistas para evaluar a las cotizadas son los mismos -PER, ingresos, beneficio por acción, endeudamiento financiero neto, etc.-, Ibbotson considera que “aunque el crecimiento de las ganancias esperadas es similar, las pequeñas capitalizaciones ofrecen una mejor relación calidad-precio”. El profesor estadounidense y gestor de la firma Zebra Capital, estima que el tiempo en el que grandes compañías han tenido un mejor comportamiento frente a los pequeños valores ha pasado.
En ello concuerda Francisco Rodríguez d’Achille, cofundador y director de la gestora de fondos Lonvia Capital, una gestora francesa especializada en mercados de pequeña y mediana capitalización. Para Rodríguez, “la oportunidad es bastante clara y siempre lo ha sido en términos fundamentales. Pero ahora nos acompañan los factores exógenos sobre los que no teníamos control hace dos años”, desarrolla. En la misma línea, Jaume Puig, CEO de GVC Gaesco, razona que son varios los factores económicos que pueden explicar un crecimiento orgánico y sostenido de este tipo de empresas: rebaja de los tipos de interés; un PMI de servicios mundial (los servicios pesan el 70% del PIB global) por encima de 50 puntos, lo que equivale a crecimiento; más cantidad de dinero circulando que antes de la pandemia, tanto en Europa como en EE UU; una tasa de paro estadounidense en mínimos. “Las empresas de pequeña capitalización, por su tamaño, son más vulnerables a las alteraciones cíclicas del mercado, que ocurren cada tres a siete años”, subraya.
Lo mismo aclara el profesor Ibbotson: “El rendimiento adicional no es gratuito. Las acciones de pequeña capitalización tienen más riesgo, son menos líquidas y menos estudiadas, lo que dificulta obtener información sobre ellas”. Por lo tanto, no suelen ser las acciones populares de las que todos hablan, sino más bien “las que pasan desapercibidas” las que prometen mejores rendimientos. En el caso español y europeo, los pequeños valores tienden a ser muy poco seguidos por las firmas de análisis.
La inversión en este tipo de empresas requiere de un análisis riguroso hasta dar con las compañías correctas, explica Javier Díaz, analista de Renta 4. “Las small caps tienden a comportarse mejor que las grandes en entornos de bajadas de tipos”, agrega y detalla que en el largo plazo su rentabilidad es mayor: el retorno anual del Stoxx Europe Small 200 ha sido del 6% frente al 3% del Eurostoxx 50. “Estas empresas ofrecen exposición a megatendencias como la digitalización o la salud, y presentan mayores oportunidades de inversión debido a su menor cobertura analítica”, concluye.
¿Europa o Estados Unidos?
Lo más importante al hacer estas inversiones es ser muy “rigurosos y selectivos”, comenta Rodríguez. El director de Lonvia Capital ve un potencial de crecimiento en sectores europeos como los de tecnología médica; innovación digital y software; chips y semiconductores; y electrificación y robótica. Desde GVC Gaesco explican que están más posicionados en el industrial y el financiero, con una mayor exposición en Alemania (21,43%) y Francia(19,37%), seguidos de Italia (18,55%) y España (9,87%).
Ibbotson da otra pista en su defensa de las pequeñas empresas estadounidenses: están centradas en el mercado estadounidense, a diferencia de las grandes empresas, que operan globalmente, de ahí que ofrezcan una exposición directa a la economía de EE UU. “Si quieres apostar por el mercado estadounidense, la mejor manera de hacerlo es en estas empresas, porque estas son acciones verdaderamente americanas.” Ahora bien, comentan los expertos, no son empresas para invertir a corto plazo: “Estas inversiones están pensadas para que te olvides de ese dinero por un período mínimo de tres años, incluso hasta cinco o siete”, explica Rodríguez. Por eso, en países en donde la cultura del retorno se basa en la distribución de dividendos— como España —, este tipo de inversiones son inapetentes. “Lo que nos interesa es encontrar empresas que reinvierten las ganancias en su negocio, algo que las compañías españolas no tienen muy interiorizado”, concluye.