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Trump se mofa del puesto de presidente de la Fed: “Vas una vez al mes a la oficina y lanzas una moneda al aire”

El candidato republicano dice que si vuelve a la Casa Blanca aspira a tener más influencia en la política monetaria

Donald Trump, durante la entrevista con Bloomberg News en el Club Económico de Chicago.
Donald Trump, durante la entrevista con Bloomberg News en el Club Económico de Chicago.Joel Angel Juarez (REUTERS)
Miguel Jiménez

El candidato republicano a las elecciones presidenciales de Estados Unidos, Donald Trump, mostró este martes de nuevo que no tiene excesivo respeto por la independencia de la Reserva Federal ni por su presidente, Jerome Powell. En una entrevista concedida a Bloomberg News en el Club Económico de Chicago, se mofó del puesto de presidente del banco central. “Es el mejor trabajo del Gobierno. Te presentas en la oficina una vez al mes y dices: ‘Vamos a lanzar una moneda’. Y todo el mundo habla de ti como si fueras un Dios”.

El expresidente ha afirmado que la Reserva Federal recortó los tipos de interés “demasiado” en la reunión de septiembre. El banco central aprobó un recorte agresivo de 0,5 puntos, iniciando un ciclo de abaratamiento del precio del dinero que previsiblemente continuará justo dos días después de las presidenciales del 5 de noviembre. No ha sido la primera vez que el banco central toca los tipos en año electoral, pero Trump atribuía a Powell sin fundamento la intencionalidad política de ayudar a los demócratas.

Al margen de que ese movimiento le conviniera o no, el candidato republicano ha llegado a sugerir que si vuelve a la Casa Blanca se plantearía despedir al presidente del banco central, cuyo mandato como presidente termina el 15 de mayo de 2026 y como consejero, el 31 de enero de 2028. Powell fue, de hecho, nombrado por el propio Trump en 2018, cuando ocupaba la Casa Blanca, aunque luego el actual presidente, Joe Biden, propuso en noviembre de 2021 renovarle para un segundo mandato. Fue confirmado por el Senado el 12 de mayo de 2022. En principio, el presidente no tiene autoridad para destituirle. Una mayoría de republicanos y demócratas en el Congreso valoran la independencia del banco central recogida en la ley.

Este martes, Trump ha rechazado contestar sobre si trataría de destituir a Powell. Sin embargo, ha insistido en que si vuelve a ser presidente le gustaría tener un papel más activo en la fijación de la política monetaria. En su opinión, es apropiado que un presidente le dijera al responsable del banco central cómo cree que deberían moverse los tipos de interés.

El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, en la rueda de prensa del pasado 18 de septiembre.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, en la rueda de prensa del pasado 18 de septiembre.Tom Brenner (REUTERS)

“Si eres un presidente muy bueno y con sentido común”, ha dicho refiriéndose a sí mismo, “al menos deberías poder hablar con él”, ha explicado, aunque admitiendo que no creía que un presidente debiera poder tomar la decisión. “Creo que tengo derecho a decir que creo que deberían subir o bajar un poco. No creo que se me deba permitir ordenarlo, pero creo que tengo derecho a hacer comentarios sobre si los tipos de interés deberían subir o bajar”, ha dicho.

Powell ha demostrado su independencia y, aunque escuche al presidente, hay muy pocas probabilidades de que se deje influir por él a la hora de fijar el rumbo de la política monetaria. Pero si Trump gana las elecciones podría buscar un sustituto que fuera más receptivo a sus peticiones. La teoría económica ha demostrado que la independencia de los bancos centrales contribuye a la estabilidad de precios.

Durante su última rueda de prensa tras la reunión del comité de política monetaria, Powell lanzó una proclama en favor de la independencia de los bancos centrales. “Los países que son democracias en todo el mundo, los países que se parecen a Estados Unidos, todos tienen lo que se llama bancos centrales independientes. La razón es que la gente ha encontrado con el tiempo que aislar el banco central del control directo de las autoridades políticas, evita hacer la política monetaria de una manera que favorece, tal vez, a las personas que están en el poder frente a las personas que no están en el poder”, reflexionó. “Los datos son claros: los países que tienen bancos centrales independientes obtienen una inflación más baja. Hacemos nuestro trabajo para servir a todos los estadounidenses. No estamos al servicio de ningún político, ninguna figura política, ninguna causa, ningún tema, nada. Es solo el máximo empleo y la estabilidad de precios en nombre de todos los estadounidenses. Y así es como los otros bancos centrales se rigen también. Es un buen acuerdo institucional que ha sido bueno para el público y creo firmemente que continuará”, concluyó.

En la última reunión, en la que se aprobó una rebaja de tipos de 0,5 puntos, hubo una consejera del banco central que votó en contra, la primera vez que un miembro de la Reserva Federal se oponía a la decisión desde 2005. Se trataba de Michelle Bowman, nombrada por Trump en 2018, licenciada en publicidad y periodismo y sin grandes conocimientos macroeconómicos, pero que llegó al banco central por su experiencia en bancos comunitarios. “En mi opinión, habría sido preferible dar un primer paso más pequeño” en el ciclo de rebajas de tipos, se justificó después en un comunicado. Este martes, un perfil del New York Times la señalaba como una “candidata obvia” a un puesto de responsabilidad si Trump recupera la presidencia.

Trump no es el primer líder político que se mofa del papel de los bancos centrales. Con una labia comparable a la del republicano, Hugo Chávez decidió en 2007 enterarse de qué era eso de las inyecciones de liquidez con operaciones de mercado abierto, al descubrir escandalizado que el Banco Central de Venezuela (BCV) actuaba como “bombona de oxígeno” de los bancos privados. “Es como un moribundo que tú le estás dando oxígeno para que camine tres metros más y a los tres metros le pones otro chorro de oxígeno”, se explicó. Tomó cartas en el asunto y en tres días los tipos interbancarios se dispararon hasta el 120%, con los bancos ahogados, hasta que el BCV volvió a operar con repos como cualquier banco central de cualquier país.

Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.
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