Las recompras de acciones impulsan los dividendos de la banca hasta un 16%
En los últimos tres años, los bancos han hecho desaparecer 3.700 millones de títulos; a menor número de acciones, el pago que recibe el accionista es más alto
BBVA ha elevado el primer dividendo del año un 81%, Santander un 23% y Sabadell un 166%. En los últimos tiempos, los bancos presumen de remuneración al accionista con los pagos en efectivo más altos de la historia, gracias al viento de cola de los altos tipos de interés. En gran parte, este aumento de los dividendos se debe a los beneficios récord que no han dejado de crecer durante los dos últimos años, pero también es fruto de las recompras de acciones masivas que las principales entidades han ejecutado desde 2021. Una vía secundaria y menos evidente de retribución al accionista, pero que tiene un impacto indudable.
Por dar una idea de cómo ha influido esa reducción de acciones en la remuneración del accionista, BBVA pagará este jueves un dividendo de 0,29 euros por título a cargo de los resultados del primer semestre. Se trata de un 81% más que los 0,16 euros pagados el año pasado por estas fechas. Haciendo una simulación para saber cuál sería el dividendo por acción en caso de que el banco no hubiese acometido las recompras de acciones y contase con el mismo número de títulos que en 2021, el pago sería de 0,25 euros por acción. Es decir, gracias a las operaciones de recompra el dividendo de BBVA es un 16% superior. Teniendo en cuenta el último ejercicio completo, en 2023, BBVA pagó en efectivo 0,55 euros por acción, un 14,3% más de lo que habría distribuido sin las recompras.
El banco presidido por Carlos Torres Vila ha acometido uno de los programas más ambiciosos de recompra de acciones de la banca europea en los últimos años. En total, ha destinado cerca de 5.400 millones de euros para adquirir títulos propios que después ha amortizado (es decir, han dejado de existir). BBVA viene de batir su récord de beneficios dos años seguidos (6.420 millones en 2022 y 8.019 millones en 2023) y previsiblemente lo batirá de nuevo en 2024. En el periodo entre 2021 y 2023, el banco ha elevado el dividendo un 77%.
Desde la pandemia del Covid-19, Santander, BBVA, CaixaBank y Sabadell han comprado y amortizado en conjunto más de 3.700 millones de acciones, según los datos de Bolsas y Mercados Españoles (BME). En 2020, el Banco Central Europeo pidió a los bancos que no repartieran dividendos ni acometieran planes de recompras de acciones para que estuvieran perfectamente pertrechados ante el temor de un aumento de los impagos. El objetivo era preservar el capital, pero el mercado encontró menos razones para invertir en los bancos y cotizaciones, ya maltrechas, se hundieron.
Una vez levantado el veto y con el margen de intereses disparado, los bancos europeos optaron por hacer compras masivas de acciones propias para después eliminarlas de la circulación. Las entidades vienen defendiendo la bondad de estas operaciones porque al reducirse el número de títulos en circulación, si la empresa vale lo mismo, cada acción se revaloriza. También argumentan que después de amortizar el papel propio adquirido, el dividendo que recibe el accionista es más alto: si tenemos el mismo pastel a repartir entre menos acciones, el trozo que recibe cada inversor es más grande.
Guiño a los accionistas
Los bancos tienen varias formas de aumentar la remuneración al accionista. Pueden elevar el pay out (el porcentaje de ganancias que destinan a dividendos y recompras de acciones) y repartir más cantidad de dinero. También pueden generar más beneficios. Y esta es la principal razón por la que han engrosado los dividendos. Del mismo modo, si una vez que el BCE ha comenzado una desescalada de tipos de interés, los resultados bancarios se resienten, las recompras de acciones pueden ayudar a mantener el dividendo.
“Los beneficios se han incrementado de manera tan significativa que incluso con las recompras que se han producido, el dividendo en efectivo es sustancialmente superior, ya que el payout ratio en general se ha mantenido, aunque en algunos casos también se ha incrementado. Incluso cuando miras la retribución en efectivo al capital total (en lugar de por acción), que se ha incrementado de manera significativa también, esta ha aumentado”, explica María Jesús Parra, analista de Morningstar.
En ese escenario, las recompras de acciones han supuesto un impulso adicional. Santander pagará a partir de noviembre el primer dividendo del año, de 0,1 euros por acción. Se trata de un 23% más alto que el pago abonado hace uno a cargo de los resultados del primer semestre. Pero, si se calcula cuál sería el dividendo en caso de que el banco no hubiese acometido recompras de acciones desde 2021, este sería de 0,09 euros: gracias a las recompras, el dividendo es un 12,5% superior. Si se tiene en cuenta el último ejercicio completo, en 2023 el banco pagó en total 0,18 euros por acción. Desde 2021, ha amortizado 1.847 millones de acciones. Eso significa que si mantuviese en circulación el mismo número de acciones que hace tres años, el pago hubiera sido de 0,15 euros. Gracias a los programas de recompras, el dividendo es un 12,5% superior. En el periodo entre 2021 y 2023 Santander ha elevado el dividendo un 80%.
Los accionistas de CaixaBank también se han beneficiado de los planes de adquisición de títulos propios. El banco catalán ha amortizado 793 millones de títulos desde 2021. El año pasado abonó un dividendo de 0,39 euros por acción, un 70% más que el año anterior. El banco había logrado la segunda mayor cifra de beneficios de su historia (la más alta si se tiene solo en cuenta el resultado recurrente). El pago fue un 7,5% más alto que si no hubiera realizado ninguna recompra de acciones. En los últimos tres años CaixaBank ha disparado el dividendo un 160%.
Sabadell también ha acudido al mercado para adquirir títulos propios. Desde que César González-Bueno tomó las riendas como consejero delegado en 2021, el banco ha batido sus propias previsiones y ha aumentado tanto el payout como el dividendo. En 2023 pagó a sus accionistas 0,06 euros por título, un 20% más que el año anterior. En este caso, el efecto de los programas de recompras de acciones es más limitado, ya que el banco solo ha comprado 187 millones de acciones propias (el 3,3% del total). De todas formas, el dividendo que percibieron los inversores fue un 3,4% más elevado que no hubiese acometido ninguna recompra. El banco catalán ha prometido generar 2.900 millones en capital para los accionistas hasta 2025 como reclamo para que no acudan a la opa de BBVA. Eso supone un dividendo de unos 0,45 euros por acción. La entidad ya ha abonado en octubre un primer pago de 0,08 euros a cargo de 2024, lo que supone su mayor pago en efectivo desde 2010 y un 166% más alto que el primer dividendo del año pasado. En el periodo 2021-2023, el dividendo se ha duplicado.
Más allá de los beneficios de las recompras de acciones en los dividendos, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) advirtió hace tiempo que no había detectado que estas operaciones mejoren las cotizaciones a largo plazo. Un estudio elaborado por el regulador que analiza la reacción del mercado a los anuncios de recompra de acciones concluía que si bien sí hay un efecto positivo en Bolsa en los primeros días, ese efecto se diluye en el largo plazo y no es significativo.
En sus conclusiones, la CNMV explicaba que tras el anuncio de las recompras “no se encuentran rendimientos anormales a largo plazo” (hasta un año después de la recompra anunciada). Y apuntaba que el impacto se da a corto plazo y es reducido, y positivo, con un rendimiento fuera de lo normal de alrededor del 1% en los días posteriores a la comunicación de la recompra. “Estos resultados son independientes del propósito de la operación de recompra y similares a los observados en otros mercados europeos”, añade el informe.