BBVA y Banco Sabadell se enzarzan en una guerra del dividendo para lograr ventaja en la opa
La entidad que preside Carlos Torres dispara el pago ordinario un 81%, mientras que el Sabadell lo ha cuadriplicado este año
El dividendo se ha convertido en la gran arma de la opa hostil del BBVA al Banco Sabadell. Las dos partes tratan de convencer a los accionistas de la entidad catalana de que su opción es la mejor: o integrarse en un gran grupo internacional o mantenerse independientes, en un banco español. Que los accionistas vean engrosar su bolsillo es quizás el mejor argumento para decantarse por una opción o por la otra. Mejor pájaro en mano que ciento volando.
El Sabadell recurrió a las promesas de dividendo desde el minuto cero, cuando rechazó la propuesta de fusión amistosa que le remitió el BBVA. Entonces ya afirmó que consideraba que la propuesta —de una acción del BBVA por cada 4,83 títulos de la entidad catalana— infravaloraba la proyección del banco en solitario. Y, como muestra, anunció que prevé pagar 2.500 millones en dos años a sus accionistas. La cuestión es relevante puesto que la opa se paga íntegramente con acciones del BBVA, mientras que el Sabadell ofrece a sus accionistas dinero contante y sonante.
Pocos meses después volvió a disparar. En la presentación de resultados del primer semestre, anunció que elevaba esa cifra hasta los 2.900 millones. Y, como muestra, elevó el pago del dividendo ordinario (que ejecutará durante el mes de octubre) a 0,08 euros por acción, lo que multiplica casi por tres los 0,03 euros que abonó el año pasado, en su mayor pago desde 2010.
El mercado espera otro movimiento similar para finales del mes próximo, cuando la entidad vallesana presentará sus cuentas de los nueve primeros meses del año. Tanto su consejero delegado, César González-Bueno, como su director financiero, Leopoldo Alvear, han explicado a los inversores en diversas reuniones durante las últimas semanas que esa cifra de 2.900 millones aún no recoge las mejores previsiones en términos de rentabilidad que proyecta el banco, por lo que es razonable que eleven el número.
Pero, antes de eso, el BBVA ha contraatacado. Este jueves ha comunicado que pagará un dividendo a cuenta a razón de 29 céntimos brutos por acción, un 81% más que el año anterior. Se trata del mayor pago de su historia. La entidad explica que contando el pago de este nuevo superdividendo, que supondrá el desembolso de 1.700 millones, habrá devuelto a sus accionistas unos 15.000 millones de euros entre estos pagos y recompras de acciones desde 2021.
En 2023 el BBVA pagó un dividendo a cuenta de 16 céntimos, al que se sumó otro complementario por 39 céntimos. En 2022 abonó 12 céntimos, más 31 de complementario y en 2021 el reparto fue de ocho más 23. Si en este ejercicio paga un complementario igual al del año anterior abonará sus accionistas 68 céntimos por acción.
El último día de negociación con derecho a participar en el reparto (last trading date) será el próximo 7 de octubre, mientras que el primer día de negociación de las acciones de BBVA sin derecho a participar en el reparto (ex-dividend date) será el 8 de octubre de 2024 y la de registro (record date), el 9. Finalmente, la fecha de pago será el 10 de octubre.
El Sabadell solo tardó unas pocas horas en responder. González-Bueno aprovechó una intervención en un evento con inversores organizado en Londres por Bank of America para recordar su posición. Recordaba que los planes de remuneración del banco en solitario pasan por repartir una cifra equivalente al 30% de su valor en Bolsa durante los próximos 18 meses.
Esta fiebre del dividendo trasciende a la opa. Hace unos pocos días, el Banco Santander también incrementó su remuneración al accionista. La entidad que preside Ana Botín anunció esta misma semana un alza del dividendo del 23%, hasta los 10 céntimos por acción. El importe total que se devolverá a los accionistas como remuneración a cuenta de la primera mitad del 2024 será de unos 3.050 millones de euros, el 50% del beneficio atribuido del Santander en el primer semestre.