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Mercados

El BCE no ve motivos para la alarma pese al terremoto en el mercado de Francia

El principal índice bursátil de la segunda economía de Europa ha quemado 89.000 millones de euros de capitalización en una semana, mientras que la prima de riesgo gala ha experimentado el repunte más súbito de la historia

Christine Lagarde, presidenta del BCE
La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), en una imagen de archivo.KAI PFAFFENBACH (REUTERS)

El Banco Central Europeo (BCE) no ve motivos para la alarma pese a las turbulencias que han golpeado a los mercados a cuenta de la inestabilidad política en Francia. Según han declarado a Bloomberg personas cercanas a la institución que permanecen en el anonimato, por el momento, la gran incertidumbre no impide que reine la calma en el seno de la máxima autoridad monetaria europea.

Contrastando con este mensaje de tranquilidad procedente de las fuentes que refiere la agencia estadounidense, la agitación ha provocado el repunte semanal más súbito de la prima de riesgo francesa en toda la historia, 27,8 puntos básicos de incremento, llevándola desde los 47,8 de la semana pasada hasta los 76,7 puntos del cierre de la actual. Además, ha detonado la erosión de alrededor de 89.000 millones de euros en valor de mercado del CAC, el principal índice del país, que ha vivido su peor semana en dos años, con un retroceso del 6,23%.

Los portavoces del BCE han evitado hacer declaraciones al respecto de la situación. La convocatoria de elecciones de Macron se produjo tras los malos resultados de su formación en las elecciones europeas. Entre tanto, la fortaleza de la Agrupación Nacional de Marine Le Pen en los comicios ha desatado una ola de preocupación no solo en los mercados galos, sino también en los del resto del Viejo Continente.

Las perspectivas de un contagio en la inestabilidad de la deuda pueden ser todo un reto para un BCE que, aunque ya ha enfrentado graves crisis en este ámbito en el pasado, nunca ha tenido que aplicar sus medidas de crisis en una economía tan grande como la francesa. La última vez que el BCE tuvo que intervenir de emergencia por la inestabilidad en la deuda soberana de un Estado de la eurozona fue hace dos años, cuando la sola perspectiva de tener que subir los tipos de interés ante la crisis inflacionista desató la tormenta en la deuda italiana.

El Ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, ha advertido esta semana que en el caso de una victoria de Le Pen, “se podría producir una crisis de deuda”, mientras que, al mismo tiempo, también señaló que una victoria del “nuevo Frente Popular” que ha formado la izquierda francesa podría llevar a la salida de Francia de la Unión Europea. Independientemente del cariz político que tenga el próximo Gobierno, el Gobernador del Banco de Francia, Farançois Villeroy de Galhau, ha pedido que clarifique su política económica lo antes posible.

En junio de 2022, cuando se produjo la última intervención de emergencia a cuenta de las turbulencias en la deuda italiana, el BCE actuó muy rápidamente. En cuestión de días, la presidenta, Christine Lagarde, capitaneó un comité de crisis desde un hotel londinense que dio lugar a una nueva herramienta para prevenir la fragmentación de la deuda de la eurozona, el conocido como Mecanismo de Protección de la Transmisión (TPI por sus siglas en inglés).

En el momento de su nacimiento, el TPI encontró detractores y defensores. Entre los primeros, sobre todo despuntaba el todavía gobernador del Bundesbank, Joachim Nagel, entre los segundos, destacaba el propio Villeroy. “Transmitir la política monetaria de forma correcta es parte de nuestro mandato. Trabajar en un mecanismo que evita la fragmentación del mercado es un deber del consejo de gobierno y no una preocupación por acomodar a ningún estado en particular”, sentenció Villeroy.

En su explicación de este mecanismo, el BCE detalló que consiste en la compra de deuda del país afectado por una inestabilidad en la deuda que no esté relacionada por los fundamentales del mismo. La existencia del TPI puede ser uno de los motivos que expliquen la tranquilidad que reina en Frankfurt y la postura de observar desde la barrera, pero las turbulencias ya han activado el debate entre inversores y analistas sobre las condiciones de aplicación del TPI y muchos se muestran escépticos en relación con su activación.

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