La aportación de valor añadido al cliente y la regulación marcarán los pagos del futuro
Los principales actores del sector debaten en una jornada organizada por Cecabank y CincoDías sobre los desafíos a los que se enfrentarán las diferentes entidades financieras
El mercado de los pagos está en continuo cambio, fomentado por la fácil adopción de los distintos sistemas por parte de los clientes, lo que provoca la proliferación de otros servicios que van más allá del mero hecho de pagar. El Banco de Pagos Internacionales (BIS por sus siglas en inglés) hablaba en su último informe trimestral de que en los países donde se han desarrollado sistemas de pagos automáticos también ha avanzado el acceso al crédito. Es importante pagar rápido y fácil, pero es fundamental estar preparados para los desafíos que están por venir.
Con la implantación de las transferencias instantáneas por parte del BCE y el euro digital en desarrollo, es fundamental analizar el papel de las tecnologías emergentes en materia de pagos y reflexionar sobre el presente y futuro marco regulatorio. Así lo mostraron el pasado miércoles industria financiera, banca y operadores de pago durante una jornada organizada por Cecabank y CincoDías que congregó a 200 asistentes de más de 85 organizaciones distintas, cuya inauguración corrió a cargo de Juan José Gutiérrez, director corporativo Servicios Tecnológicos de Cecabank, y Nuño Rodrigo, redactor jefe de mercados de EL PAÍS.
El primer ponente en tomar la palabra fue Juan Carlos Martín Guirado, director ejecutivo de Sistema de Tarjetas y Medios de Pago (STMP), que se congratuló por el papel de referente que España ejerce en el mundo de los pagos digitales: “En tres años, el uso de la tarjeta frente al efectivo ha crecido más de un 10% en nuestro país. Teneos que estar preparados ante los cambios que la inteligencia artificial va a traer y generar músculo a través de la colaboración entre empresas”, aclaró Guirado. Eduardo Prieto, director general de Visa en España, también incidió en la necesidad de fomentar la colaboración entre empresas y aprovechó para hablar del potencial de la IA: “Tenemos que ir más allá con inteligencia artificial y buscar nuevos usos, como su valor como identificadora de patrones de consumo de los clientes. Necesitamos colaboración, inversión y sentido común para seguir el ritmo de la tecnología”.
La seguridad, a examen
En todo este entorno cambiante, uno de los aspectos que más puede resentirse es el de la seguridad. Si bien es cierto que las compañías trabajan con los estándares más altos, estos controles exhaustivos pueden provocar ficciones en la experiencia de los usuarios. En este sentido, el presidente de Swift Iberia, Rubén González, cree que es fundamental generar economías cada vez más digitalizadas que generen pocas fricciones y pagos más rápidos. “Swift trabaja en la construcción de una plataforma basada en API (Interfaz de Programación de Aplicaciones, por sus siglas en inglés) que ejerza una prevalidación de operaciones y agilice todo el sistema de pagos”, añadió González.
Ángel Nigorra, director general de Bizum, hizo énfasis en que las entidades debían hacer simple lo complejo para los clientes: “Debemos crear un valor añadido y enfocar de esta forma la tecnología adecuada para los usuarios. En este sentido, nos encontramos trabajando en la complementación de los pagos a través de la identificación de forma segura en internet a los usuarios mediante sus datos fiables aportados a las entidades bancarias”.
El vicepresidente de seguridad de activos digitales de Mastercard, Alberto López destacó que el fraude bajo la directiva de seguridad de pagos 2 (PSD2) se ha reducido en un 25% en el último año y más de un 50% desde su implantación en 2013, pero considera que todavía hay margen de mejora: “El camino va hacia la simplificación de las operaciones para el usuario. No es solo la obligatoriedad de autenticar al cliente, si reconocemos el dispositivo, su IP, el comportamiento de la compra... probablemente, la persona que está detrás del dispositivo sea el cliente real. Estos datos servirán para acabar con las fricciones en la operación”, explicó López.
Alejandra Bernabei, directora general de Euro 6000 hizo énfasis en el lastre que va a suponer la entrada en vigor de la PSD3, prevista para finales de 2024, a la hora de agilizar y adecuar el sistema de pagos a los avances que están por venir: El sector está concienciado en parar el fraude, pero creemos que la responsabilidad que se le quiere atribuir no es el camino adecuado para frenarlo. También necesitamos la colaboración de las telecos y la Administración Pública”.
Gonzalo Pérez del Arco, vicepresidente de asuntos gubernamentales de AmEx Europa abogó porque la PSD3, que corre el riesgo de sufrir “un exceso de prescripción regulatoria”, volviera a los objetivos iniciales de la PSD y la PSD2: la armonización del mercado de pagos, la apertura a mercados terceros y una mayor seguridad en las transacciones. Pérez del Arco sí que valoró positivamente la posible unificación de criterios a la hora de definir los distintos tipos de fraude, aunque cada país seguirá aplicando las sanciones que más le convengan.
Las divisas digitales y su impacto en los pagos
Al igual que el año pasado, las monedas digitales de banco central, o CBDC por sus siglas en inglés (Central Bank Digital Currency), tuvieron su lugar en estas jornadas. Para abordar su creación y su impacto en los pagos, Cecabank invitó a dos de los principales impulsores de estas divisas digitales: como integrante del Eurosistema, Ana Fernández, responsable de la unidad de nuevos productos y servicios del Banco de España y a Diana Carrasco, directora de la Libra Digital en el Banco de Inglaterra.
Fernández agradeció la colaboración de Cecabank en el desarrollo del Euro Digital y explicó que el Eurosistema está priorizando los pagos entre personas y a las administraciones públicas a la hora de desarrollar esta divisa, así como el impulso del pago offline entre usuarios sin necesidad de tener internet y que además aportaría un nivel de privacidad similar al del efectivo.
Carrasco, por su parte, explicó que el Banco de Inglaterra está inmerso en un proceso de recepción de ideas sobre los posibles usos que podría tener su divisa digital: “Hay cosas que hemos asumido como normales de la experiencia de recibir pagos que a lo mejor se pueden mejorar. Por ejemplo, cada vez que compro algo me lo cobran en el momento, pero cuando lo devuelvo tarda una semana en aparecer en la cuenta. Quizás alguien pueda idear una solución a través de las CBDCs”.
Santiago Carbó, director de estudios financieros de Funcas se mostró escéptico respecto a los CBDCs: “El dólar digital no se va a lanzar. Quizás deberíamos tener ciertas cautelas a la hora de embarcarnos en algo de lo que los americanos van a pasar”: Carbó señaló que podrían tener sentido a la hora de reducir la exclusión financiera, pero “la gran prueba para las divisas digitales estará en la adopción. La clave estará en subirse a la chepa de sistemas privados ya existentes”.
José Luis Encinas, CEO de Iberpay fue claro en este sentido: “Los objetivos de Europa con el euro digital son los mismos que busca con la implantación de las transacciones inmediatas: Soberanía, paneuropeísmo, soluciones alternativas a las redes de tarjetas y eficiencia. Si la banca y la industria europea generaliza el pago instantáneo entre empresas, el euro digital aportará muy poco”
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