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Ahorro

Las razones de la banca para no dar más por los depósitos

El exceso de liquidez, que llevará tiempo al BCE drenar, y el foco en engordar márgenes retrasan el momento de elevar la remuneración del ahorro 

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Getty Images-Constantine Johnny (Getty Images)

Malestar es el sustantivo que podría definir la relación de los clientes de la banca por la rentabilidad que perciben por su dinero en cuentas corrientes o depósitos. A pocos días de que el Banco Central Europeo vuelva –según ha avanzado la propia institución– a subir el precio del dinero en un cuarto de punto, hasta el 4%, el interés medio que pagan los bancos en las nuevas cuentas de las familias –con datos de abril del BCE– es del 0,10%, frente al 0,18% de media en la Unión Europea, y en depósitos a un año, del 1,33%, casi un punto de menos (2,27%) de lo que pagan de media sus colegas del euro.

Esta escasa traslación de la subida de los tipos a los depósitos es, para Antonio Luis Gallardo, responsable de estudios de Asufin (Asociación de Usuarios Financieros), especialmente preo­cupante en el caso de España. “Somos uno de los países de Europa más bancarizado y el 40% del ahorro financiero de los españoles está en las entidades, sin muchas alternativas por la mala evolución de otros productos como los fondos de inversión, que también lideran los bancos. Somos un país muy conservador en el ahorro, y esta falta de sensibilidad de la banca para retribuir los depósitos afecta a todos pero más a las personas mayores, más conservadoras con el dinero y que acumulan más ahorro”, afirma.

Las cifras del ahorro de los españoles en bancos son contundentes: de los 2,725 billones de euros ahorrados en productos financieros, 1,078 billones están en efectivo o en depósitos, siendo la principal partida, seguida por acciones (tanto en Bolsa como en negocios privados) y por fondos de inversión (386.563 millones), así como en seguros y fondos de pensiones (332.743 millones) a cierre del pasado año.

España, a la cola de Europa en la remuneración de los depósitos

Francisco Uría, socio responsable global de banca de KPMG, ofrece un argumento técnico para explicar el desdén de la banca a la hora de subir los tipos a sus clientes: “Aunque las tasas de interés del BCE han aumentado de forma relevante y con rapidez, lo cierto es que el ciclo del crédito es más largo y ese incremento tarda algo más de tiempo en reflejarse en la cuenta de resultados del banco, mientras que el efecto de una subida en la remuneración de los depósitos es inmediato, estrechando el margen de las entidades”. En definitiva, los bancos están trasladando antes el alza de tipos a los créditos que a los depósitos para no deteriorar su margen financiero.

Así, la falta de interés de la banca por remunerar los depósitos no se extiende a los préstamos y créditos. Como indica el socio de una importante firma consultora, “los créditos están indexados (caso de las hipotecas al euríbor), mientras que los depósitos no”. Y añade: “No creo que vaya a producirse una guerra por los depósitos con subida de tipos, pero sí la puede haber en el crédito, que ahora se está parando, para mantener o ganar cuota de mercado”.

En abril de 2022, el tipo medio del nuevo crédito a la vivienda en España se situaba en el 1,55% y en igual mes de este año se ha elevado al 3,61%. Por su parte, en el crédito al consumo se ha pasado de un interés medio del 6,65% al 8,07%. Eso sí, los bancos españoles cobran menos en los préstamos hipotecarios a tipo variable (3,47%), frente a la media europea, donde alcanza el 4,03%.

Las comisiones bancarias tampoco han descendido, pese a la mejora del margen financiero de las entidades, recuerda el experto de Asufin. “Las elevaron justificando el escaso negocio con tipos cero o negativos, pero se han olvidado de bajarlas cuando han subido los tipos y sus márgenes”, critica.

Necesidad

La célebre frase del político e inventor Benjamin Franklin, “la necesidad nunca hizo buenos negocios”, se ajusta a la perfección a esta situación de la banca, que no necesita meterse en guerras de pasivo ante la abultada liquidez que atesora proveniente de los programas del BCE y del perfil conservador de su clientela. Como no tienen apuros de financiación, se encuentran cómodos, y esto, unido a la consolidación del sector (menos entidades), explica, según el propio Banco de España indica en un artículo de la Revista Estabilidad Financiera, la parsimonia en trasladar la subida de tipos a sus clientes.

Además, en las presentaciones de resultados de la banca en el primer trimestre, a sus principales espadas no les cambiaba el rictus ante las preguntas de cuándo llegaría un mejor trato a cuentas y depósitos. No indican cuándo y mientras, derivan a los clientes a productos como fondos de inversión objetivo y de renta fija como fórmula para exprimir la ganancia de las alzas de tipos. El producto que mejor resuelve la encrucijada a la que los clientes someten a la banca en busca de rentabilidad son esos fondos objetivo que no garantizan una rentabilidad, aunque la sugieren con un porcentaje concreto, y en los que se recomienda mantener el dinero hasta vencimiento si se desea obtener esa ganancia. Con los fondos objetivo los bancos evitan encarecer el pasivo y, además, se llevan comisiones por la gestión del producto.

Los seguros de ahorro son otra de las alternativas a los depósitos que ofrece el sector. En el primer trimestre del año se ha visto un crecimiento superior al 50% en las pólizas de vida-ahorro, con rentabilidades en torno al 2%.

Visión de la banca

Distintas fuentes de las entidades financieras, que prefieren mantenerse en el anonimato, ofrecen una visión diferente sobre el problema. Destacan que la elevada liquidez del sistema financiero se explica en el fenómeno vivido en los últimos años con tipos de interés cero o negativos, alentados por los programas del BCE y por el ahorro de las familias fruto de la pandemia de Covid-19. “Será el BCE el que tenga que resolver esta situación anómala de liquidez y todo irá volviendo a la normalidad”, dicen. Y refiriéndose a ese pasado periodo de tipos negativos, subrayan que las familias han disfrutado de depósitos seguros y no penalizados. A diferencia de lo sucedido con el ahorro de empresas, no se llegó a cobrar al particular por tener un depósito.

Respecto a que otros bancos de países del euro retribuyan mejor a su clientela, estas mismas fuentes argumentan que en legislaciones como la francesa o la alemana las entidades están obligadas a dar rentabilidad. Y un factor que también les parece determinante es que la retribución del depósito minorista en España es más costosa debido a que el porcentaje de ahorro en esta modalidad tiene un peso mucho mayor en el balance frente a sus competidores europeos, ya que sus clientes están más habituados a invertir en los mercados. También recuerdan que en hipotecas, el coste se sitúa por debajo de la media de Europa.

El sector también cuestiona el argumento del Banco de España que apuntaba a la relación entre una mayor concentración, y menor competencia por tanto, y la demora en subir tipos. “Tenemos una fuerte competencia. La consolidación en España ha ido por delante frente a otros países de nuestro entorno y es una tendencia que ellos aún tienen pendiente”, sostienen. Como indica el socio de regulación bancaria de una importante consultora, “solo cuando uno de los grandes tome la decisión de retribuir el pasivo se producirá una mejora en los tipos de los depósitos. Y eso ocurrirá si existe una caída importante de los depósitos o un drenaje de liquidez del sistema. Entonces volverán a entrar en lid las fuerzas de la oferta y la demanda”. Otras fuentes del sector son más tajantes y descartan de plano una guerra del pasivo ante el exceso de liquidez.

De momento, solo cabe esperar. Los argumentos de la corresponsabilidad social de la banca quedan como brindis al sol de las asociaciones en defensa del cliente.

Las empresas juegan en otra liga

Del 0,70% al 2,15%. El trato de la banca al cliente minorista frente al gran ahorrador o a la empresa no tiene nada que ver. En el saldo total de depósitos a un año, la media de rentabilidad se sitúa en el 0,70%, frente al 2,15% que recibe una empresa o un ahorrador de millones de euros. Se trata de un perfil de depositante que sí les interesa y que no están dispuestos a perder. En el conjunto de la UE destacan por su generosidad en la remuneración de los nuevos depósitos a particulares la banca italiana (3,11%) y la francesa, con el 3,03%, y por la cola, Chipre (0,41%), Eslovenia (0,44%), Portugal (0,95%) y Grecia (1,22%).
Créditos. La comparación en el trato de los clientes minoristas y las empresas se hace más complicada si se habla del activo. En este caso, los importes son determinantes. La media que cobran por los nuevos créditos hasta 250.000 euros es del 4,49% en el plazo de un año, coste que baja hasta el 4,30% cuando el dinero solicitado llega al millón de euros. Para cifras superiores los bancos están cobrando a las empresas el 4,31% a un año. 

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