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El Banco Nacional Suizo garantiza la liquidez necesaria a Credit Suisse y niega un contagio de la crisis financiera en EE UU

El banco suizo se han desplomado un 24,24% tras la negativa del fondo soberano saudí de poner más dinero

Miguel Moreno Mendieta
Un edificio de Credit Suisse, en Berna.
Un edificio de Credit Suisse, en Berna.ARND WIEGMANN (REUTERS)

Suiza hará todo lo necesario para no dejar caer a su potente sector financiero. El banco central del país helvético, el Banco Nacional Suizo (SNB), ha salido al paso en al jornada negra que ha asolado a uno de sus bancos principales, Credit Suisse, que ha caído en Bolsa un 24,24% tras el rechazo del fondo soberano saudí a poner más dinero en una hipotética futura ampliación de capital. Los inversores temían que esta entidad, en la diana en los últimos meses, fuese la siguiente en caer tras la quiebra la semana pasada del estadounidense Silicon Valley Bank. Y esto abriese una nueva crisis financiera mundial.

Las acciones del banco Credit Suisse se han llegado a desplomar este miércoles un 30%, ahondando sus mínimos históricos, ante las dudas sobre la capacidad de la entidad de recabar más capital para cubrir sus problemas financieros. El grupo helvético ha acabado la sesión con un desplome del 24,24%. La caída de la firma, sobre la que pesan dudas desde hace meses, ha arrastrado al sector en Europa con el trasfondo del colapso del estadounidense Silicon Valley Bank. El Ibex ha cerrado con una caída del 4,37%, la mayor corrección desde noviembre de 2021. Los descensos son de gran calado en toda Europa, con la banca a la cabeza de las pérdidas.

El detonante ha sido la negativa del presidente del primer accionista del banco suizo, el saudí SNB, a aportar más capital en caso de que Credit Suisse lo necesitara. Argumenta la firma saudí que no puede superar el tope regulatorio del 10% del accionariado, pero la lectura del mercado es más sencilla: los saudíes no quieren poner más dinero.

El diario Financial Times ha publicado en la tarde del miércoles que el banco ha pedido algún tipo de apoyo al Banco Nacional de Suiza y, pocas horas después, Bloomberg cuenta citando a fuentes conocedoras de la situación que, efectivamente, las autoridades suizas están discutiendo la mejor manera de estabilizar al banco. Las opciones que se barajan van, según la agencia estadounidense, desde un comunicado público mostrando el apoyo de las autoridades al banco hasta habilitar una línea de liquidez a modo de seguro. También se están planteando escindir la unidad suiza del banco, así como una hipotética fusión con UBS, aseguraron estas fuentes a Bloomberg antes de advertir que no se sabe ni mucho menos cuál será el plan a ejecutar.

Los rumores se han disipado pocas horas después con un comunicado del banco central suizo. La entidad ha negado ningún tipo de riesgo de que la situación de Silicon Valley Bank pueda tener un efecto sobre Credit Suisse y el sector financiero suizo. El SNB —junto al regulador helvético de los mercados, la Finma— han recordado que los estándares de capital y liquidez exigidos en el país son superiores a los americanos y que cumplen e incluso superar los estándares de Basilea. En concreto, el supervisor de los mercados confirma que Credit Suisse supera las ratios de capital exigidos. Pero que, en el caso de que sea necesario, la autoridad bancaria del país proveerá “la liquidez necesaria”.

La fuerte devaluación de los títulos del banco suizo ha provocado que la cotización de las acciones se haya tenido que suspender a media mañana, hasta poder volver a cuadrar órdenes de compra y de venta. En el conjunto del sector financiero las pérdidas son de gran calado: el francés Société Générale ha cerrado la sesión con una caída del 12%, y los alemanes Commerzbank, y Deutsche Bank han cedido casi un 9%. Las acciones de Unicredit y Monte dei Paschi, también han visto como se suspendían su cotización, y acabaron cerrando con desplomes de más del 8%. Según Bloomberg, se han evaporado 60.000 millones de euros en valoración de los bancos europeos.

Dentro del Ibex, Sabadell, Santander y BBVA son los más penalizados del sector con recortes de entre el 8% y el 11%. Bankinter y CaixaBank también sufren correctivos del entorno de más del 6%.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha referido esta mañana por primera vez a la crisis financiera desatada desde el pasado viernes y lo ha hecho defendiendo la fortaleza del sector financiero español, del que ha destacado que sus ratios de liquidez y solvencia “están por encima de la media” de los europeos.

También ha incidido en que una de las lecciones de la anterior crisis de 2008 trajo ya un reforzamiento de los mecanismos de control en todo el sector financiero europeo. En cualquier caso, y en una intervención ante los medios durante la cumbre bilateral con Portugal, Sánchez ha hecho un llamamiento a “la cautela y la prudencia” y ha asegurado que tanto el Gobierno español como Europa siguen muy de cerca los acontecimientos.

La apertura del mercado estadounidense, a primera hora de la tarde, ha supuesto un cierto alivio. El índice S&P 500, que reúne a las mayores compañías del país, caía al inicio de la sesión solo un 1,4%. Con todo, los números rojos siguen siendo generalizados. Las Bolsas de Londres, París y Fráncfort pierden casi un 3% a pocos minutos de que cierre la Bolsa. Fuentes del mercado vaticinan que a lo largo de la tarde habrá algún tipo de intervención concertada de los bancos centrales.

Las dudas del mercado no se limitan a la cotización de Credit Suisse, que ha pasado de siete a dos francos suizos en un año. Los seguros de impago de los bonos del grupo helvético, conocidos en la jerga por sus siglas en inglés (credit default swap, CDS) han vuelto a marcar nuevos máximos, cerca de los 800 puntos. Esto quiere decir que el mercado exige cada vez más dinero para proporcionar una cobertura en caso de que la entidad no pague sus deudas, lo que implica que ve este escenario como cada vez más probable. Los CDS de Credit Suisse están en niveles similares a los de la banca griega en plena crisis del euro.

El origen de las turbulencias está en unas declaraciones del primer ejecutivo del Saudi National Bank (SNB). Ammar Al Khudairy explicaba en una entrevista con Bloomberg que la participación en Credit Suisse es “una inversión oportunista” y que el banco tiene que demostrar que está cambiando de rumbo, para que la inversión empiece a dar sus frutos. El directivo asegura que “están contentos con el plan de transformación presentado” y considera que se trata de “un banco muy sólido”. Sus palabras, lejos de calmar a los mercados, han desatado una fiebre vendedora.

Además del SNB, también están en el capital de Credit Suisse el fondo soberano de Qatar, con un 6,8% de las acciones, y una familia saudí a través de Olayan Financing Company. Casi una quita parte del banco está en manos de inversores de Oriente Medio.

Vídeo: Bloomberg

Credit Suisse está en proceso de reestructuración para salir de su crisis financiera. Hace tres meses realizó una ampliación de capital de 2.200 millones de francos suizos (2.220 millones de euros) para tratar de reforzar su solvencia. Era la segunda en dos semanas. En total, levantó más de 4.000 millones de euros. Sin embargo, esa llegada de dinero fresco, suscrito en parte por los saudíes, no terminó de calmar los nervios. En lo que va de año, las acciones del segundo mayor grupo bancario suizo se han desplomado casi un 40%.

Los problemas de Credit Suisse se llevan gestando desde hace más de una década. El gigante helvético se transformó a principios de los 2000 de una firma centrada en la banca privada, en un conglomerado financiero con presencia en todo el mundo. Su modelo de negocio es complejo e interconectado, con divisiones de banca de inversión, banca privada, gestión de activos y banca para empresas. En la banca, la confianza es crucial, pero más aún cuando se trata con grandes corporaciones y clientes ricos.

El año pasado, para tratar de encauzar la situación, el banco cambió a su consejero delegado. Ulrich Körner presentó un plan estratégico que contemplaba la venta de parte de los activos de Credit Suisse y una simplificación de su estructura. El programa se completaba con dos ampliaciones de capital, que fueron cubiertas por completo, y en las que participó Arabia Saudí, que se convirtió en el máximo accionista.

José Ramón Iturriaga, gestor de fondos de Abante Asesores y especializado en el sector bancario, explica que “la situación de Credit Suisse es totalmente distinta al recién quebrado SVB. Aquí lo que ha ido muy mal es la división de banca de inversión en Estados Unidos, un negocio que tiene muchísimas interconexiones y que puede ampliar la onda expansiva”. El banco suizo tiene activos por 538.000 millones de francos (538.000 millones de euros), más del doble que el Silicon Valley Bank.

Credit Suisse perdió el año pasado 7.293 millones de francos suizos (7.381 millones de euros). Fue el peor resultado del banco suizo desde la crisis financiera de 2008. En 2021 ya tuvo unos números rojos de 1.650 millones de francos (1.670 millones de euros). Entre los principales factores que explican estas pésimas cuentas destaca su exposición a firmas de riesgo que colapsaron en ejercicios anteriores, como el fondo de cobertura estadounidense Archegos o la firma angloaustraliana de servicios financieros Greensill.

Víctor Alvargonzález, asesor financiero y fundador de Nextep, explica que “con la subida brutal de tipos de interés se ha tensado muchísimo la cadena, y eso acaba provocando que se rompa por los eslabones más débiles, como ocurrió con SVB y parece que está ocurriendo con Credit Suisse”. El inversor echa de menos una intervención más decidida y coordinada por parte de los bancos centrales, especialmente el suizo.

Iturriaga, de Abante Asesores, considera que la única salida que le queda a Credit Suisse es recibir algún tipo de apoyo público. En 2008, con la crisis de Lehman Brothers, Suiza ya tuvo que inyectar 45.000 millones de euros en su competidor nacional, UBS.

El diario Financial Times publicó en la tarde del miércoles que Credit Suisse ha llamado a la puerta del Banco Nacional de Suiza para conseguir algún tipo de apoyo público que frenara la sangría.

El presidente del grupo Credit Suisse, Axel Lehmann, había asegurado por mañana que la posibilidad de recibir ayudas públicas “está fuera del debate”, mientras la entidad trata de recuperar la confianza por parte de clientes e inversores. A su juicio, comparar la situación del banco suizo con la de SVB no es muy preciso, porque operan en negocios con regulaciones muy distintas.

Ya sea a través del SNB (el Saudi National Bank) o el otro SNB (el Swiss National Bank), la entidad parece abocada a algún tipo de apoyo externo.

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Sobre la firma

Miguel Moreno Mendieta
(Madrid, 1979) es licenciado en Derecho y Economía por la Universidad Carlos III. También cursó el Máster de Periodismo de El País. Se incorporó al periódico Cinco Días en 2006, tras pasar por la web de El País y Mi cartera de Inversión. Escribe sobre el sector financiero, con un foco especial en fondos de inversión y los seguros.

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