Las coberturas contra impagos de Credit Suisse alcanzan máximos históricos con la acción en mínimos
El temor por la debacle financiera en Estados Unidos pasa factura al banco suizo
El terremoto del sector bancario en Estados Unidos está dejando notar sus efectos también en Europa este lunes. Las autoridades del Viejo Continente están monitorizando la situación y aseguran que el riesgo de contagio está descartado. Con todo, la mecha de la desconfianza ha prendido las ventas por parte de los inversores y los bancos europeos encajan fuertes caídas. Aunque el pesimismo ha sido generalizado, no ha golpeado a todas las entidades por igual. En el lado de los más afectados de Europa, el banco suizo Credit Suisse ha renovado hoy nuevos mínimos históricos tras cerrar con una caída del 9,58%, al mismo tiempo, las coberturas ante un posible impago por parte de la entidad nunca han estado tan solicitadas.
Los credit default swaps (CDS) son un derivado financiero que se pacta entre dos partes y que funciona como una especie de seguro. Los inversores que tienen en su poder deuda de una entidad en apuros tienen la posibilidad de acudir a ellos para garantizarse el cobro de la deuda y de los intereses en caso de falta de capacidad de pago de la empresa. A cambio de esa protección contra el impago, el inversor que lo contrata paga una prima al que lo ofrece. Este producto es el que ha visto disparada este lunes su demanda ante el temor de que la crisis se extienda a Credit Suisse, y con ello, nunca había sido tan caro contratarlo.
En el caso de los CDS a cinco años del banco con sede en Zúrich, este lunes, se han disparado 50 puntos básicos para alcanzar los 468 enteros. Paralelamente, sus acciones están en mínimos históricos. Con un precio que ronda los 2,25 francos suizos, ya acumulan un retroceso del 96% desde el máximo de 56 que marcó en 2007.
Según muestran las cifras correspondientes a los resultados de 2022, Credit Suisse tuvo unas pérdidas de 7.293 millones de francos suizos (7.470 millones de euros). En 2021, ya perdió 1.650 millones.
Aunque en 2022 Credit Suisse tuvo un flujo neto de activos de -123.200 millones de francos suizos, cerró el ejercicio con 1,29 billones de activos bajo gestión.
La crisis del banco suizo se ha agudizado, pero la caída viene de lejos, provocada por una política empresarial de baja aversión al riesgo y una sucesión de escándalos en la cúpula directiva que han erosionado tanto su liquidez como su reputación.
El banco, en medio de una enorme presión, anunció en octubre un plan estratégico que incluyó el despido de 9.000 empleados a lo largo de los próximos dos años.
“Nuestro desempeño de 2022 evidencia la importancia de nuestro objetivo de transformar radicalmente el banco, reduciendo eficientemente el riesgo y rebajando nuestra base de costes para fortalecer nuestra posición de capital”, escribe la entidad en sus resultados.
En diciembre, Credit Suisse levantó una ampliación de capital de 4.000 millones de francos suizos. Con esa operación, dio entrada al que hoy es su mayor accionista: El banco nacional saudí, que ostenta el 9,88% de la entidad. Qatar Holding LLC (5,03%), Olayan Group (4,93%) y BlackRock (4,07%) completan la lista de grandes propietarios del banco.
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