La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) detectó en octubre de 1999 serias irregularidades en la gestora de fondos del Hong Kong and Shanghai Bank Corporation (HSBC), el principal banco con el que operaba Gescartera, y se demostró incapaz de identificar a los clientes finales con los que trabajaba. Dos años después, el Banco de España, representado en la CNMV, informó al vicepresidente segundo, Rodrigo Rato, de la existencia de 138 cuentas cifradas abiertas en la entidad por clientes presuntamente ligados a la agencia de valores intervenida.
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