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Crónica de Manhattan

Los impuestos locales al alza

El control del Congreso ha dado alas al presidente George Bush para llevar adelante su política de nuevos recortes de impuestos además de hacer permanentes los aprobados el año pasado en vez de verlos caducar en 2001. Mientras en la Casa Blanca evalúan cómo hacer esto y la conveniencia de adoptar la reforma fiscal que prepara el departamento del Tesoro, es posible que los ciudadanos terminen notando que pagan más.

No se trata de triquiñuelas fiscales sino de las dificultades que tienen los estados y ayuntamientos para cuadrar sus cuentas con unos ingresos cada vez más anémicos y unos gastos mayores por efecto de una recesión que no se ha declarado aún acabada. Los primeros en notarlo serán los residentes y trabajadores de Nueva York, una ciudad en la que los ataques del 11 de Septiembre empeoraron la delicada situación presupuestaria que ya se anticipaba con la caída de la Bolsa, el cierre de negocios, el aumento del paro y los recortes de impuestos aprobados por su predecesor, Rudolph Giuliani.

Al alcalde Michael Bloomberg no le cuadran unas cuentas que cerrará este año con un déficit de 1.000 millones de dólares y de 6.000 el que viene. Este empresario demócrata que se presentó por el partido republicano empezó su legislatura en enero hablando de Nueva York como una ciudad de sueños para referirse esta semana al 'mundo real'. El paso de lo onírico a lo tangible se concreta en la búsqueda de fuentes de financiación de los gastos municipales. El presupuesto de Nueva York es de 42.900 millones de dólares que mayoritariamente se dedica a pagar deuda y gastos por mandato federal. A disposición del alcalde quedan unos 15.000 millones.

En concreto Bloomberg, va a tratar de crear un impuesto del 2,7% de los ingresos de los residentes de otras ciudades que trabajen en Nueva York (unas 800.000 personas), y va a subir los de propiedad inmobiliaria un 25% a cambio de bajar el correspondiente a los ingresos un 1%. Por otro lado, el alcalde quiere que desaparezcan gastos por valor de 850 millones de dólares para lo que rebajará el presupuesto de educación 215 millones, cerrará 30 de los 340 centros para la tercera edad y ha propuesto la reducción de 8.000 personas de la plantilla de 250.000 funcionarios, entre ellos casi 2.000 policías.

Se abren ahora las negociaciones. Las propuestas de Bloomberg son agresivas para negociar con margen y los críticos dicen que forzará al traslado de muchos negocios a las afueras. La subida más contestada, el impuesto a los no residentes, fue negada hace tres años por el Congreso estatal cuando este era del 0,45% pero ahora, ni los sindicatos ni los representantes locales dudan de que algo hay que hacer y no hay una feroz oposición a las medidas aunque se discutirán.

Y es que corren tiempos de ajuste a los que ni Bush escapa. Atrapado por su promesa electoral y un inmenso déficit, el Gobierno ha propuesto una reforma del cuerpo de la administración del Estado que supone dar un gran paso en una tendencia en marcha desde hace una década. Se trata de que 850.000 funcionarios pasen a categoría laboral y sus plazas se cubran por concurso entre agencias y concesionarias. Afecta a empleos de servicios y personal administrativo no especializado y a concurso estarían la limpieza de oficinas, las cafeterías o los puestos burocráticos más mecánicos. La Casa Blanca los describe como, 'los no inherentemente gubernamentales'. Son años de duros cambios en el mundo real.

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