Jon Ingram: “Los bancos siguen siendo una de las grandes apuestas de nuestros fondos”
El gestor de Bolsa europea de JP Morgan AM se muestra optimista pese a las turbulencias
Jon Ingram (Atenas, 78) lleva la industria financiera en las venas. Su padre trabajó durante años para un banco francés en Grecia, Chipre, Hong Kong, Australia... “El mejor día del año era cuando visitaba las oficinas y veía las pantallas gigantes, los enormes ordenadores”. Después de estudiar Ingeniería de Materiales en Oxford, acabó entrando en JP Morgan, en el año 2000. En estos 23 años ha visto cómo una firma mediana de EE UU se ha convertido en el mayor grupo bancario de occidente. “Viví la compra de Chase Manhattan, de la gestora Robert Fleming y otras operaciones que han convertido a JP Morgan en un gigante”. La entidad lidera ahora las conversaciones para estabilizar al First Republic, en el ojo del huracán tras la quiebra de Silicon Valley Bank.
¿Ha pasado ya la crisis bancaria?
Yo no utilizaría la palabra crisis. En general, creo que la banca europea está muy bien capitalizada. Las reservas que tienen ahora son mucho mayores que las de 2008 o 2012. Además, es un sector bien regulado. En nuestros fondos los bancos están sobrerrepresentados. No creo que haya cambiado nada en las últimas semanas. Las entidades han lidiado durante una década con bajos tipos de interés y las subidas actuales les benefician.
¿De qué forma?
Con los tipos de interés cerca del cero, el margen era mínimo. Ahora, con los tipos por encima del 3%, van a poder mejorar claramente sus márgenes. Tras años muy difíciles, los bancos ahora están en un escenario ideal. Creo que los próximos dos o tres ejercicios van a ser muy buenos en Bolsa para los bancos. Es una de nuestras principales apuestas. Si los tipos subieran mucho más y se disparara la morosidad, ya sería más complicado.
Entonces, ¿qué ha pasado con Credit Suisse o Silicon Valley Bank?
No puedo hablar de entidades concretas, pero lo que hemos visto en las últimas semanas muestra la importancia de contar con bases de depósitos estables. Además, en Europa, la definición de capital es más estricta que en EE UU.
¿Qué opina de lo sucedido el viernes con Deutsche Bank?
No tengo ninguna opinión específica sobre este asunto.
¿Qué papel han tenido los supervisores?
Tienen bien aprendidas las lecciones de 2008 y 2012. Por eso obligaron tanto a la banca a mejorar su solvencia, aunque fuera a costa de perjudicar claramente su rentabilidad. Los reguladores de otras zonas económicas deberían aprender del rigor del Banco Central Europeo.
¿Qué otros sectores les parecen atractivos?
Nos gusta el sector de la energía. Igual que la banca, es un sector de los considerados como más tradicionales y que ha funcionado mal en relación al buen momento de los valores tecnológicos. Pero creemos que ahora lo van a hacer mejor. La guerra de Ucrania ha puesto de relieve la importancia de contar con un buen suministro de energía. Además, la reapertura de China va a animar al sector. Y, por otra parte, la transición hacia una economía más electrificada va a requerir muchas inversiones.
¿Es atractivo invertir ahora en compañías de pequeña y mediana capitalización?
Desde luego, nos parece que este año hay una oportunidad mucho más interesante que la que había el año pasado. Las pequeñas compañías se quedaron muy rezagadas en Bolsa. Vemos que este año lo pueden hacer bien. Hay algunas áreas de mercado, como en las energías renovables, donde hay pequeñas firmas muy atractivas.
¿Invierten en empresas españolas?
Sí, por supuesto. Aunque cada vez vemos que tiene menos importancia el lugar donde tiene la sede la empresa. Hace un tiempo era más relevante, pero ahora la clave es dónde tiene su negocio. Estamos encantados de estar invertidos en compañías españolas. Como he mencionado, tenemos mucho interés en el sector bancario y tenemos algunos bancos españoles. El mercado español ha cambiado mucho y es ahora mucho más atractivo que hace diez años.
Recientemente, una cotizada española ha anunciado que va a trasladar a Ámsterdam su domicilio social. ¿Cree que en España hay problemas u obstáculos regulatorios específicos?
En algunas industrias europeas los reguladores nacionales sí que pueden influir mucho sobre la compañía, sobre todo en la capacidad de fijación de precios. Eso lo hemos visto, por ejemplo, con las empresas eléctricas. Al mismo tiempo, ahora las empresas tienen más fácil cambiar su sede o su lugar de cotización frente a lo que sucedía hace dos o tres décadas. Entiendo que para las autoridades nacionales es un gran desafío.
Hay quien ha señalado que se trata fundamentalmente de una cuestión fiscal...
Cada vez las compañías son más flexibles. Algunas firmas europeas han empezado a cotizar en Estados Unidos. Creen que así pueden atraer más el interés de los inversores, y hay que respetar sus decisiones.
¿Qué visión tienen de la Bolsa europea?
Las acciones europeas tenían poco peso en el sector tecnológico, lo que provocó que durante muchos años se quedaran rezagadas respecto a las de Estados Unidos. Allí, los flujos de llegada de dinero eran muy superiores a los de Europa. Ahora, parte de esa tendencia se ha revertido. En los últimos 12 meses la renta variable europea supera en más de un 20% a la de EE UU.
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